Virginia Montes.
En principio, Robert F. Kennedy no contaba para la carrera presidencial por el partido demócrata. El aparato del partido le ha puesto la proa y dice que no debatirá con Joe Biden en las primarias. Declarado opositor contra todas las timo vacunas, el primero que rompió la conjura del silencio sobre la relación causa-efecto con el autimos, y furibundo contra el genocidio de las timo vacunas contra el coronavirus, es claramente una piedra en el zapato para el partido demócrata, si bien forma la continuidad de una dinastía con fuerte peso en el partido y en el importante estado de Massachusets.
En buena medida, representa la mejor tradición del partido, antes de su deriva satánica, y es un hombres transversal capaz de entrar en caladeros republicanos. Partidario de la II Enmineda; es decir, del derecho a portar armas, se aleja del discrso oficial y dominante en el partido.
Pero su jugada es a dos bandas. Por de pronto, afirma que su equipo lo está haciendo «muy bien», mejor de lo esperado. En una reciente encuesta nacional de Fox News sobre la carrera presidencial demócrata de 2024, Kennedy contaba con un 16 % de apoyo, mientras que Biden tenía un 62 %. Sin embargo, Kennedy obtuvo un 20 % de apoyo frente al 60 por ciento del presidente de 80 años en una encuesta de la CNN. Jack Dorsey, el ex CEO de Twitter, ya se ha posicionado por él.
Ambas encuestas indican que Marianne Williamson, otra participante en la carrera presidencial demócrata, cuenta con el 8 % de preferencias, informó Fox News.
Kennedy, pues, está subiendo. Es un hombre intercambiable con los republicanos y bien podría ser el candidato a vicepresidente con Ron DeSantis. Ello ayudaría a sanar las heridas de la nación. Y a ajustar las encuentas con la poderosa industria farmacéutica por sus patentes crímenes. No es¡n vano es autor de un exitoso libro sobre Anthony Fauci y editor del beleigerante digital The Defender.