Miguel Sempere.
Rambla Libre ha tenido acceso a la querella criminal presentada en los Juzgados de Pozuelo de Alarcón, Madrid, contra el psicólogo José Manuel Muñoz Vicente. La querella pone en evidencia y documenta las sucias mentiras del citado a fin de favorecer que se quitara la patria potestad a Manuel Romeral Frías y proteger a la madre, a pesar de las evidencias.
La querella considera que el citado psicólogo, adscrito a los Juzgados de Pozuelo, ha cometido presuntos delitos de falsedad documental por imprudencia grave y falso testimonio. Los hechos delirantes pueden resumirse indicando que, a fin de conseguir sus fines, establece todo lo que es responsabilidad de la madre en el padre, y todos los problemas psiquiátricos que padece la madre en el padre, que no padece ninguno.
Incluso llega a «faltar a la verdad en determinados extremos fundamentales«, así la desatención higiénica y sanitaria del hijo por la madre se la achaca al padre falseando las fechas e indicando que ha estado tres días con el padre, cuando sólo ha estado unas horas y ha sido éste el que lo ha llevado a urgencias. A pesar de que posteriormente reconoce su error de manera verbal, en informes posteriores por escrito se ratifica.
A pesar de que las evidencias de malos tratos al niño son declaradas por éste al forense que han sido practicadas por la madre, Muñoz Vicente los establece en el ámbito paterno. En su ofensiva de mentiras Muñoz Vicente llega a plantear una posible personalidad paranoide de Manuel Romeral, que en ulterior examen por personal cualificado, se establece que tiene «total sanidad mental», mientras oculta que el test CUIDA la madre, ha obtenido una calificación de 2, lo que en términos científicos implica que corresponde al tipo de personas que «habitualmente tienden a no pensar antes de actuar y se dejan llevar por estados de ánimo que no controlan. Suelen ser personas volubles, ansiosas, irritables y aprensivas. Pueden tener dificultades para anticipar las consecuencias de sus actos y su tolerancia a la frustración es baja. Tienen cierta tendencia a no sentirse bien consigo mismas. Su estructura interna suele ser poco consistente. Su control de impulsos no siempre es adecuado. Les cuesta asumir las críticas”.
Según relata la querella, oculta en sus informes toda la acumulación de hechos gravísimos referidos a la madre, «(CUIDA nefasto, transmisión de imagen negativa del padre, horarios laborales de la madre que impiden el cuidado personal y obliga al cuidado por los abuelos; abuelos con serias deficiencias a los que no explora; domicilio no apto, etc.) y teniendo en cuenta los puntos fuertes del padre (CUIDA con unos resultados que muestra habilidades parentales muy por encima de la media, horarios laborales compatibles, familia extensa normalizada, vivienda hábil, etc.) se dedica a hacer un enjuague para reforzar los puntos positivos de la madre y rebajar los negativos del padre. Así oculta sus habilidades parentales fuera de lo normal, y muy por encima de la media».
Entre sus mentiras, llega a establecer que la familia de la madre está «estructurada«, cuando la abuela lleva treinta años en tratamiento psiquiátrico, el abuelo es alcohólico y agresivo, y el hermano tiene numerosos antecedentes penales por hurto y tráfico de drogas. ¡Si no llega a estar estructurada!
De hecho, puede decirse que, por la negligencia y con la connivencia de este nefasto profesional, el niño está siendo sometido a vejaciones y torturas. Así, «el niño muestra un mutismo selectivo en el sentido de no contar nada de lo que hace cuando no está con su padre, concluyendo las psicólogas que se trata de un mandato (lógicamente de la madre o del entorno materno) ya que ante esas situaciones el niño verbaliza «mamá dice que no cuente cosas, que no le hable«, «los yayos (abuelos maternos) dicen que no le hable a papá«.
La querella aporta los informes de dos psicólogas y otro perito particular que contradicen por completo la línea seguida por Muñoz Vicente. «Las psicólogas observan en el menor un estado de ánimo ansioso-depresivo caracterizado por sentimientos de confusión, miedo, ansiedad e inseguridad, que por lo demás viene motivado por la diferencia entre lo que auténticamente quiere (y es que en las pruebas escoge sistemáticamente estar con el padre: «quiero estar en la casa de papá«, «quiero estar todos los días con él«, «quiero llamar a papá«, «quiero estar con él porque me lleva al parque y pinta conmigo«.) y el discurso claramente aprendido que viene obligado a manifestar: «mamá dice que papá es malo, que es imbécil, que no le quiera, que no le obedezca a papá, que no le hable«, «N., ¿papá es bueno a malo? bueno«, «N., ¿Alguien dice cosas malas de papá? Mamá y los yayos, ¿alguien dice cosas malas de mamá? no«.
Esta querella está relacionada con la trama judicial de Pozuelo de Alarcón desvelada y denunciada por Rambla Libre. Este caso está ampliamente tratado en el libro «¡Derogad la genocida ley de violencia de género!«, del que es autor Enrique de Diego.
Escándalo: Denuncian una trama en los Juzgados de Pozuelo de Alarcón
http://ramblalibre.com/2018/03/19/nuevo-libro-de-enrique-de-diego-en-amazon-derogad-la-genocida-ley-de-violencia-de-genero/