Enrique de Diego.
Gracias a los 1.000 suscriptores de mi canal de Youtube, Enrique de Diego – Rambla Libre, por haber conseguido la pequeña proeza de conseguir esa cifra, cuando está tasado que se tardan una media de 2 años
Esa es la cifra mínima que solicita la globalista Youtube para empezar a monetarizar -pagar, en roman paladino- más un cierto número de horas.
Rambla Libre es prácticamente el único medio de presupuesto equilibrado; es decir, nunca, nunca hemos gastado un euro de más a nuestros ingresos. Los medios de defecación cuentan con publicidad institucional, que nosotros rechzamos, y suelen estar al servicio de Blackrock.
He contado en otras ocasiones como Google Adsense nos baneó de la publicidad, controlando esa mega corporación alrededor del 90% de la publicidad de Intenet. Lo hizo definitivamente tras un período de censura cruel e irrestricta por las informaciones que dábamos, plenamente certeras y objetivas, de que se estaba cometiendo un genocidio, más cruel e inmisericorde, con el coronavirus y las timo vacunas.
En ese momento crucial y decisivo, nos reunimos el equipo de Rambla Libre y decidimos no cejar en la lucha, pero necesitábamos dinero para poder funcionar. No os hemos pedido contribuciones voluntarias porque tiene la gente, tenéis vostros, bastante con salir adelante en este Estado depredador y, al tiempo, despilfarrador.
Agradezco a todos los que habéis adquirido mis libros -«Letizia, satánica y adúltera», preferentemente, «Bergoglio, el cojón del anticristo» y más recientemente «El virus woke»- porque habéis ayudado a que Rambla Libre saliera adelante. Como dice Tomás Kempis, «la serenidad no es estar a salvo de la tormenta sino hallar la paz en medio de ella».
Hemos tenido que afrontar lo que tiene visos de una sañuda persecución judicial que nos ha obligado a cuantiosos desembolsos. Tenemos tres procedimientos en curso.
Cuando mi equipo técnico me planteó que una fuente de conseguir dinero era abrir un canal en Youtube no me lo pensé dos veces. Había que intentarlo. Sabía que nos encontrarímos de nuevo con nuestra enemiga la censura y la hemos vuelto a sentir en nuestras carnes: un vídeo ha sido baneado por decir la verdad sobre las timo vacunas, cosa que no le gusta a YouTube.
Con esa cifra de 1.000 suscriptores somos un poder fáctico en esa red social y podemos llegar muy lejos, a pesar de la limitación de medios. El hermano ayudado por el hermano es como una ciudad amuralada. Ahora se trata de llegar a la cifra de visualizaciones que exige Youtube, y hacerlo de nuevo en tiempo récord. La guerra e bella ma incomoda, como reza el dicho bélico italiano. La guerra contra el globalismo es también incómoda aunque nos llene de alegría por cada batalla ganada. Y ya van muchas. El ánimo siempre alto.
Seremos ese poder fáctico si los 1.000 visualizan los vídeos y si los ven hasta el final. No picoteando. El resumen que me pasa el equipo técnico es que «la gente no ve ni la mitad del total de los vídeos, y aun así la media del total de reproducción es superior a otros canales». Es decir, la gente que sois vosotros. Y os necesito más fuertes y templados, más constantes, menos tiktokeros. Os pido ese pequeño esfuerzo. Hacedlo, por favor os los pido.
Los que habéis incrporado hace poco, visualizar los vídeos anteriores. Recomiendo la serie sobre el wokismo.
En el frontispicio del canal, sale la foto heroica delante de los Juzgados de Elche cuando recurrí a la Justicia en este mundo podrido para denunciar el delito descomunal que se estaba perpetrando con las timo vacunas, de las que tantos han muerto o están heridos. Supuse que no me harían ni caso, pero no era consciente que se desataría la tormenta sobre mí, pero en medio de ella he encontrado la paz con la que sigo en el combate. Utilicemos todos este medio y hagámoslo fuerte y poderoso. Banzai!