Enrique de Diego.
Ahora va a resultar que voy a pasar a la historia, a la pequeña historia, por llamar a un tal Risto Mejide «nazi». Me dice mi buen amigo el abogado José Luis Mazón Costa, una opinión que valoro mucho, que «demostraste humanidad» y «le dijiste a Risto lo que todo pensamos, que es un nazi».
Al asistir a una concentración contra la tiranía y el totalitarismo, en efecto, la gente me reconoce y pone a parir al mediocre de Risto: ciertamente, es un nazi. En la crítica a mi libro REPENTINITIS, la revista cultural Penumbra en tono amigable escribe de mí: «Aunque se trata de un ensayista y periodista de larga trayectoria, Enrique de Diego se ha convertido en una figura mediática muy conocida tras un tenso debate sobre las vacunas del COVID-19 que protagonizó con el presentador de Mediaset Risto Mejide en su programa Todo es verdad».
Vaya, «figura mediática». Ciertas tribus cuando les sacan fotos o imágenes se enfadan y ordenar romperlas porque consideran que es robarles el alma. Después de años de exposición mediática en televisión en la antigua Intereconomía no puedo más que alabar la sensatez de tales tribus, pues me fui vaciando hasta quedar exhausto, pero es por un buen motivo ahora: la lucha por nuestra supervivencia como sociedad y como especie, la lucha por nuestra libertad.
El sistema primero utiliza el silencio, luego la ridiculización. Es lo que intento el ingenuo, malintencionado y mediocre de Risto Mejide y no le salió. Ahora el sistema no sabe qué hace conmigo, porque con la razón y la verdad por delante resulta que influyo cada vez más. Una muestra es que me he convertido en «comentarista deportivo». El diario Sport del día 17 publica un artículo titulado «Agüero no se ha retirado por culpa de la vacuna de la covid-19″…Estos, el sistema hay que entenderlo al revés, cuando afirma una cosa hay que leer la contraria: se ha retirado por culpa de la timo vacuna. El artículo trata de desmentirme, pues en concreto señala textualmente que «en concreto, el periodista Enrique de Diego, defensor de teorías antivacunas, dirigió una carta al futbolista en la que le acusaba de no admitir públicamente que su retirada se debía a que se había vacunado y de “promocionar ese veneno de muerte”.
La tercera fase es la criminalización. No les va a dar tiempo, pues el fracaso es notorio en todos los frentes; cada vez somos más; son más los que abren los ojos; cada vez son más los que se dan cuenta por experiencia propia y de los demás; me dice mi jardinero, ecuatoriano, que «estamos todos fatal» desde el pinchazo. Yo sólo le espeté en la cara que Risto es un «nazi», de un tipo excéntrico y de medo pelo, no da para más, y me dirigí a la nación para lanzar el mensaje de lo que está sucediendo. Fueron unos minutos de oro. Disfrútenlos.
Épica y gloriosa primera intervención de Enrique de Diego en el programa de Risto Mejide