Luis Bru.
La mentira hace tiempo que alcanzó y superó a la Guardia Civil, y en el caso de Esther López está haciendo el más soberano ridículo, con el coro de grillos de los medios de comunicación, que están haciendo el ídem. El prestigio de la ex Benemérita se desvanece aunque auguramos que Miguel Recio, coronel de una cosa que un día se llamó Guardia Civil, llegará a general por nombramiento discrecional del Consejo de Ministros.
No se quiere reconocer la realidad y nunca se va a aclarar la muerte: Esther López MURIÓ A CAUSA DE LA TIMO VACUNA que le fue pinchada en pauta completa, según confirman personas del vecindario de Traspìnedo. El shock hipovolémico, que produce una hemorragia interna, a causa de un macro coágulo, que revienta provocando la hemorragia interna.
La hemorragia interna en toras y abdomen es producida por un macro coágulo causado por la timo vacuna. Es el dictamen concluyente de la Catedrática María José Martínez Albarracín: «El territorio de la vena esplénica, procedente del bazo y que drena sangre en la vena porta: un gran tronco venoso que se dirige hacia el hígado y que está formado por la confluencia de la vena esplénica y las venas mesentéricas que recogen la sangre del intestino. El término “hemorragia interna” suele referirse a una hemorragia visceral, frecuentemente de estos territorios vasculares y, sabemos que las inoculaciones covid, activan el sistema linfático y las células linfoides activadas se concentran precisamente en el bazo. La hemorragia digestiva o “hemorragia interna” es pues una complicación relativamente frecuente de estas mal llamadas vacunas». Más claro, agua.
Sin embargo, la Guardia Civil, en su inutilidad y su ineficacia, y los medios de comunicación en sus mentiras, siguen barajando las hipótesis desmentidas por la autopsia del cadáver de Esther López:
1.- No fue atropellada. Se ha mentido groseramente señalando que tenía la cadera rota, primero se dijo que tenía lesiones compatibles con un traumatismo, ahora que tiene lesiones internas. Mentira también. Esther López no tenía lesión alguna, ni signos de violencia, ni de defensa. Lo único que induce a pensar en un atropello es que iba por una carretera, pero no hay huesos rotos, ni hay que buscar a una furgoneta «azul», como se ha dicho, con la única finalidad de mentir y estirar la cuerda de la mentira.
2.- Estuvo todo el tiempo allí. Hay que dejar de ver teleseries de Telecirco y de Atresmierda, y ser un poco más serios, porque la Guardia Civil está dejando chiquita en chapuzas a la TIA de Mortadelo y Filemón. Los investigadores sitúan la muerte de Esther entre las 05:40 y las 05:50 del 13 de enero, la madrugada en que desapareció. Por la sencilla razón de que le da la REPENTINITIS y cesa la actividad del móvil. Donde cae muerta es donde fue encontrada. La autopsia es concluyente en este punto.
3.- Fue asesinada por la timo vacuna. La Sexta en su afán de descartar este hecho, afirma que de morir de «muerte natural» hubiera quedado en el arcén y no hubiera caído a la cuenta. ¿Por qué? Por el artículo 33, porque a La Sexta le da la gana. Siendo una curva peligrosa, es lógico pensar que hubiera al límite del arcén, y dado que hubo ingesta de alcohol y toma de estupefacientes, es también lógico pensar que no fuera por la linde más cercana a la carretera. Además en los estertores de la muerte, con una hemorragia interna, bien pudo rodar por la cuneta boca abajo, como se la encontró.
Pero sí fue asesinada, efectivamente, por la timo vacuna, dentro de la masacre general organizada por el Gobierno, por la Junta de Castilla y León y sus servicios sanitarios. La Guardia Civil. infectada por la corrección política, no está preparada para esa horrenda realidad.