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En vuelo por la Costa Portuguesa: En el Océano Atlántico en su más pura esencia

Redacción




Loreto Román. Periodista y escritora.

En esta ocasión el recorrido que vamos a realizar en vuelo va a ser la sorprendente Costa Portuguesa, siguiendo la ruta que nos indica el río Miño, su desembocadura y dirección Sur, continuando por el impresionante litoral portugués que se deja bañar por el Océano Atlántico.

Siempre me ha llamado especialmente la atención como del río Miño hacia el Norte (Galicia), la costa está dibujada por numerosas rías, de las que ya hemos hablado en anteriores artículos, y del río Miño hacia el Sur (Portugal), la costa en muchos de sus tramos parece una interminable playa batida por el Océano Atlántico que demuestra en este litoral toda su fortaleza, impresionante, y en vuelo mucho más. Lo sorprendente además, es que esta costa no se ha dejado construir grandes bloques de edificios para el turismo ni similares, y ha mantenido en muchas de sus localidades lo propio de la zona, los encantos de Portugal que no son pocos. Como en anteriores artículos, poneros en situación, seguidme. Las fotos ayudan.

Moledo e Insula.

Despegamos del Campo de Vuelo de Cerval, en el Norte de Portugal, entre Valenza do Minho y Vilanova de Cerveira. Insisto, después de las revisiones que debemos realizar, combustible y procedimiento, nos dirigimos a cabecera de pista 16, carreteo por la pista y a volar. Cabecera de pista 16 es la que según la brújula nos indica dirección prácticamente Sur, el final de la pista nos lleva hacia el Sur, dirección 160 en brújula. Según la dirección del viento se despegará y aterrizará en una cabecera o la otra, siempre viento en cara, o en la medida de lo posible si hay viento cruzado. Bien, siempre conviene explicar estas cosillas porque estos artículos están dirigidos a todos los interesados en saber un poco más sobre vuelo, en este caso, y golf en los demás.

Caminha.

Nos encontramos perpendicular a nosotros en el ascenso en vuelo al río Miño, y seguimos el camino que nos indica. Volamos por encima de Vilanova de Cerveira, preciosa localidad con infinidad de callejuelas por su zona antigua, con su castillo, y con un mercadillo que muchos conocemos, y unas plazas que parecen dibujadas por un gran pintor. Con todo el patrimonio monumental que dispone, la plaza de la Libertad, con la iglesia de San Cipriano del siglo XVI y con la Casa Verde en uno de sus lados, verde por sus azulejos, centro neurálgico de toda Vilanova, en donde podemos disfrutar de la comida propiamente portuguesa, sin florituras ni nada, el franco, el bacalao, los arroces caldosos, el caldo verde y muchísimos platos mas. Vilanova es de estas localidades que mantienen su encanto ajena al paso del tiempo, de todo el turismo que recibe, siempre con un ambiente de tranquilidad.

Desembocabura del Miño y Viana do Castelo.

Y nos acercamos en vuelo a la Estatua del Ciervo en hierro que corona el Alto do Castro, homenaje a la cantidad de ciervos en libertad que existían en esta zona en épocas lejanas. Nos acercamos a las montañas y debemos tener cuidado con los sotaventos. El viento pega sobre barlovento de la montaña y es en el sotavento en donde debemos tener mucho cuidado, y más con la aviación ligera, ya que es en sotavento donde se manifiesta más fuerte y con rachas.

Continuamos el vuelo, a 2000 pies, velocidad 160 km/h, velocidad de crucero que permite disfrutar del vuelo, y ya casi en la desembocadura, tenemos Caminha a nuestra izquierda, bonita localidad medieval, que como muchas otras localidades portuguesas, refleja historia por todos los lados, entre sus casas típicas y tiene además como atractivo sus grandes playas con extensos arenales. La localidad está parcialmente protegida por las antiguas murallas defensivas. Podemos ver la plaza del Conselheiro Silva Torres, llena de vida por todos sus restaurantes y actividad en general de paseo y disfrute. Y en la plaza, la Torre del Reloj, franqueado por dos edificios históricos, la iglesia de la Misericordia y el Chafariz (fuente) que tenemos en el centro de la plaza. Pero para disfrutar de todo este acogedor lugar mi consejo es acercarse y callejearlo una y otra vez. Lo disfrutaréis con seguridad.

