
Editorial
El 19 de octubre, en Friburgo, se encontró el cuerpo sin vida, ahogada en el río Dreisam, tras haber sido violada, de María Ladenburger, hija de Clemens Ladenburger, adjunto a la dirección general de la Comisión Europea. El asesino confeso es un afgano de 17 años, acogido en 2015 por las autoridades alemanas. Está por esclarecer otro asesinato con violación en la misma ciudad, el de Carolina G. de 27 años. La noticia sobre el asesinato de María Ladenburger dada por Rambla Libre aparece en el buscador google como la segunda más leída sobre el crimen. Por la creciente audiencia de Rambla Libre, pero, mucho más, porque el hecho ha sido ocultado en nombre de la censura de la corrección política. Hace dos días, una austriaca de 29 años intentaba ser violada por dos musulmanes afganos en un tren que salía de la ciudad de Graz, capital del estado de La Estiria.
Como dijo Donald Trump, “no sabemos quiénes son esos supuestos refugiados”. Sabemos que están extendiendo una ola de terror sexual por toda Europa, de la que el asesinato de María Ladenburger es el último terrible hecho luctuoso, pero no será el último, con personas desarraigadas formadas en el desprecio a la mujer y en la total falta de derechos de las no musulmanas, que pueden ser esclavizadas.
¡Ni uno de esos falsos ‘refugiados’ en España! El 23 de junio fueron recibidas dos tandas de 37 y 29, con lo que desde finales de 2015 son 200 los que viven a costa del contribuyente. ¡Y el contribuyente español, por seguridad y por economía, no puede financiar a ningún extranjero! Los 200 que ya están deben ser devueltos de inmediato a sus países. Y no se puede recibir a nadie.
Esta es una nación en la que, al margen de las mentiras oficiales y las llamadas retóricas a la tranquilidad, no tiene dinero para pagar las pensiones y tiene una deuda que supera el 100%. No hay ningún derecho, y Mariano Rajoy tendrá que responder de su gravísima responsabilidad, a echar sobre las desangradas espaldas del contribuyente español a excedentes de fracasadas poblaciones musulmanas. Si esas sociedades islámicas no son capaces de mantener a sus poblaciones es estrictamente su problema. Nosotros ya tenemos suficientes, como para generar más.
Está prevista la acogida, impuesta por Bruselas, de 18.000 más, lo cual es una locura y un riesgo de que sucedan crímenes como el de Friburgo y los que se están produciendo por toda Europa. Es lamentable el consenso de todos los partidos en este desarme de la sociedad española o que el incompetente total de Albert Rivera haya exigido mayores niveles de acogida.
Estamos seguros de responder al sentir de nuestros lectores al exigir que España no reciba a uno solo de los mal llamados ‘refugiados’.
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