Enrique de Diego.
Dos mujeres con los ovarios bien puestos la han liado parda en el Ayuntamiento de Burgos y han dado un ejemplo a toda España, que de cundir lo resolvería todo o la mayor parte del problema que nos tiene atenazados como borregos. Las dos mujeres se han plantado en el Ayuntamiento y cuando se da la palabra a los vecinos, la han tomado y ¡de qué forma!
Como Agustina de Aragón, como María Pita, se han levantado, se han erguido y han enarbolado la bandera de la dignidad y de la verdad. Han denunciado que nos fumigan por los cielos, enguarrinándolos, fumigándonos como si fuéramos cucarachas con aluminio, bario, estroncio, arsénico, litio, yoduro de plata, etc., tal y como demuestran fehacientemente los análisis de los laboratorios; productos que son nocivos para salud y manipulan el clima para forzar un timo calentamiento global ficticio y para provocar sequía, poniendo en riesgo los alimentos básicos.
Otra de las ciudadanas ha denunciado los riesgos de la tecnología 5G que provoca daños en el cerebro y síndrome de sensibilidad electromagnética, también conocida como síndrome de microondas.
¿Yo no sé si son conscientes de lo que han hecho estas valientes? ¿No sé si somos conscientes de lo que han hecho? ¡Han dado el grito de la rebelión! ¡Han dado un ejemplo a toda España! ¡Qué cunda! Si todos seguimos su ejemplo, se arma la timba. Si en todos los ayuntamientos, lugar primigenio de la representación, hay dos valientes que en el turno de preguntas que se levantan y ponen en solfa las fumigaciones asesinas y los peligros de la tecnología 5G, la satánica agenda 2030 está definitivamente hundida y el sistema tambaleante está acabado.
Basta ver a la alcaldesa con toda su corte de lameculos del globalismo, y al concejal de Medio Ambiente ponerse en evidencia con frases manidas y vacías. ¡Cómo lucen con sus bellos atavíos estas españolas bizarras ante los harapos malolientes de la casta parasitaria burgalesa!
¡Qué cunda el ejemplo! Que ya va siendo hora de levantar nuestra voz de hombres y mujeres libres, que ya es hora de que estos trepamediocres de políticos que no nos defienden se vayan dado cuenta de que les conocemos, de que sabemos sus fechorías y corruptelas, para ser tan serviles a sus diabólicos amos. Qué se echen a temblar porque la justa ira del pueblo va a manifestarse, tiene que manifestarse ya. Que basta de monsergas políticamente correctas y de calentamientos güevales -como dice Colin Rivas- que nos tienen más que hartos, nos tienen hasta los cojones.
Venga, qué cunda el ejemplo. No dejemos solas a esas dos heroínas modernas, a esas dos mujeres corajudas, que han sido portavoces de todos nosotros, de la inmensa mayoría, de la gente decente, de la gente dispuesta plantarle cara los globalistas y sus lacayos hasta que paguen por todos sus crímenes. ¡A por ellos!
Aumento de células pequeñas tras despliegue de 5G: Preocupación por síndrome de microondas