Enrique de Diego.
¡Qué estúpidas son las satanoélites! ¡Qué absurdas son sus propuestas y sus delirios! Todo se viene abajo, la farsa totalitaria no se aguanta. Todo se cae como un castillo de palillos; los naipes son un elemento consistente para estas patrañas inmundas.
El coche eléctrico con baterías de litio es inestable y provoca incendios pavorosos, que además resulta imposible apagarlos con agua, como el fuego griego de Arquímedes. El edificio de Valencia ardió porque tenía un concesionario de coches eléctricos. En Manoteras, barrio de Madrid, un camión sin conductor arde como una tea. Un día, más pronto que tarde, habrá una catástrofe: arderán los coches eléctricos en cadena. Hay que parar este desquicie.
🔴Un camión ligero en llamas y sin conductor transita por el nudo de Manoteras en Madrid.
No han confirmado si se trataba de un vehículo eléctrico. pic.twitter.com/fWx6YPXr8q— MatarAlpelicano (@MAlpelicano) April 17, 2024
Se trata de silenciar, mirar para otro lado, pero por las redes hay vídeos de estos ataúdes eléctricos incendiados. En climas fríos, ni arrancan. ¿A qué gilipollas se le ha ocurrido la idea? ¿Estamos tontos o qué? En el puente de Semana Santa se veían largas colas de coches eléctricos esperar recargar sus baterías. ¡Es una locura! No sé cómo se ha podido utilizar el nombre del gran Tesla para uno de estos coches. La industria alemana del automóvil está dando marcha atrás.
Los estadios de fútbol se convierten en tanatorios. Los políticos estúpidos siguen con el rollo macabro de la agenda 2030 hacia el precipicio. Los ayuntamientos de todo signo cambian sus flotas de autobuses interurbanos para estar a la moda de la estupidez rampante. En Zaragoza los llaman supositorios. Están dado unos problemas esos armatostes…y eso que no han empezado a arder.
Es una ingeniería social para estúpidos. Las satanoélites son estúpidas. Son el colmo de la estupidez irrestricta.