Enrique de Diego.
Eres un calzonazos, Mariano. El mayor de la historia de una España llena de valientes. Lo primero que tenías que haber hecho es no cobrar sobresueldos, ni sobres en negro (metidos en cajas de puros habanos mientras los concejales del PP eran asesinados en Vascongadas), ni permitir que el PP se financiara mediante comisiones y mordidas como una pútrida mafia, ni que hubiera una caja B, ni que nunca hubiera existido un Luis Bárcenas. Porque ahora, cuando la Patria necesita liderazgo, estás desacreditado, careces de autoridad moral, y actúas con una cobardía atávica, patológica, con la añadida de quien tiene el esfinter demasiado ancho por todo lo que le han metido y el miedo atenazante de quien tiene mucho, demasiado, que ocultar.
No das la cara. No tienes el mínimo de coraje, ni agallas, ni virilidad, ni la responsabilidad exigible para el cargo que ostentas. Continuamente te ocultas detrás de los demás. Lo haces detrás de un Tribunal Constitucional que tú nombras con café, copa y puro, entre los más pelotas y los más lacayos. Te ocultas tras una Fiscalía cegata para los delitos de sedición y rebelión, perfectamente tipificados en el Código Penal. Te has ocultado detrás de Soraya Saénz de Santamaría que no es precisamente don Juan de Austria, ni el duque de Alba, sino más bien una menina velazqueña, a la que enviaste a Barcelona para ser pasto de los humoristas macabros del separatismo. Te ocultas detrás de tus voceros, tus montoros, tus casados y la chequera de todos los españoles salvando de la quiebra, una y otra vez, a la Generalitat insurrecta, pedazo de imbécil.
Ahora te escondes detrás de los secretarios municipales, de los funcionarios y de los alcaldes socialistas, porque cesión tras cesión, corrupción tras corrupción, no tienes ni un solo alcalde del PP en Cataluña. Así que a estas horas, cobarde patológico, están haciendo más por España y por la libertad -España y libertad son hoy sinónimos- las alcaldesas Nuria Parlón y Nuria Marín, que tú, atrincherado en La Moncloa consumiendo rollos de papel higiénico que te suministra Jorge Moragas, con su mochila repleta de respuestos. ¡Está haciendo más por España que tú, capitán de las sardinas, Ada Colau! ¡Y ya es decir!
Estás desprotegiendo a la gente, estás desprotegiendo a los patriotas, estás haciendo que la presión recaiga sobre ellos. Continuas son las reclamaciones a acosarles, en un monumental escrache dirigido desde la Generalitat, provocado por ese miserable de Carles Puigdemont. La calle se está llenando de insultos y amenazas y primero vienen las palabras…Y tú, abjurando de todas tus responsabilidades, dando bandazos con el timón de la nación, resulta que estás confiando en que los mossos te respalden y obedezcan, mientras ven como no haces nada contra los líderes de la revuelta, de la rebelión, de la revolución en marcha. ¿A qué esperas, bellaco? ¡Oh! Sí. ¡A que la situación se pudra más! ¡A qué salten todas las costuras y afloren todas las contradicciones! ¿Te van a obedecer esos mossos a los que el inefable Josep Lluis Trapero, jugando a sans coulotte, califica de «policía del pueblo«? ¿Y si los mossos, con sus armas, respaldan la rebelión, si se suman a la ilegalidad? ¿A quién tienes tú para reprimirles? ¿Por qué, acomplejado de mierda, nos has movido tropas militares hacia Cataluña?
Y cuando por tu debilidad se extienda el caso, ¿qué? En Cataluña ya hay dos legalidades, o una legalidad que no se impone y una ilegalidad que avanza. ¿Va a acudir en coche oficial cuando se le cite Carles Puigdemont al Juzgado? ¿Vas a conseguir la inhabilitación de Carme Forcadell? ¿Les vas a enviar a un agente judicial para notificarles? ¿Te has vuelto tonto o eres un retrasado mental? Estos no salen de sus despachos si no es con grilletes o con los pies por delante.
España está fuerte y tu debilidad no la representa. A pesar de cuarenta años de cesión, de criminalización del patriotismo, el 48% de los españoles es partidario -encuesta de Sigma Dos- de aplicar ya el artículo 155, ese artículo que tú, gallina, insistes una y otra vez en que no vas a aplicar, desarmando al Estado y vilipendiando a la nación. El 18,8% de los españoles no contesta; les basta con la playa y el fútbol; y el 33% está en contra. Eso después de cuarenta años de echar ponzoña sobre el 155. El 60,3% está en contra del referéndum; quiere que se impida; frente a un 29,1% de traidores a favor, que deben ser los votantes de la chusma podemita.
Te escondes, vergüenza nacional, al que cuadra aquello de tu cosecha de bobo solemne, detrás de Ángela Merkel y ahora quieres que Donald Trump haga una declaración. ¿Para qué? ¿A quién le importan Merkel y Trump y eso de Bruselas, en esta hora de crisis, zozobra y oprobio? ¡Sal tú, pedazo de cobarde, y dirígete a la nación con la apostura y la firmeza que se espera de un presidente del Gobierno y no de un mercachifle degenerado! Transmite seguridad y firmeza. Lidera a la nación. Preséntate, calzonazos, de inmediato en Hospitalet de Llobregat o en Santa Coloma de Gramanet a dar fuerza a las heroicas alcaldesas. Deja de estar a la defensiva y frustra la rebelión con la violencia legítima del Estado de Derecho, porque, si no, al final, provocarás una guerra civil en Cataluña.
Te advierto que no impedir la rebelión es delito tipificado. Que tu cobardía nos puede costar muy cara a todos, pero también a ti. Que puedes acabar entre rejas.
Mientras tú andas escondido, hablando de una firmeza que no se ve por ninguna parte, en contra de la cual hablan tu diarrea cósmica y tu ocultación en la lujosa madriguera que pagamos todos los españoles, la Patria está en peligro.
Nunca los españoles estuvieron tan mal gobernados por un patente cobarde. La Patria no te lo perdonará. Defiende a España, que para eso te pagamos, mercenario.
Carta a Rajoy: Vas a pasar por el mayor calzonazos de la historia de España