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Acuso: Albert Rivera es el clon de Eduardo Zaplana

Redacción




Enrique de Diego.

Albert Rivera no es el clon de Macron; es el clon de Eduardo Zaplana. Con pleno acierto -queda alguien con cabeza en prensa de Génova- el PP ha distribuido un artículo de Rambla Libre haciendo hincapié en la frase Eduardo Zaplana “fue quien abrió las puertas del Ibex 35, con lo que conlleva de financiación”.

Las relaciones entre Albert Rivera han sido estrechas, fraternales, tan intensas que Ciudadanos en la Comunidad Valenciana es el clon del zaplanismo. Como nosotros nos dedicamos a la información y no a los intereses, esta notoria evidencia la desvelamos hace más de un año, con fuerte impacto. Ahora todos empiezan a chupar rueda.

Eduardo Zaplana y Albert Rivera, en la conferencia en el club siglo XXI. /Foto: epoca1.valenciaplaza.com.

Ciudadanos debería dejar de intentar tomar el pelo a los ciudadanos de verdad y no contar milongas de que no puede controlar de dónde vienen sus cargos o ese insulto a la inteligencia de que han recalado huyendo del bipartidismo. Todos los zaplanistas desembarcaron en Ciudadanos porque recibieron la orden de Eduardo Zaplana en pleno acuerdo con Albert Rivera. ¿Por qué? ¿A cambio de qué? Los de Ciudadanos han tenido detalles de extraña delicadeza con Eduardo Zaplana de los que ahora es imprescindible que Albert Rivera dé explicaciones.

Los diputados de Ciudadanos en las Cortes Valencianas impidieron, vetaron la comparecencia de Eduardo Zaplana en la Comisión de Investigación de Ciegsa, la empresa de la Generalitat dedicada a contruir colegios, que creó un agujero de 1.000 millones y 200 colegios sin hacer. ¿No es Ciudadanos tan partidario de la transparencia o sólo cuando le conviene? Es impensable que Emigdio Tormo hubiera investigado lo más mínimo de Zaplana, porque están implicados emocionalmente y subordinados jerárquicamente. A Emigdio Tormo, José Joaquín Ripoll, imputado, por supuesto, y alter ego de Zaplana, le puso un organismo creado para él en la Diputación de Alicante, la Agencia Alicantina de Energía, sin función real, a fin de obtener una retribución extra. Estuvo fervorosamente presente en la conferencia de Zaplana en el Ateneo de Valencia el pasado 16 de abril,

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El sectarismo con el que el zaplanismo ha actuado, a través de la marca Ciudadanos, sólo resulta inteligible por lo que conspicuos zaplanistas destacaron desde el principio: ellos aportaban financiación. ¿Del Ibex 35? De esa forma, han ido expulsando a muchos de los que llegaron desde UPyD y al sector de Alexis Marí y la eurodiputada Carolina Punset, de forma que actualmente el partido de Albert Rivera en Valencia es un clon de Zaplana.

No han llegado huyendo del bipartidismo, sino que son los restos fracasados de una guerra civil partidaria dentro del PP, entre los seguidores de Camps y Zaplana; es la continuación de esa guerra fratricida desde otras posiciones y bajo otras banderas. De todo esto ha ido informando en primicia y a fondo Rambla Libre a sus lectores.

Albert Rivera y Ciudadanos han de dar explicaciones, pero reales e inteligibles, del extraño y evidente proceso por el que se presentan como regeneradores los detritos del zaplanismo. Demasiada impostura.

Otrosí: Numerosos medios se preguntan por qué la operación contra Zaplana y su entorno se ha denominado Erial por los policías. Y califican el término de curioso. A mí no deja de sorprenderme que, casualidades de la vida, unos días antes publicará en Rambla Libre un artículo titulado «Alicante es un erial».

Alicante es un erial