Luis Bru.
La hemeroteca causa estragos y pone en clamorosas evidencias: Javier Marías ha muerto previsiblemente a causa de su llevada a la arrogancia hasta el totalitarismo. De una neumonía causada por la timo vacuna. Nos situaba a otros en el medievo, pero gozamos de buena salud mientras él ha fallecido víctima de sus excesos vacunazis.
El reputado articulista de El País, ya difunto, escribía en uno de sus columnas que: «hay autores que no sé cómo no se sonrojan de vergüenza al pedir que el nuevo año nos traiga “belleza, mucha belleza” (así, a bulto) y “poesía, mucha poesía”. Santo cielo, lo único que la mayoría desea es una vacuna». Descanse en paz, Javier Marías. Ya no ganará el Premio Nobel de Literatura ni tampoco el de Medicina.