Editorial.
Hoy es un día de júbilo: la Unión Europea firma su acta de defunción con la entrada en vigor de la falsaria Ley de Libertad Europea de los Medios de Comunicación. Es norma máxima del periodismo, que no ha muerto, queda Rambla Libre para mantener enhiesta la bandera, que la mejor ley de prensa es la que no existe.
Todos nuestros lectores saben que el discurso oficial es genocida, desde la plandemia de 2020, y falsario y mendaz. Todos nuestros lectores saben que la mentira comienza y acaba destruyendo el lenguaje y que la lucha contra la desifirmación y los bulos no es otra cosa que el empeño de la secta gnóstica por llamar así la verdad.
Pero hoy es un día de júbilo porque como humildes miembros de la poderosa resistencia europea y española hemos contribuido a que la nefasta Unión Europea tenga que retratarse y con ella los 446 eurodiputados que votaron esta ley, conservadores y socialistas básicamente, el PP y el PSOE, de forma que todos ellos aparezcan en el terreno liberticida.
Llega la ley cuando los medios de prostitución están desacreditados y son insostenibles, cuando han perdido por completo toda credibilidad, cuando son percibidos por lo que son: furcias mediáticas adoctrinadoras, servicios de propaganda goebelsiana al servicio de la mentira más escandalosa y procaz. Cuando la creciente resistencia ha sorteado todas las medidas de censura puestas en marcha como los verificadores de Meta. Cuando han caído en el descrédito más absoluto los neo inquisidores de la mentira y el odio como Fonsi Loaiza y Rubén Sánchez. Cuando l Comisión Europea ha caido en el más pavoroso ridículo dirgiéndose su comisario a Elos Musk para tratar de imponerle que no hiciera su exitosa entrevista a Donald Trump.
Necesitamos nuevos y mayores errores como éste del globalismo para que la gente despierte del genocidio liberticida planteado por las satanoélites. Han perdido. Han sido derrotados. Esta nefasta Ley es la confirmación rotunda. Todavía habrá batallas por ganar con el cajón de sastre del delito de «incitación al odio», ellos que son los odiadores por excelencia, pero hoy es un día de júbilo porque la UE firma su acta de defunción y Rambla Libre ha contribuido a dar este golpe de muerte al globalismo y obtener esta gran victoria de la Libertad de Expresión.