Enrique de Diego.
Entre las extrañas curiosidades que nos ha deparado este tiempo decadente es que tú, Federico, hayas terminado de locutor de radio, con frenillo y gangoso. Aunque en tu caso, Fedegico, seguramente es demasiado tarde, necesitas con urgencia un buen logopeda.

He de informarte que de las cuatro ancianas abducidas que te seguían y a las que impones lo que deben pensar de cada uno, a quien deben o no votar, como han de vestirse para salir y hasta de que marca ha de ser el papel higiénico, se ha dado de baja por prescripción médica. La pobre señora, insomne, está con un stress galopante de escucharte a las siete de la mañana despotricando –con la pasión obsesiva del paranoico- contra Soraya Saénz de Santamaría cual si fuera una bestia del averno y la señora que es muy hooligan del PP ha estado a punto de convencerse de que Pablo Casado es la salvación de España, aunque no tiene estudios que se los ha dado Esperanza Aguirre, que ha resucitado para estupor de propios y extraños, y eso también ha desconcertado a la pobre señora porque tú dijiste que había que canonizar a Esperanza Aguirre, a pesar de que huele a mierda que apesta, y la señora creía que estaba muerta (políticamente, supongo), pues dice la hooligan que eso de que Soraya es socialista no se lo cree, porque Soraya es del PP.
Ya he visto correr agua bajo los puentes de la política española pero esto de que la renovación es Pablo Casado pasa ya de castaño oscuro. Además del retorno milagroso de la madre nutricia de todos los corruptos –incluido tú, Federico, que eres un vulgar chorizo y lo sabes y lo voy a contar- Esperanza Aguirre, de que el alucinado José María Aznar vuelva con esa cara de espectro resentido y de que Pablo Casado se haga fotos con María San Gil, ya sólo falta que tú vuelvas a la COPE para que esto sea un mix entre el túnel del tiempo y la más atroz pesadilla.
La verdad, Federico, que has sido comunista, maoísta, azañista -¡vaya torro con que la referencia de la derecha tenía que ser Manuel Azaña!-, liberal trincón, abortista, predicador de lo privado y parásito de lo estatal, propagandista de Ciudadanos y en cada uno de las etapas has torrado como el poseedor de la verdad, con lo que no es extraño que tengas la cabeza como un sonajero.
Porque, hombre, Federico, Soraya, que tiene preparación y carácter, ha hecho cosas mal, desde luego, pero tu ahijado Pablo Casado no era lo que se dice un disidente, ni tan siquiera un crítico, ni aún menos un librepensador, sino la voz de su amo y el chico de los recados y ha sido de lo más obediente.

Lo que tenías que haber hecho, Federico, es presentarte tú a las primarias del PP. Lo que no entiendo es para qué presentaste a la pobriña Cristina Losada como candidata de Ciudadanos a la Xunta de Galicia si tú líder era el mañaco sin estudios, el viejo prematuro, el burócrata impostor, otro liberal que lleva toda la vida chupando de la teta del Estado. Salvo que quieras destruir el PP para abrirle paso a Albert Rivera, que va más con tú concepto de derecha pagana, de aborto libre, pajas sórdidas viendo a las monjas en la Televisión vaticana, que te lo tiene que mirar Ayanta Barilli, a la que tanto pagas por las clases prácticas, y política de sin fronteras ante la inmigración. Estás tan descerebrado, Federico, que al político que más odias es a Matteo Salvini, al que, con tu espíritu taimado y maricomplejines de chequista, le tildas de fascista.
Federico, el borrico orejón, ya nos trae otra canción…Últimamente, en tu caso es siempre el mismo soniquete: Soraya es mala y Pablo Casado es bueno. Como tú sólo te mueves por la pasta, bufón, enano saltarín, deduzco que Soraya no te ha pagado lo que tú te crees merecer y esperas resolverlo con el pelele sin estudios pero con muchos títulos de pega y tráfico de influencias. Ya sólo te quedan tres viejas abducidas que te siguen. Una ya no puede soportarte más so pena de perder por completo la salud mental. Tómate, Federico, unas largas vacaciones. Tú las necesitas y España te lo agradecería mucho.
Carta abierta a Federico Jiménez Losantos: Enano saltarín, estás acabado