Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
Es una película especial porque viene de una novela especial. No sólo por el éxito que ha cosechado entre sus lectores, sino porque siempre es complejo adaptar una sensación literaria a la pantalla.
DANIEL CALPASORO
Vitoria, 2016. Los cadáveres de un chico y una chica de veinte años aparecen desnudos en la cripta de la Catedral Vieja. Unai López de Ayala, un inspector experto en perfiles criminales, debe cazar al asesino ritual que lleva aterrorizando a la ciudad desde hace dos décadas. La sucesión imparable de crímenes y una investigación policial contaminada por las redes sociales llevarán al límite a Unai, enfrentándolo a un asesino camaleónico y despiadado que podría estar más cerca de lo que creía.
Daniel Calparsoro regresa con un thriller en la línea de David Ficher, los modernos suspenses escandinavos ( por ejemplo El hombre de hielo ) y algunos trazos del “ polar “ francés (Melville sin ir más lejos ). Se trata de una adaptación de la primera parte de la Trilogía de la ciudad blanca, best seller de Eva García Sáenz de Urturi. El extraordinario reparto lo encabeza Con Javier Rey, Belén Rueda, Aura Garrido y Manolo Solo.Todos notables aunque en mi opinión Belén Rueda se hace con el protagonismo mayor gracias a su carisma y capacidad de transmitir emociones. Estamos sin duda ante una de las actrices más dotadas del panorama cinematográfico español , sobre todo en historias de misterio, intriga o terror.
El cinéfilo puede echar de menos la inspiración del clásico thriller norteamericano, muy superior a las derivaciones europeas y con una claridad narrativa ( Hitchcock , Walsh, Lang, Hawks , Dwan ….) que a menudo está ausente en esta por lo demás interesante película. Hay que reconocer que se tiene la sensación de que la trama de investigación e incógnitas avanzan a saltos en un metraje alargado de casi dos horas donde los giros dramáticos y los cambios de rumbo se suceden de modo un tanto atropellado.
Las secuencias de acción, como es habitual en Calparsoro resultan brillantes pero sobre un punto de teatralidad. Puestos a inspirarse en el “ polar “ francés , el director se queda un tanto lejos del ya citado Melville o del gran Claude Chabrol.
En suma, asistimos a una entretenida película de acción y suspense con unos maravillosos escenarios que muestran el encanto de la ciudad de Vitoria pero en la que se echa de menos una mayor coherencia dramática.
Como ha resumido Javier Grima a la perfección “El desenlace argumental es muy precipitado . Se deja al espectador demasiado angustiado uniendo los puntos que alegremente nos va soltando el guión . Ahí reside la clave de la relativa decepción, y es que los fuegos de artificio han ganado la partida a la textura dramática y psicológica de los personajes .
Al final la atmósfera extraordinaria sacrifica la profundidad.
En esta ocasión la novela original supera la adaptación cinematográfica lo cual no es muy habitual en el género negro. Con todo merece la pena ver la película a condición de no esperar una obra maestra y si es posible, leer la novela después. Se disfrutarán más ambas.