Enrique de Diego.
Hay artículos que nunca me hubiera gustado escribirlos, por la admiración que he sentido y siento por el Fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer, y la institución por él fundada, el Opus Dei, que verdaderamente respondía a ese Dei que marca tanto y tanto obliga. A San Josemaría le quemaba la Iglesia de Cristo. Pero esta Obra ha dado pasos decididos hacia el bando de satán. Es penoso, pero es así. Una institución prevista por Dios para estos tiempos sombríos y de prueba y que se ha ido hundiendo en el mal y, además, en el ridículo, con el sueño mariano de San José María, el Santuario de Nuestra Señora de Torreciudad, convertido en cambalache de un obispucho de provincias.
Pero la verdad os hará libres y esta Obra bergogliana del poquita cosa de Fernando Ocáriz, un hombre sin personalidad, que trata de imitar sin fuste, ni redaños, ni personalidad, y de Mario Fazio, un traidor a la fe, un hombre de componendas, un gilipollas lameculos, no la conoce ni el Padre que la fundó.
Sodoma no hubiera sentido la ira de Dios, ni se hubiera abatido sobre ella si hubiera albergado un solo hombre justo, y en la Obra sí ha habido un hombre justo y corajudo, Don Josemary Missigètò que ha tenido la lucidez y el coraje de decir que Bergoglio es un hereje y un apóstata, yo diría que es adorador de satán, y por supuesto excomulgado por haber manipulado el Cónclave con la mafia de San Galo, grupo de cardenales indignos homosexuales y pederastas. Y sobre ese ejemplar sacerdote de Cristo se han cebado con saña persecutoria ese pobre hombre sin sustancia que es Fernando Ocáriz y el lameculos de Mario Fazio abriéndole un «proceso canónico» para «expulsarlo» del sacerdocio, que no sé cómo puñetas se pretende eso cuando el sacramento del Orden hace a Josemary Sacerdos in aeternum.
Pero antes de execrar esta inmundicia del averno perpetrada por los directores de la Obra que ya no es de Dios, hay que reseñar la caída en el abismo de la institución, y cómo se plegó al genocidio de la plandemia y de las timo vacunas, como la Universidad de Navarra llegó al despropósito luciferino de pedir la timo vacunación obligatoria para pisar el césped de su campus, y como el lodazal de inmundicia de la Clínica Universitaria de Navarra -todos salen muertos de allí, nadie se cura- calló como putas babilónicas por el hecho de que está financiado por la genocida farmacéutica Pfizer, y como en sus colegios, obras corporativas, y en los de Fomento, no sólo fueron incapaces de defender a los niños y a las niñas a su cuidado del veneno letal sino que sus directores y personal docente fueron cooperadores, instigadores de envenenar a las criaturas.
El Opus ya no Dei estaba obligado a dejarse de tibiezas, dar la voz de alarma y proteger a sus miembros y a las personas que dependen de ellos, y dar ejemplo a la Humanidad atribulada y en pánico, en vez de ello ha sido un lodazal vergonzoso en favor del crimen. Pagarán por ello. Y sigue siendo en favor de la diabólica agenda 2030. ¡Qué penoso! ¡Qué patético!
Bueno, quiero desde aquí mostrar a mi hermano en Cristo, D. Josemary Missigètò mi admiración, mi respeto y mi cariño. Un hombre de que se puede cortar: “Confío en su oración para que Dios me ayude a vivir este tiempo de prueba canónica con paz y fuerza para continuar defendiendo la verdad de la enseñanza católica tradicional contra los errores morales y doctrinales que el Papa Francisco ha insertado en ella”, escribe Janvier Gbénou, más conocido por su pseudónimo Jesusmary Missigbètò, residente en Benín, en su cuenta de Facebook. Informa el presbítero santo que fue convocado a una reunión el 6 de marzo con el Vicario Regional del Opus Dei en Costa de Marfil, pero que le fue imposible asistir. Dice haber recibido cinco amenazas de muerte y necesitar seguridad antes de viajar al extranjero. Además, necesita encontrar un abogado canónico que lo defienda.
El sacerdote incluyó en su mensaje un enlace a su citación del 26 de febrero de 2024 del padre Abdoulaye Sissoko, vicario regional del Opus Dei en Costa de Marfil, otro lameculos de satán. así como una carta del padre Fernando Ocáriz Braña, prelado del Opus Dei. En su carta del 19 de febrero de 2024, Ocáriz expuso varias razones para abrir un proceso canónico contra Missigbètò: su falta de voluntad para reunirse con un psiquiatra o para solicitar la dispensa de sus deberes sacerdotales, persistir “en la conducta que llevó a su renuncia al cargo de sacerdote de la Prelatura [del Opus Dei]”, confundiendo a los fieles, y a través de su conducta quizás “promoviendo la aversión y la desobediencia a la Santa Sede”. Este Ocáriz es un payaso del cojón del anticristo. ¿Cómo se atreve a recomendar a un psiquiatra al sacerdotes Josemary por defender la ortodoxia? Payaso totalitario el mindundi Ocáriz que manda al psiquiatra como hacían los peores stalinistas por decir la verdad: que Bergoglio es un maldito heresiarca modernista. ¡¡Y ni tan siquiera tiene fe!
En respuesta a la convocatoria de Abdoulaye Sissoko, Missigbètò expresó en una carta del 5 de marzo su esperanza de que el proceso canónico se lleve a cabo de manera aún más justa que los procesos civiles “porque un proceso canónico no es cosa de hombres sino un reflejo de la justicia divina y, por tanto, no se puede apresurar”. «Además, hay mucho en juego en este proceso, ya que durante nuestra reunión del 17 de enero en Benin, usted me dijo que podría terminar con mi destitución del estado clerical», continuó. “Las almas necesitan sacerdotes y la Iglesia carece de sacerdotes. Creo y espero que estén de acuerdo conmigo en que si los líderes de la Iglesia toman la decisión de prohibir a un sacerdote ejercer su ministerio de manera permanente, esa decisión conlleva una gran responsabilidad ante Dios y ante las almas y no puede tomarse a la ligera ni apresuradamente”.
Antes que con la Santa Sede, que de Santa no tiene nada, de apóstata todo, como esa broma pesada de Tucho, el pornógrafo de Bergoglio, antes que con Bergoglio hay que estar en comunión con Cristo, y en el Opus antes Dei sólo esta en comunión con Nuestro Señor el padre Josemay Missibètò. Así que les den por culo a estos lameculos del cojón del anticrsito, que parece ser que les gustas y está de moda entre la clerigaya. Recuerdo a San Josemaría Escrivá de Balaguer diciendo en el Colegio Mayor Montalbán, sin pelos en la lengua, que tras vivir el celibato tendría poca gracia condenarse por cuestiones de doctrina y execrar las marranadas que enseñan algunos profesores de teología y que era como si una ramera fuera a hablar a nuestras madres un descerebrado hereje que iba a perorar en el Sínodo, donde no se había llegado a la banalización perversa del mal del sínodo de la sinolalidad y otros palabros.
Le recomiendo a D. Josemary Missibètò leerse lo que dice Nuestra Madre en Amsterdam, en Garabandal, en Akita, en Civitavechia y en sus palabras encontrará la paz y la fortaleza para superar esta dura prueba y que sepa que, junto a la caricia de la Madre, cuenta con el cariño y la oración de cientos de millones de católicos que tienen claro que quien está con Cristo está contra el papanatas Bergoglio y quien está con la escoria de Bergoglio está contra Cristo.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.