Javier Marzal. Analista del poder y denunciante de corrupción sistémica.
Oficializado el fraude de la pandemia del coronavirus y en nombre de la Humanidad, exigimos la inmediata dimisión del Director General de la Organización Internacional de la Salud (OMS) y del Secretario General de Naciones Unidas.
Respecto de la OMS, declaró una pandemia y promovió medidas sanitarias sin soporte científico alguno, tomando decisiones basadas en intereses políticos que han tenido como consecuencia el mayor genocidio del siglo XXI.
La OMS desoyó voces cualificadas, incluyendo a científicos galardonados con el Premio Nobel, promoviendo medidas sanitarias sin evidencia científica alguna, como las mascarillas, los respiradores o el distanciamiento social, asesinando a millones de personas.
No conformes con este genocidio, la OMS eliminó los protocolos de seguridad de las vacunas e hicieron afirmaciones falsas sobre sus efectos, a sabiendas de su ineficacia y de sus mortales efectos secundarios, ocasionando un segundo genocidio, probablemente de mayores consecuencias que el anterior.
La ONU no sólo actuó en áreas sanitarias, sino que promovió la persecución y el asesinato civil de quienes decían la verdad de lo que estaba sucediendo, oponiéndose a la farsa oficial que la propia ONU había promovido, destruyendo la ciencia y la sanidad.
La ONU ha atentado contra su propia Declaración de los derechos humanos, causando un daño de difícil reparación a las democracias que decía defender. No puede haber democracia si los medios y las redes sociales han implantado sistemas de censura.
La Asamblea General y la OMS han perdido toda credibilidad, con el perjuicio que causará a la salud del futuro y, en general, a la seguridad mundial.
La ONU ha sido la mayor fábrica de fake news del mundo. Se están aprovechando de la ignorancia de las masas y de la corrupción totalitaria política y mediática, pero ahora que se ha hecho oficial el genocidio del coronavirus, sumado al creciente descrédito de las instituciones, cabe esperar una reacción social de consecuencias imprevisibles.
Naciones Unidas debería desaparecer o, por lo menos, dejar de ser la organización que beneficia la corrupción de los gobiernos, de las grandes empresas y del sector social totalitario, pero el cambio debe iniciarse después de sus dimisiones.
Les informamos que vamos a promover un movimiento mundial que les exija a ustedes y a los gobiernos genocidas que les exijan su dimisión, que se cancelen todas las aportaciones a la OMS y a la Asamblea General de la ONU y que sean juzgados por los dos genocidios, reprochando a los gobiernos que renovaran sus cargos en 2022.