Enrique de Diego.
El boicot ha de ser total: ¡Hundamos a los separatistas! No compres a quien te odia: a quien se lucra de ti mientras te desprecia y conspira para destruir tu Patria. El separatismo no es sólo un proyecto político, ha sido apoyado por el empresariado catalán, con muy raras y respetadas excepciones. El cambio de sede social es una estricta tomadura de pelo, una estafa total, puesto que la actividad y los trabajadores siguen en Cataluña. No nos dejemos engañar.
Pretenden destruir España, con la connivencia de Mariano Rajoy, el Gobierno, el PP y el PSOE, sin dejarnos ni tan siquiera votar y defender nuestra querida Patria, pero todavía no pueden quitarnos la condición soberana de consumidores. ¡Ni una botella de cava ni estas Navidades ni nunca de Codorníu en los hogares españoles, por estricta dignidad! No vamos a dar ni el 1% a los Raventós que se dedicaban a repartir con Unipost las tarjetas censales del sedicioso Carles Puigdemont.
El sistema tiembla, está temblando, ha puesto en marcha, de manera histérica, una campaña para parar un boicot que tiene que ser total; nos jugamos el ser o no ser de nuestra nación; sólo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener Patria. Nosotros no podemos permitirnos ese lujo. Y no nos lo vamos a permitir. En los últimos quince días, los pedidos de productos catalanes, de empresarios separatistas, se han reducido el 40%. Es difícil de entender que no se hayan reducido al 100%. Hay que suponer que es por falta de información. Hay que conseguir ese 100%.
Que se vayan al paro los trabajadores separatistas de Casa Tarradellas sería un gran beneficio
El sistema tiembla tanto ante el boicot que convirtió la manifestación patriótica del 8 de octubre en Barcelona en una completa mascarada, en reclamación de un diálogo que es sinónimo de traición. Sacó a Josep Borrell del armario para que hiciera campaña contra el legítimo boicot. Implora Borrell: «Por favor, paren eso, no castiguen a los trabajadores de Cataluña». ¿A quiénes? ¿A los trabajadores de Casa Tarradellas, de la comarca de Olsona, de Vich, que odian a España y a los españoles, que vejan a los hijos de los guardias civiles, que pitan nuestro himno y queman nuestra bandera? ¡Ojalá vayan al paro todos! Es lo que se merecen. Ni una pizza de Casa Tarradellas. Y si no tendremos que pasar al boicot a Mercadona que es su distribuidor.
Dice Borrell: «Si hay boicot a productos catalanes pagará quien menos culpa tiene«. ¿Quién menos culpa? ¿No tienen culpa esos empresarios que se han lucrado de las subvenciones, que han financiado a la Asamblea Nacional Catalana y a Omnium Cultural, como los Vallvé? ¿No tiene culpa el empresariado catalán? ¿No tiene culpa la CEOE con ese anfibio de Juan Rosell? ¿Qué han hecho para defender a España? Nada. ¿Qué han hecho para hundirla? Todo.
Y dice Borrell que aturem el boicot «para no dañar el empleo«. No se llama a no consumir, sino a no consumir productos de empresarios separatistas. El empleo surgirá en otras empresas alimenticias. Pero no va a salir gratis despreciar y odiar a España, despreciar y odiar a los españoles.
Hacia un boicot constante y total, demoledor y tumbativo
El boicot tiene que se constante y total. Ha de ser demoledor y tumbativo. Rambla Libre no va a ceder porque está en juego el ser o no ser de la nación; la supervivencia de la Patria y las familias. ¡Ni un solo libro del Premio Planeta, ni un solo libro de la Editorial Planeta en los hogares de los españoles! ¡Qué el Señor Lara se los meta literalmente por su culo y los de Josep Crehueras y Mauricio Casal! ¿O vamos a seguir soportando esa componenda de defender la unidad de España en Antena 3 y de atacarla en La Sexta, promocionando a esos alienígenas apátridas de Podemos, a esos compañeros de viaje del separatismo como Ada Colau o a esos invasores de los países catalanes como Mónica Oltra!
No vamos a permitir que invadan Valencia ni Baleares: ¡boicot total! Todos en apoyo de los valencianos y los baleares. Nos vamos todo en este empeño.
