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Noruega: El Gobierno colapsa por la política energética

Redacción




Owen Evans.

El euroescéptico Partido de Centro de Noruega abandonó el gobierno el 30 de enero tras una disputa sobre la adopción de las políticas de energía neta cero de la Unión Europea.

El Partido Laborista, de centro-izquierda, quería que Noruega, que no forma parte de la UE, pero adopta la mayoría de las leyes del bloque, adoptara las directivas de la UE sobre el consumo de energías renovables, rendimiento energético de los edificios y aumento de la eficiencia energética global, dijeron los ministros del gobierno.

El Partido del Centro se opuso a las tres directivas, alegando que estas erosionan la autonomía noruega.

El anuncio del Partido de Centro, a través del legislador y ministro de Finanzas, Trygve Slagsvold Vedum, priva al primer ministro, Jonas Gahr Stoere, de su único socio de coalición y de ocho de los 20 miembros de su gabinete, incluidos los ministros de Defensa, Finanzas y Justicia.

«La conclusión para nosotros es que el Partido de Centro no quiere formar parte de este desarrollo», dijo Vedum en una rueda de prensa el jueves. «Nosotros queremos recuperar más control nacional».

Los laboristas, que forman parte de un Gobierno de coalición desde 2021, podrían gobernar en solitario hasta la celebración de las próximas elecciones en septiembre. Durante una rueda de prensa celebrada el 31 de enero, el Partido Laborista anunció que Noruega rechazará las normas energéticas de la UE, informó la emisora estatal noruega, NRK.

El gobierno noruego también propuso contratos a precio fijo de 40 øre/kWh (unos 0,038 $/kWh) a partir del 1 de octubre. Esto es casi siete veces más barato que la media de la UE de 0.2889 euros/kWh (unos 0.31 dólares/kWh) y muy por debajo de las tarifas actuales del mercado.

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Además, afirmó que las nuevas medidas reforzarán la cooperación nórdica para garantizar unos precios de la electricidad estables y bajos.

En diciembre de 2024, el ministro de Petróleo y Energía, Terje Aasland, declaró al Financial Times que el Gobierno se estaba replanteando sus acuerdos de exportación después de que los precios de la electricidad alcanzaran sus niveles más altos desde 2009.

Los interconectores noruegos, unos cables submarinos de alta tensión que conectan su red eléctrica con Dinamarca y los países vecinos, posibilitan al país el intercambio de energía entre mercados y le permiten exportar su abundante energía hidroeléctrica e importar electricidad cuando la necesite.

Al respecto, el conservador Partido del Progreso argumentó que la energía renovable exportada desde Alemania, y también desde el Reino Unido, están contribuyendo a una «infección de precios» que se extiende a Noruega cuando no se produce energía eólica ni solar.

Alemania, la mayor economía de Europa, está en el centro del debate energético desde que cerró sus tres últimas centrales nucleares en 2023, una decisión impulsada por la excanciller Angela Merkel.

Aunque estas centrales pueden funcionar durante décadas, Alemania optó por depender en mayor medida de fuentes alternativas como la eólica y la solar.

Los críticos afirman que el creciente descontento en Noruega y Suecia refleja una tendencia más amplia de nacionalismo energético.

Harry Wilkinson, responsable de políticas de la Global Warming Policy Foundation, declaró anteriormente a The Epoch Times que Noruega podría mostrarse reacia a subvencionar a Alemania.

Tener «interconectores de electricidad significa que los precios altos de un país pueden extenderse a otros, y este riesgo está provocando el auge del nacionalismo energético», dijo Wilkinson.

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«Noruega, que tiene electricidad barata procedente de centrales hidroeléctricas, es comprensiblemente reacia a subvencionar el arriesgado experimento de Alemania con las renovables y la descabellada eliminación progresiva de la energía nuclear».

El Sr. Wilkinson declaró que las políticas energéticas del Reino Unido y Alemania son «similares al suicidio económico».

«No es de extrañar que otros países quieran evitar cualquier contagio. Sus Gobiernos deben bajar los precios de la energía si quieren mantener buenas relaciones con sus vecinos», afirmó.