Luis Bru.
Como en la icónica obra del teatro del absurdo Esperando a Godot, de Samuel Beckett, en que toda la obra se pasa esperando y no aparece Godot, así sucede en Salud Mental del Centro de El Raval de Elche y en Salud Mental del Hospital General de Elche. O como en las películas del Oeste que al malo siempre le cogen porque se caballo es el más lento y torpe.
El director de Salud Mental del Hospital Universitario de Elche, José María Rico decide derivar a u joven al Hospital Psiquiátrico Doctor Esquerdo, o eso dice, pero en realidad parece estar mareando a la perdiz, que ya se ha vuelto loca por tanta tardanza. Rico sustituye en el cargo al inefable José Vicente Baeza, y contra todas la expectativas, parece dispuesto a hacerle bueno.
Estefanía Pérez, la todavía psiquiatra del Centro de Salud de El Raval, la que decide que uno es psicópata sin ni tan siquiera ver al paciente, por un quítame allá esas pajas. Suya es la frase de amarga memoria: ‘es muy duro decir a unos padres decirles que su hijo es un psicópata’. Informa la psiquiatra al joven, en situación de patente vulnerabilidad, que va a ser derivado al susodicho centro para su evaluación y que va a cambiar de psiquiatra, lo cual es bueno pues despacha a los pacientes en manos que trata en persignarse un cura loco.
Pero en realidad, es otra que marea la perdiz, y no lo deriva. No se sabe por qué. Tercia en la cuestión una tal María José, trabajadora social, gremio que casi siempre está para entorpecer las cosas, justificando así su puesto. Señora provecta de edad que no consigue aclarar la situación sino confundirla, hasta convertirla en lo más parejo al nudo gordiano de Alejandro Magno. Muy legalista, con la ley de protección de datos que parece escrita para que los funcionarios se escuden en ella para no pegar ni sello, se niega a dar información, hasta que el joven recibe por toda contestación que «va para largo». Lo dicho, Esperando a Godot o más lentos que el caballo del malo.
Ahora que hay cambio de poder, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, y Pablo Ruz, nuevo alcalde ilicitano, bien harían en cambiar mucho las cosas en Salud Mental de Elche.