AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

Los datos sobre el «cambio climático» han sido falseados durante décadas

Redacción




El Servicio Meteorológico del Reino Unido, pilar de la ciencia climática global, se está recuperando de las revelaciones de que los datos sobre el cambio climático han sido falsificados durante décadas. Investigaciones independientes han descubierto que se utilizaron registros de temperatura de 103 estaciones meteorológicas inexistentes, lo que socava la credibilidad de los datos que impulsan la agenda de cero emisiones netas del Reino Unido y los modelos climáticos globales.

El escrutinio se intensificó tras las solicitudes de acceso a la información pública que expusieron la incapacidad del Servicio Meteorológico para rastrear las fuentes de estos datos falsificados. Estos hallazgos, junto con metodologías deficientes, plantean serias dudas sobre la fiabilidad de los registros de temperatura que sustentan las políticas climáticas urgentes. A medida que aumentan las dudas, la integridad de la ciencia climática internacional se enfrenta a una prueba crítica.

Naturalnews.com informa: En mayo de 2025, el investigador ciudadano Ray Sanders reveló que la Oficina Meteorológica  no puede identificar estaciones meteorológicas específicas que proporcionen datos de temperatura para 103 de los llamados «sitios zombi», lugares que dejaron de operar  hace décadas o nunca existieron. Tras presentar solicitudes de acceso a la información (FOI), Sanders descubrió que la agencia admitió carecer de registros que detallen las «estaciones vecinas bien correlacionadas» supuestamente utilizadas para estimar los datos de estos sitios no funcionales.

Sanders destacó dos casos: Scole, una estación de Norfolk que solo estuvo operativa entre 1971 y 1980, y que ahora registra promedios de temperatura que abarcan el período 1959-2020, incluyendo una década completa antes de su creación. El Servicio Meteorológico defendió esta idea alegando un «análisis de regresión» para mantener promedios climáticos a largo plazo, pero se negó a identificar las estaciones que proporcionaron datos para los registros de Scole de 1990 a 2020, alegando que dicha información «no se conserva». Un problema similar surgió con Manby, un sitio de Lincolnshire cerrado en 1974, pero que aún figura en el registro con 60 años de datos de temperatura.

NO TE LO PIERDAS:   Cuando Jaime del Burgo descubrió que Pedro J Ramírez ya no era periodista

“Si los datos no son reales y se basan en estimaciones no verificadas de fuentes desconocidas, no son más que ficción”, dijo Sanders. “Cualquier científico diría que esto viola estándares fundamentales. Sin fuentes verificables, la credibilidad se desvanece”.

Un patrón de controversias sobre datos en la ciencia del clima

Las dificultades de transparencia de la Oficina Meteorológica reflejan décadas de disputas en climatología. En 2009, correos electrónicos de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia expusieron intentos de manipular los datos de temperatura y suprimir las investigaciones escépticas. Una década después, la NOAA fue acusada de falsificar datos del 30 % de las estaciones de informes de EE. UU., como documentó el meteorólogo Anthony Watts.

“Los datos fantasma tienen un historial”, señaló Watts. “Es como admitir ante un tribunal que no se tienen pruebas, ¿y aun así se supone que debemos confiar en ellos para políticas millonarias?”

Las prácticas actuales del Servicio Meteorológico Nacional (MET) suscitan críticas particulares por solaparse con la defensa del Cero Neto. El científico jefe, Stephen Belcher, ha vinculado el aumento de las temperaturas globales con fenómenos meteorológicos extremos, citando la duplicación de los días calurosos desde 2014. Sin embargo, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) no ha detectado tal tendencia, lo que plantea dudas sobre la calidad de los datos del Reino Unido que alimentan los modelos globales.

Los modelos climáticos bajo fuego: ¿Las “ficciones convenientes” impulsan las políticas?

Las supuestas lagunas de datos del Servicio Meteorológico Nacional se entrecruzan con debates más amplios sobre los modelos climáticos. En una discusión filtrada  de la BBC  , el escéptico Chris Folland, del Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido, admitió: «No basamos nuestras recomendaciones en los datos; las basamos en los modelos climáticos». David Frame, modelador climático de Oxford, aclaró las limitaciones de los modelos: «Son ficciones convenientes, no la verdad literal».

NO TE LO PIERDAS:   Una youtuber que promovía la timo vacunación entre sus seguidores muere de miocarditis linfocítica

Los críticos argumentan que esta dependencia crea una paradoja. Si los datos fundamentales de temperatura son inventados o imposibles de rastrear, como se alega en el caso de la Oficina Meteorológica, los modelos basados ​​en tales «ficciones» pierden fundamento científico. Las implicaciones van más allá del ámbito académico. En el Reino Unido, las reformas fiscales y las políticas energéticas están directamente vinculadas a las evaluaciones climáticas, lo que lleva a escépticos como Sanders a exigir transparencia: «¿Cómo podemos seguir una narrativa de emergencia climática si los datos no son reales?».

Llamado a la transparencia en medio de la presión política

A pesar de la incansable defensa de Sanders y del creciente interés público, la Oficina Meteorológica, su ministro de gobierno y los principales medios de comunicación aún no se han involucrado plenamente. La agencia sigue atribuyendo sus registros a un «análisis de regresión», aunque no puede verificar las estaciones involucradas.

A medida que se intensifican los debates sobre el Cero Neto, la opacidad del Servicio Meteorológico corre el riesgo de aumentar el escepticismo. «No estoy en contra de la ciencia climática», declaró Sanders, «pero necesitamos honestidad. Sin pruebas, toda política que afirme una ‘emergencia climática’ es solo una ilusión». Las preguntas sin resolver subrayan una creciente brecha entre los imperativos de la acción climática y el rigor necesario para justificarlos: un equilibrio sin resolver que define este momento crítico de la ciencia climática.