AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


El extraño y escandaloso caso del abogado Gabriel Ruiz García y la persecución judicial

Redacción




 

Javier de la Calle.

Gabriel Ruiz García es uno de esos héroes que parecen sacados de las películas de Frank Capra, capaz de enfrentarse con un sistema herrumbroso muy a su pesar.

Gabriel Ruiz García es médico y abogado, dos carreras que dan para estudiar toda una vida, y que él explica que estudió Derecho porque los conflictos judiciales mal resueltos provocan enjundiosas enfermedades. Así que tiene consulta médica y despacho en Aguilar de Campó.

Parece, ya digno, un hombre de otros tiempos, de virtudes probadas y lealtades firmes, de compasión completa, de modo que Gabriel Ruiz se afana en curar a niños de padres sin posibles, a enfermos de cáncer y de otras graves enfermedades a los que nadie quiere por la inteligible razón de que no tiene dinero. A cambio el pueblo sabio le premia con su afecto.

Este espíritu de caridad, término en desuso porque se practica poco, lo lleva a rajatabla, porque no hay en él doble vida, en el despacho de abogado atendiendo causas de pobres de solemnidad o que nadie se atreve con su caso, como ocurrió en el caso que nos ocupa. El cliente, que ha penado tres años, y está en paz con la sociedad, decide presentar denuncia o querella contra cinco magistrados y cuatro policías, y el bueno de Gabriel Ruiz García la presenta en nombre de su cliente.

Se dirime la cuestión a beneficio de inventario, pero el ministerio fiscal, que está de capa caída en toda España, la emprende contra el abogado, para escándalo mayúsculo contra Gabriel Ruiz García, en una evidente represalia y un uso arbitrario de poder. Declara el abogado Gabriel Ruiz García y cuando pide la copia filmada, recibe como contestación que tal cosa no existe. A pesar de esta clamorosa irregularidad, que debe llevar a una nulidad de actuaciones como un castillo, el escabroso juicio se tiene que celebrar en el Jugado de lo Penal nº 3 de Oviedo, donde mucha gente agradecido se dispone a acompañarle.

NO TE LO PIERDAS:   "En las Cortes de Cádiz, los jueces eran juzgados por tribunales populares"

Hay precedente de que estamos ante una salvajada antijurídica. Así el Tribunal Supremo en una clara sentencia reafirma la importancia de la libertad de expresión en la profesión legal, protegiendo el derecho de los abogados a criticar las actuaciones judiciales sin temor a represalias, El fallo subraya el compromiso con la Justicia y el Estado de Derecho, celebrando el papel fundamental de los abogados en la defensa de los derechos fundamentales. Como es el caso del hombre bueno de Gabriel Ruiz García, quien, por cierto, se negó a ponerle bozal a su hija, pero esa es otra historia.