Vilanova a la izquierda.

Entre la instrumentación del ultraligero, contamos con el anemómetro, que nos indica la velocidad, el altímetro, altitud y el variómetro, ascendemos o descendemos. De alguna forma ésta es la instrumentación básica. La mayor parte de los aviones están volando con GPS aeronáuticos que los incorporan a la aeronave y aportan mucha información. Y la radio de banda aérea, que debemos llevar encendida con la frecuencia del aeródromo o campo de vuelo en el que vayamos a aterrizar o despegar, notificando nuestras maniobras.

Continuamos con el vuelo. ¿Y qué decir de las playas de esta zona? Moledo, muy conocida por los surfistas, Praia de Ancora y Vilar de Mouros, muchos las recordamos por el festival de Rock a finales de agosto. Impresionantes todas ellas, grandes arenales que dicho sea de paso, debemos de tener cuidado en caso de pegarnos un baño ya que son playas muy batidas y con cierto peligro. A disfrutar de ellas con los avisos y precauciones que nos indican desde las mismas playas.

Y en esta desembocadura del Miño podemos ver también en vuelo el pequeño islote, A Ìnsula, islote portugués de unos 400 metros. En ella por allá por el año 1392 una comunidad franciscana edificó un cenobio por determinación de Juan I de Portugal. Durante toda su historia ha tenido muchas modificaciones y obras. Pero lo que vemos ahora, el fuerte que persiste el paso del tiempo es de la época del rey D. Joao IV, construida entre 1649 y 1652 para proteger la entrada del Miño durante la Guerra de Restauración. Mucha historia tiene la pequeña isla que contar.

Continuamos el vuelo por la línea que nos indica el Océano Atlántico hacia Viana do Castelo, en el estuario del río Limia. Y como muchas otras localidades portuguesas, de las que debemos aprender tanto, mantiene cuidadas sus calles y barrios en la zona antigua, elegantes y agradables de paseo, frondosas avenidas del siglo XIX, callejuelas para pasear llenas de mansiones manuelinas y palacios rococó. Agradable caminata os lo puedo asegurar, dispuesta de tal forma que es imposible no acabar en algún restaurante para saborear la gastronomía portuguesa, disfrutar del lugar y gastar en regalos, detalles y demás cosillas que venden como recuerdo de esta ciudad con tanto encanto. La Plaza da República, la basílica de Santa Lucía en el monte del mismo nombre, el largo paseo del río Limia y muchos otros atractivos más.

Y llegamos a Esposende, un completo espectáculo de grandes arenales que forman inmensas y tranquilas playas, espacio protegido, con gran riqueza en fauna y flora. Las playas perfectas para deportistas de Kite surf, atardeceres de cine, y su localidad dedicada principalmente a ese mar que lo ha definido desde siempre. Esposende ciudad está rodeada de pinares, en la desembocadura del Cávado, con todo su patrimonio arquitectónico, Iglesia de la Misericordia y del Bom Jesus, las ruinas del Castillo de San Juan Bautista y muchas otras cosas más.

Debemos regresar a pista, va a empezar a anochecer. Lo nuestro es vuelo visual, no lo olvidemos. Ha sido estupendo contar con vosotros para realizar este vuelo por este Portugal Norte que tiene tanto que enseñar. Estoy segura de que me he dejado cientos de miles de cosas que forman parte de su cultura por apuntar y comentar. Pero de alguna forma lo que he pretendido es describir lo que conozco en vuelo, desde otra perspectiva, con aclaraciones de este intenso mundo de la aviación deportiva, y lo que he vivido callejeándolo. De cualquier forma, toda esta zona tiene un atractivo inmenso que podemos disfrutar y debemos respetar.