Enrique de Diego.
La Editorial San Román es ya un sello señero en el panorama editorial español con una identidad marcada: publica libros nítidamente católicos y con una perfección acusada; libros tratados con mimo desde la primera a la última página.
Ha llenado lagunas importantes sobre el siglo XIX teniendo como hilo central a una figura egregia como Sor Patrocinio, cambiando la visión de ese siglo que se nos ha vendido como la versión oficial, ha tratado en profundidad la acción de la masonería, nos ha dado una visión ajustada de la revolución francesa con el genocidio de La Vendée, tiene un muy ilustrativo libro de Alberto Bárcena, desmitificador y revelador, sobre «Los presos del Valle de los Caídos».
Las cuestiones que trata lo hace con rigor y ante nuestros ojos florece la verdad sin miedo a las mentiras de la propaganda. Ha tomado sobre sí el titánico esfuerzo de poner ante nuestros ojos los bellos ejemplos de los mártires de la guerra civil y la sañuda persecución religiosa, que contradice la mendaz «memoria histórica» que se trata de imponer y que la Editorial San Román echa abajo estrepitosamente.
En esa línea se mueve un nuevo libro apasionante titulado «Mártires a la sombra del Alcázar de Toledo» de Jorge López Teulón, sobre la muy cruenta persecución que tuvo lugar en la diócesis de Toledo, en cuya ciudad corrió la sangre de los santos a raudales, hasta el exterminio de las comunidades de religiosos, de los sacerdotes diocesanos y de muchos seglares comprometidos con la Iglesia, hasta el punto que, por su ferocidad y salvajismo, puede decirse que el marxismo es el odio irrestricto y la cocaína de los pueblos.
Estamos ante un libro ordenado y completo, redondo, la mejor requisitoria sobre la salvaje persecución religiosa en España, superior a la de los césares romanos; cuanto más santos, más saña y aquí, en Toledo, como en el resto de la España roja, todos los sacerdotes eran santos. Merece destacarse, que no eran tibios. Ello llevó al poeta francés Paul Claudel en su poema «Aux Martyrs Espagnols» a escribir: «Soeur Espagne, sainte Espagne..tu as choisi! Onze évéques, seis-mille prètes massacrés…et pas una apostasie».
En Toledo se va desgranando el martirologio entre los meses de julio, agosto y septiembre de 1936, con voluntad diabólica de exterminio, de más de cien sacerdotes y religiosos, como otros cientos por el mero hecho de ser católicos y, efectivamente, ni una sola apostasía. En el Paseo del Tránsito, lugar santo, donde se produjeron la mayoría de los horrendos crímenes, a personas que sólo habían hecho el bien, que se había caracterizado por sus virtudes y sus obras de caridad.
Impresionan los relatos contados con magistral precisión. Tres son las constantes en la hora del martirio: el perdón hacia los verdugos, que se muestran sin ápice de humanidad, como fieras salvajes; una fe llena de entereza en Jesucristo y el Cielo que les da una inmensa paz y el grito de combate cristiano: ¡Viva Cristo Rey!
Toda la comunidad de carmelitas descalzos, toda la Orden de los Hermanos Maristas, todos los sacerdotes encargados del rito mozárabe..Jorge López Teulón tiene la delicadeza de narrar las últimas horas de cada uno de los mártires y recoger, al final, suscintamente sus biografías.
Encomiable labor de la Editorial San Román que ante tanta soez mentira subvencionada eleva la verdad con toda su crudeza. ¿Para qué? Este es un libro necesario, diría que imprescindible. para refrescar la memoria, para que lo lea y leerselo a las nuevas generaciones, adoctrinadas en una educación dislocada. Para que todos, y yo el primero, nos encomendemos a nuestros mártires, para que los sintamos muy íntimamente, para que nos empapemos de sus vidas santas, porque los sembradores impuros del odio han conseguido o intentan conseguir que los sintamos lejanos. Fueron asesinados alevosamente -sin juicio, sin razón alguna- por socialistas, comunistas y anarquistas, por gentuza de baja ralea.
Aquello fue una Cruzada, como bien, magníficamente bien, la definió el gran cardenal Isidro Gomá, por la supervivencia de la España cristiana, por todo lo noble y humano que representan los mártires frente a la canallesca marxista, en una página que la deslegitima para los restos.
Pero el libro indica que es a la sombra del Alcázar de Toledo. Esos milicianos cobardes fueron incapaces de hacer sucumbir a los heroicos defensores del Alcázar de Toledo, gesta épica que merece recordarse y que conmocinó en su época y que conmociona en estos tiempos de tanta cobardía y tanto adocenamiento.
El autor da pinceladas, pero sabrosas y significativas, con especial detenimiento en Antonio Rivera Ramírez, el «ángel del Alcázar», sobre la piedad eucarística de los aguerridos defensores, sus duras condiciones de vida. El autor se detiene en la escalofriante y llena de emociones llamada de uno de los hijos del gran Moscardó a éste. Uno de los hitos de grandeza de la historia de la España reciente.
Reproduce los mensajes que les hace llegar la figura egregia del general Franco, al que no le llegan a la suela de los zapatos estos mequetrefes que nos llevan desgobernando desde 1975: «General jefe del Ejército de África y sur y norte de España: A los bravos defensores del Alcázar Toledano. Nos enteeramos de vuestra heroica resistencia y os llevamos un adelanto del auxilio que os vamos a prestar. Pronto llegaremos a esa: mientras, resistid a toda costa, que os iremos llevan los pequelños socorros que podamos. ¡Viva España! El General Francisco Franco».
Y llegaron. Y un demacrado coronel Moscardó dijo aquella frase legendaria: «Sin novedad en el Alcázar». Impresionante.
Un libro que no he podido parar de leer hasta terminarlo. Gloria a los mártires de Cristo y a los héroes de España. Y que recomiendo vivamente a todos los españoles de hoy.
Jorge López Teulón, Mártires a la sombra del Alcázar de Toledo, Editorial San Román, Madrid, 2024, 325 páginas, 19 euros.