Especial llamamiento al boicot a valencianos y aragoneses y a navarros. Estáis en el frente de mayor peligro. ¡Ni una cerveza Damm, ni una Estrella Levante, que es propiedad del mismo personaje que guardaba en su casa diez millones de papeletas de odio a España! ¡Ni una Coca-Cola hasta que salga Sol Daurella! ¡Ni un gramo de Cola Cao ni de Nocilla!
Ha llegado el momento de la determinación, de poner pie en pared, de que no nos tomen el pelo más, de plantar cara a un sistema que lleva a la destrucción de España y al empobrecimiento de los españoles. Estamos en el momento de la verdad y podemos vencer con un boicot total. Si demostramos nuestra fuerza como consumidores no podrán pararnos como electores; no podrán impedir que haya un referéndum para votar contra esa reforma de la Constitución que es un ataque directo a la nación.
¿Es que vamos a comprar los productos de Javier Ferrero, Cola Cao, Nocilla y Mesura, cuando ha proclamado su odio a España? ¿Es que no vamos a saber defender a nuestros guardias civiles y policías vilipendiados en esa grosera manipulación de los heridos del 1 de octubre? ¿Es que vamos a consentir el acoso inmisericorde que sufren sus hijos en las escuelas tiránicas separatistas?
¡Ah! Pero en el tiempo de la globalización, las aceitunas de las pizzas Casa Tarradellas a lo mejor vienen de Extremadura. ¡Pues ya les venderán a otras pizzas que surgirán cuando esos separatistas se vean en la ruina! ¡Sin dudas, sin fisuras, boicot total porque está en juego el ser o no ser de la nación!
Toda piedra lanzado en el lago produce ondas que se extienden y llegan a la orilla. Esta es la piedra que lanzo para que se expanda y se difunda: ¡boicot total!
Se suponía que el empresario es neutral, que lo mismo ha de vender a unos que a otros. Se les dijo, por activa y por pasiva, que venden más en Aragón que en Alemania; más en Logroño en que Bélgica; más en Madrid que en Francia. ¿Recuerdan ustedes la prepotencia de Pilar Rahola de que pondrían aranceles por el maldito Corredor Mediterráneo? No nos necesitan, solo debemos comprarles sus productos. Frente al boicot, inundarán los hogares de publicidad a través de la televisión y los digitales. Es la forma de comprarles, aunque ya los tienen comprados lo suficiente, pero no van a poder con nosotros, con los humildes patriotas. Hago un llamamiento a los movimientos patrióticos, a las sociedades culturales patrióticas para que difundan el boicot total a los separatistas.
¡No se van a reír de los españoles! ¡Les vamos a helar su estúpida sonrisa! Ahora se dan cuenta de que la industria alimentaria catalana representa una facturación de 21.261 millones y de que viven de ella 422.432 trabajadores. ¡Mala estrategia comercial estar siempre insultando a los clientes!
El supremacismo catalán de Gallina Blanca es el Ku Klux Klan
¿Es que vamos a comprar productos Gallina Blanca para que financie su empresario el digital Ara, desde el que se nos combate e insulta, desde el que se ofende y desprecia de continuo a nuestra querida Patria, España? Nosotros también tenemos sentimientos, muy firmes y muy profundos. Los mismos que tuvieron Agustina de Aragón, el tambor del Bruch, el general Prim y los voluntarios catalanes y los que alimentaron la heroica defensa de Gerona contra el invasor.
Basta ya de tomaduras de pelo. El dogma del supremacismo catalán, remedo del Ku Klus Klan, de que los españoles somos tontos, es falso. De que se nos puede ofender, vejar, mentir y despreciar para luego comprarles sus abalorios, es simplemente un insulto a la inteligencia y una agresión a la voluntad y una vejación a la dignidad.
¿Es que si nos pinchan no sangramos? ¿Es que si nos ofenden no nos indignamos?
Boicot total, un boicot constante y demoledor al 100%, hasta que nadie más en la vida ose ofender a España y a los españoles. Nos jugamos en este envite el ser o no ser de la nación. Y lo vamos a ganar todos juntos.
Contra la hipocresía separatista: El empresariado catalán es culpable
Boicot a productos separatistas: Cola Cao, Gallina Blanca, Casa Tarradellas, Cervezas Damm
Roberto Centeno denuncia: ¡Españoles en pie! Rajoy prepara una traición sin límites