Miguel Sempere
Un digital de lo que queda –poco- del Grupo Intereconomía nos pide a Rambla Libre que concretemos si el cierre el día 20 “se va a producir por la mañana a primera hora, o más bien por la tarde”, para poder “programar la comida de ese día, las vacaciones, el colegio de los niños…”
Hemos utilizado fuentes internas contrastadas y la fecha del 20 de octubre se refiere al límite para pagar el IVA del tercer trimestre. Intereconomía no ha pagado la nómina de agosto, cuando nos encaminamos al declinar de septiembre, lo que indica una clara falta de tesorería.
Resulta esperpéntico que ese digital se lo tome a broma. Julio Ariza ni paga ni indemniza y encima ironiza. Lo hace después de llevar 17 meses en concurso de acreedores sin haber pagado ni un euro a proveedores y trabajadores, con unas pérdidas de 50 millones en 2013 y deuda de 92 millones, a la que hay que añadir las deudas con Hacienda que ascienden a 8.029.667 en Intereconomía Corporación y 3.123.546 en Intereconomía TV. En términos reales, Intereconomía lleva “cerrada” bastante tiempo.
Julio Ariza, en su megalomanía, no sólo ha provocado sufrimiento humano ilimitado, también, con su comportamiento, ha desacreditado ideas nobles a las que no ha servido sino de las que se ha servido. En este último tramo de la agonía, en el que pretende volver a cordura, a las ideas primigenias, a los principios, se nos presenta el peor Ariza, porque es donde siempre debía haber estado, gestionando bien, en vez de hacer el juego sucio de Mariano Rajoy, implicarse en las cloacas del PP e incluso lanzar a Pablo Iglesias. No me parece, la verdad, que el digital de marras esté para hacer bromas.