Savannah Hulsey Pointer.
Según la última encuesta Gallup Values and Beliefs, un número cada vez mayor de estadounidenses se identifican como muy conservadores o conservadores en temas sociales y económicos.
El estudio, realizado del 1 al 24 de mayo, reveló un aumento significativo en el conservadurismo social, alcanzando su nivel más alto desde 2012. Esta tendencia coincide con los debates en curso sobre los derechos de los transexuales, el aborto, la delincuencia, el consumo de drogas y la enseñanza del género y la sexualidad en las escuelas.
Los datos de la encuesta indicaron que el 38 por ciento de los estadounidenses se consideran muy conservadores o conservadores en temas sociales, en comparación con el 33 por ciento en 2022 y el 30 por ciento en 2021.
Por el contrario, el porcentaje de personas que se identificaron como muy liberales o liberales en temas sociales se redujo del 34% al 29% de los dos años anteriores. El 31 por ciento restante de los encuestados se describieron a sí mismos como moderados, una cifra que se ha mantenido relativamente estable.
El aumento de la identificación conservadora se extendió a varios subgrupos políticos y demográficos. En particular, los republicanos registraron uno de los mayores aumentos, con un 74 % identificándose como socialmente conservadores, en comparación con el 60 % en 2021. Los independientes han experimentado un aumento modesto, pasando del 24 % al 29 %, mientras que los demócratas no han experimentado ningún cambio, con un 10% que se identifica como socialmente conservador tanto en 2021 como en 2023.
El estudio también destacó que los adultos de mediana edad, específicamente aquellos que tienen entre 30 y 64 años, han sido testigos de aumentos de dos dígitos en la ideología social conservadora desde 2021. En contraste, las opiniones de los estadounidenses de mayor edad sobre cuestiones sociales se han mantenido estables, mientras que se ha registrado un ligero aumento de la ideología social conservadora entre los adultos jóvenes.
En temas económicos, la encuesta reveló que el 44 por ciento de los estadounidenses se identifican como muy conservadores o conservadores, mientras que el 33 por ciento se consideran moderados y el 21 por ciento se describen como muy liberales o liberales. La cifra de conservadurismo económico representó el nivel más alto desde 2012, superando el promedio del 40 por ciento observado entre 2020 y 2022.
Esta prolongada tendencia de los estadounidenses a identificarse como económicamente conservadores en lugar de liberales puede atribuirse al predominio de la autoidentificación conservadora entre los republicanos. En 2023, un abrumador 79% de los republicanos se identificaron como económicamente conservadores, frente al 48% de los demócratas que se identificaron como económicamente liberales.
Además, un mayor número de independientes se inclina hacia el conservadurismo económico (36%) que hacia el liberalismo (16%), y aproximadamente la mitad se describe a sí mismos como moderados en cuestiones económicas.
El estudio indica que los cambios en la identificación con los partidos políticos determinan principalmente los ligeros cambios en la ideología económica de los estadounidenses. Aunque la identificación ideológica general sigue siendo menos conservadora que en cuestiones económicas, se acerca más a las cifras observadas en cuestiones sociales.
Cuando se les preguntó acerca de sus puntos de vista políticos sin hacer referencia a asuntos sociales o económicos, el 40 por ciento de los estadounidenses se describieron a sí mismos como conservadores, el 31 por ciento como moderados y el 26 por ciento como liberales.
Otros cambios
El auge del conservadurismo social coincide con el actual debate nacional en torno a diversas cuestiones controvertidas. La creciente importancia de los derechos de los transexuales, el aborto y otros asuntos polémicos parece haber propiciado un entorno favorable a la aprobación de leyes sociales de tendencia conservadora, sobre todo en los estados dominados por los republicanos.
Recientemente se han aplicado en los estados restricciones más estrictas al aborto, limitaciones a la participación de jóvenes transgénero en deportes y opciones de atención sanitaria, y restricciones en las discusiones en las aulas.
Aunque los estadounidenses siguen siendo más propensos a identificarse como conservadores en cuestiones económicas, los resultados de la encuesta demostraron un panorama cambiante de perspectivas ideológicas en el país.
La encuesta arroja luz sobre la evolución de la dinámica de la opinión pública y pone de relieve el impacto de los debates en curso sobre cuestiones sociales y económicas en la formación de las opiniones políticas de los estadounidenses.
Los conservadores en el punto de mira
Informes recientes indican que, a pesar del aumento de la población conservadora, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) presuntamente tiene como objetivo a los conservadores, cristianos y republicanos con un programa antiterrorista. Un informe reciente de una organización sin fines de lucro describió este programa en detalle.
Dan Schneider, vicepresidente del Centro de Investigación de Medios (MRC), afirmó que a través de las solicitudes de la Ley de Libertad de Información (FOIA), el MRC pudo obtener documentos que demuestran que los fondos federales asignados al programa del DHS para prevenir la violencia y el terrorismo se utilizaron para atacar a los conservadores.
El Programa de Subsidios para la Prevención del Terrorismo y la Violencia Dirigida brindó fondos a varios niveles de gobierno, así como a organizaciones sin fines de lucro y otros grupos, para evitar ser blanco de terroristas.
El programa se formó para contrarrestar la violencia selectiva, dijo Schneider al programa “Crossroads” de EpochTV.
Sin embargo, debido a que la solicitud de una subvención es extremadamente vaga, los proyectos que solicitan financiación al amparo del programa suelen centrarse en la “alfabetización mediática”, según Schneider.
Según el DHS, la Universidad de Rhode Island utilizaría la subvención de 2022 para combatir la desinformación, las teorías conspirativas, la propaganda y el extremismo doméstico en las comunidades locales.
En 2022, el programa del DHS otorgó 43 subvenciones, por un total de USD 20 millones, a “gobiernos estatales, locales, tribales y territoriales, organizaciones sin fines de lucro e instituciones de educación superior”, dijo el comunicado del DHS.
Los fondos provinieron del Programa de Subsidios para Contrarrestar el Extremismo Violento, que fue propuesto inicialmente por el expresidente Barack Obama en 2011 y paralizado por el expresidente Donald Trump en 2017. El presidente Joe Biden hizo una promesa de campaña para reemplazar el Programa de Prevención de la Violencia y el Terrorismo de la administración Trump, pero finalmente terminó renovando la iniciativa.
Según un comunicado del DHS, el departamento estableció un nuevo centro para reemplazar la oficina que administraba el programa durante la administración Trump y creó una nueva división de inteligencia dentro del departamento dedicada al terrorismo doméstico.
Ambas nuevas secciones se han encargado de “combatir exhaustivamente el extremismo violento doméstico, incluida la supremacía blanca violenta”, según el comunicado.