Enrique de Diego.
Del nivel de degradación moral alcanzado por la sociedad española es buena muestra que tú, Federico Jiménez Losantos, enano saltarín, vulgar chorizo, sigas en la vida pública con un micrófono, en vez de estar en la prisión de Picassent con tu ex amigo Eduardo Zaplana, que tanto te dio a ganar y al que has vuelto la espalda con la mayor de las vilezas.
José Antonio Sánchez, ese ludópata compulsivo, eficaz sólo en llevar con soltura maletines, y que debería estar también en Picassent, tuvo una intervención tabernaria y patibularia en sede parlamentaria en la que se ufanó de que sí, que él estaba en la lista de Bárcenas, como un timbre de honor, vamos, que era un chorizo, a mucha honra, pero que no estaba en las de Irán y Venezuela, grosero argumento del corrupto. Pero es que, tú, Federico, bocachanclas, no es que estés en la lista de Bárcenas es que ¡eres la lista de Bárcenas! Eres un mafiosete trincón que sólo te mueves por la pasta, mejor si es dinero público, lo cual es muy liberal por estos lares, y mucho mejor si es de la caja B, la de las comisiones y mordidas.
Con la intermediación de la madre nutricia de todos los corruptos, Esperanza Aguirre Gil de Biedma –aparecida en carne mortal para apoyar al viejo prematuro de Pablo Casado, otro que se arrastró ante Bárcenas para pedir dinero sucio- os fuisteis a ver, Alberto Recarte tarjeta black y tú, enano saltarín, a pedir que hicieran gestiones entre colaboradores del partido –los donantes de la trama Gürtel- para que os dieran pasta gansa a fin de evitar el cierre de Libertad Digital, corrupción total. Eso en Orihuela del Tremedal, en la de Alicante y en San Petersburgo se llama choriceo y tráfico de influencias. Y es un delito como el castillo de Albarracín. “Algunos colaboraron”, como expresó Luis Bárcenas, pero como no te pareció suficiente, porque tú eres un pésimo gestor pero un avaricioso compulsivo, volvisteis, en una escenificación propia de “El Padrino”, a que el PP soltara la guita por vía de urgencia de la caja B. Fuese a la caja fuerte y hete aquí que, pedazo de chorizo, estás en el cuadro de honor de la ignonimia dentro de la sentencia del caso Gürtel:
“En el año 2005, también de la misma ‘Caja B’, sustrajo 149.600 euros, de los que, de acuerdo con su mujer [la de Bárcenas], Rosalía Iglesias, destinó a 149.000 euros a pagar unos inmuebles adquiridos por el matrimonio. En esta ocasión, el apoderamiento de los fondos de la ‘Caja B’, tuvo lugar mediante la compra de acciones de Libertad Digital, S. A., de manera que Luis Bárcenas, de acuerdo con su propia esposa, entregó a esta, extraídos de dicha caja, los 149.600 €, de los que dispuso el 29/10/2004 para adquirir 1.360 acciones de esa sociedad, que puso a nombre de Rosalía Iglesias. Compradas las acciones a su nombre, posteriormente las vende esta, el 15/03/2005, a Francisco Yáñez, por 149.600 euros, que no se reingresan al PP, sino que se queda con ellos el matrimonio, ingresándolos, mediante dos imposiciones que hace la propia Rosalía una el 16/03/2005, por importe de 74.000 euros, y otra el 21/03/2005, por importe de 75.600 euros, en su propia cuenta corriente, abierta en Caja Madrid».
En total, el pellizco que te ingresaron fue superior a los 400.000 euros, porque compraron acciones Paco Yáñez, Alberto Dorrego, abogado de la trama Gürtel, y Álvaro Lapuerta, que en paz descanse.
Y después de esto, pedazo de chorizo, ¿te atreves a poner al borde del infarto a las cuatro ancianitas que te siguen abducidas?
Pero eso no es nada al lado del pelotazo, del regalo de Navidad que te hizo la sita Esperanza Aguirre, que creíamos que había muerto políticamente y ha vuelto a salir de las peores pesadillas nacionales, con un hedor apestoso. Esperanza Aguirre te dio, por la cara, cuatro licencias de televisión en Madrid capital, Alcalá de Henares, Fuenlabrada y Móstoles. Estuviste un tiempo haciendo el ridículo en la pantalla que nunca ha sido tan tonta como contigo, y se las traspasaste a Trinity Broadcasting Network (los protestantes de César Vidal, que te los puso en bandeja) por 3 millones de euros. Operación que es legal, al parecer, pero altamente inmoral porque nadie dio en un concurso público cuatro licencias a TNB. Eres un chorizo redomado. Y un inútil porque ese dinero era para funcionar 5 años y te lo fundiste el primero y te pusiste a que todas las empresas de tu chiringuito se prestaran unas a otras, haciendo ingeniería contable de baratillo.
Encarna Jiménez Losantos, mano derecha de Consuelo Ciscar en la cloaca del IVAM, la famiglia
He hecho mención a los beneficios económicos que te aportó Eduardo Zaplana y por cuya vuelta a casa has sido incapaz de abogar. Esos favores llegaron hasta el nepotismo de colocar a tu hermana, Encarna Jiménez Losantos, como directora de Comunicación y Desarrollo del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). Vamos, que nos encontramos con Encarnita, parece que no ha roto un plato y que no ha salido de ordeñar a las vacas turolenses, en una de las mayores cloacas y nada menos que de mano derecho de Consuelo Ciscar, imputada en el Juzgado de Instrucción de Valencia número 21 por sobrecostes en obras, revalorizar piezas de su propiedad y potenciar la carrera de su hijo, el artista Rablaci, que, como tú, era muy artista en promocionarse con dinero del contribuyente. Así que Encarnita estuvo chapoteando en toda la mierda y cobrando a fin de mes, e incluso tuvo la desfachatez de escribir un libro, “¿Cómo enseñar un Museo?”, publicado –y ahí radica la desfachatez y el enjuague- en la Colección “Documentos del IVAM”. O sea, en su colección de ella. A toda la famiglia os va lo del choriceo, enano saltarín.
Deberías, Federico, estar de compañero de celda de Eduardo Zaplana. Pedir el ingreso voluntario. No sólo te dio licencias de radio y de televisión, sino que saqueó la Caja de Ahorros del Mediterráneo y Bancaja para que te enriquecieras, porque tú, Federico, has sido la barragana o el chapero, a tanto la chorrada, del aznarismo y sus cloacas y sus fondos buitre bajo la coartada de eso tan mono del sector liberal del PP. Como cuando Esperanza de todos los corruptos y Pablo Casado intercedió ante el mayor chorizo del reino, Juan Carlos de Borbón, para que te diera un “trato humano”, como si fueras la mascota de peluche de la sita.
Eres, Federico, un mierda que llevas toda tu vida metiendo la mano en la mierda para trincar. Eres un vulgar chorizo bocachanclas que no tienes media leche mediática. Continuará.