En este contexto, Disney+ ha anunciado un particular reality: enseñará Villa Meona, la casa de Isabel Preysler “para mostrar cómo prepara una de las épocas más especiales del año”, pero no sé sabe si también sus 13 baños (de ahí lo de Villa Meona). Parece que a Preysler le ha dado algo de pelusa del reality que hizo una de sus hijas, Tamara Falcó, en la progre y blasfema Netflix (plataforma de streaming que también está en crisis), pero que no tuvo el mismo éxito que el de Georgina Rodríguez (Soy Georgina), pareja del futbolista Cristiano Ronaldo. Además, resulta llamativo que tras la destacada promoción del documental de Jordi Évole titulado Amén: Francisco responde, donde el Papa contesta a las preguntas de un grupo de jóvenes muy diverso, ahora apueste por enseñarnos Villa Meona.

En cuestión de contenidos, hace tiempo que los usa para reflejar su elevado progresismo y los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM) -ideología de género y ateísmo-, convirtiéndolos en un medio de adoctrinamiento de niños. Y esto último precisamente es el origen de su conflicto con Ron DeSantis

En cuestión de contenidos, cabe recordar que la factoría de Mickey Mouse hace tiempo que los usa para reflejar su elevado progresismo y los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM) -ideología de género y ateísmo-, convirtiéndolos en un medio de adoctrinamiento de niños (o “corrupción de menores”, como refiere Santiago Abascal, líder de Vox). Esto último es el origen de su conflicto con el gobernador del estado de Florida, Ron DeSantis, que ha llegado a los tribunales y ya ha supuesto la cancelación de un nuevo complejo de oficinas. Y ojo, porque DeSantis anunciará su candidatura a las elecciones presidenciales de EEUU de 2024 en las próximas horas y entre sus rivales estará Donald Trump.

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Asimismo, Disney cerrará su hotel de lujo de temática de Star Wars en Orlando cuando han pasado poco más de dos años de su apertura y no ha dado explicaciones del motivo. Y entre los últimos contenidos de Disney+ hay más perversión de la infancia (dos dinosaurios homosexuales que quieren ser papás), así como necedad creciente y también incoherencia al presumir del debut de su primer actor con Síndrome de Down… al tiempo que sigue financiando abortos. Y al mismo tiempo, en los cines, está a punto de estrenar la nueva versión de La Sirenita: pese a ser en carne y hueso refleja la falta de ideas y la necedad (la protagonista es afrodescendiente), y también la incoherencia de Javier Bardem. Ya saben, todo sea por ser inclusivos… y cuanto más, mejor.