Luis Bru.
Por toda Europa resuena un rugido de tractores con los que agricultores y ganaderos asedian a las ciudades. El movimiento se inició en Holanda. con importante consecuencias políticas, estalló en Alemania y se ha extendido como la pólvora, con la rapidez del rayo. Entre todos ellos, los más importantes son, sin desmerecer de otros, como Madrid, el de Bruselas, por sus connotaciones y porque Bélgica parecía comatosa y degenerada, y el París, donde se da la gran batalla.
Al fin y al cabo, la Unión Europea, como fue concebida por Konrad Adenauer y Charles de Gaulle, como la unión de la industria alemana y la gran agricultura francesa. También porque Emmanuel Macron es uno de los bastiones del globalismo y París es, a su vez, el gran bastión de Macron.
Ocurre que la PAC ha saltado hecha añicos con la nueva PAC que llena de cargas al agricultor europeo, en este caso el francés, en beneficio de las grandes Corporaciones que han adquirido tierras en países extracomunitarios.
Y luego está la maldita agenda 2030 que sentencia a su exterminio y extinción a todo el sector primario europeo y con él, el exterminio de los agricultores y ganaderos y sus familias. Palabras mayores. Torpeza infinita de Ursula von der Leyen y Macron, que van a pagar muy caro. Este es el contexto. Ahora veamos las posiciones:
1.- Los agricultores han planeado bien su ataque, en invierno, cuando sus tareas en el campo son ínfimas. Y están «armados» de sus tractores, que semejan tanques. Han cortado las carreteras de acceso y, por tanto, de salida.
2.- Macron ha respondido sacando lo mejor de sus perros de presa, los policías, con su mejor armamento, tanquetas.
3.- Este movimiento táctico de Macron y su sucia y desprestigiada guardia pretoriana es de una infinita torpeza, pues los agricultores no quieren tomar París, porque la capital no es un objetivo político relevante. Buscan su asedio y su rendición por hambre. En ese sentido, Macron con sus asquerosos policías sirven a su propósito: los parisinos tienen un doble cordón de asedio: en primer lugar, la policía; en segundo, los potentes tractores.
4.- Por las noticias que llegan, está teniendo un efecto letal en forma de desabestecimiento. Los supermercados estás vacíos de productos y las lonjas se ven imposibilitadas de satisfacer las demandas de los minoristas.
5.- Las batallas siempre se ganan cuando se cortan las vías de suministro al enemigo. Y es lo que han hecho los agricultores franceses en una jugada maestra, propia de la blitzkrieg o guerra relámpago.
6.- Una ciudad moderna como París necesita cuantiosos suministros y no tiene la previsión, ni la logística, de las medievales. El campo va a demostrar los fatuos y desquiciados que son los de la ciudad macronista. Los habitantes de París pueden tener reservas para unos pocos días, una semana, todo lo más.
7,. Macron puede contraataca echando estiércol mediático sobre los agricultores, pero esto parece de todo punto ineficaz ante un movimiento cohesionado.
8.- Los mismos policías, que se parecen cada vez más a las SS en toda Europa por su acomodaticia postura de que obedecen órdenes, como se vio en la plandemia, que ha representado un hundimiento moral de todas las policías, tienen familias en su retaguardia que van a sufrir las peores consecuencias del asedio: el hambre. Eso les comerá la moral. Incluso ellos pueden carece de la logística que precisa un ejército en plena batalla.
9.- Los agricultores hemos de suponer que han previsto convenientemente su logística o no tendrán mucha dificultad en improvisarla, porque productos frescos no les han de faltar en sus granjas.
10.- Lo lógico es que una población exhausta no esté dispuesta a sacrificar su vida por las delirantes estupideces de la agenda 2030 -una propuesta de genocidas sociópatas- y acudan a romper el cerco policial y a confraternizar con los agricultores, aunque sea por mero instinto de supervivencia.
11.- Es posible que la desmoralización cunda antes entre los policías, acuciados por la suerte de sus familias, y se pasen al bando de los agricultores, resquebrajándose la última línea de defensa de la casta parasitaria europea y del fortín globalista. Y que confraternicen con los agricultores.
13.- No es descartable un golpe de Estado ante la situación límite y la evidente traición de los dirigentes al pueblo.
14.- Una represión salvaje con muertos no resolvería nada porque la ciudad necesita los suministros del campo.
15.- En suma, los agricultores tienen todas las de ganar y Macron todas las de perder, incluso su vida, si los parisinos se vuelven contra él y asaltan el Palacio del Eliseo.
Este análisis vale para todo el resto de ciudades, ya sea Bruselas, Roma o París.