Enrique de Diego
Mónica Oltra es una farsante, uno de esos productos putrefactos de la corrección política, que ama tanto a los pobres que los crea por millares.
Mónica Oltra quiere una política de puertas abiertas y sin fronteras. Ha pedido que le envíen a la Comunidad Valenciana, con cargo al contribuyente, a todos los ‘refugiados’ del mundo, para ello una Comisión mixta con ONG de las que han hecho su negocio el sufrimiento humano.
La vicepresidenta de la Generalitat ama mucho a los refugiados pero odia a los españoles y más aún a los alicantinos, doblemente, porque, además, son y se sienten españoles. Ya se sabe que Mónica Oltra milita en esta patraña de los países catalanes.
Así que acaba de provocar un destrozo monumental, que muestra su completa ausencia de conciencia moral y social reales, y su sumisión a cuestiones estéticas, a meros clichés. Si Mónica Oltra llena la Comunidad Valenciana de refugiados hundirá a los valencianos y a los refugiados, pero ella es incapaz de comprender cosas tan simples, porque no da para más.
Tampoco para da para entender que los ciudadanos pagan para tener servicios imprescindibles y uno de los más, es la atención a los enfermos mentales y a sus familias. Pero ha dejado sin ese servicio a la ciudad de Alicante, a su comarca y, en buena medida, a toda la provincia, porque odia a los españoles y a los alicantinos, doblemente, y porque es una inútil que adeuda –la Generalitat- 200.000 euros a AFEMA, mientras va a gastarse 55 millones de euros en la castaña de Canal 9, que ya fue un agujero negro, donde quiere colocar a sus mamporreros pancatalanistas, que el clientelismo y en nepotismo Mollà ya son señas de identidad de Compromis.
Mónica Oltra, que ha sido incapaz de dar la cara, citó a los trabajadores de AFEMA –y a la directiva- para mandarles a una monosabia, a una sobrera, Sandra Casas, secretaria autonómica, para, con la mayor arrogancia y prepotencia, culparles de su desventura: que el Instituto Valenciano de Finanzas lo iba a arreglar pero que los trabajadores han presentado concurso de acreedores. Pero ¡si tú, Mónica, eres el Instituto Valenciano de Finanzas! Por de pronto, lo que ya se iba a ingresar, como paliativo, se retrasa al 25 de noviembre. ¿A que tú, Mónica, farsante, cobras puntualmente todos los meses y la tal Sandra Casas, igual?
O arreglas, Mónica, lo de AFEMA, y te dejas de prepotencias, o por Alicante tú y tus fascistas pancatalanistas de Compromis es mejor que no volváis a pisar Alicante.