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¿Te pidió dinero? -No -Era San José

Redacción




Sor Emmanuel Maillard.

Mis queridos amigos, ¡alabados sean Jesús y María!

1. El 25 de febrero de 2023, la vidente Marija recibió el siguiente mensaje:

“Queridos hijos: oren, conviértanse y revístanse de vestiduras penitenciales; y en la oración personal y profunda humildemente pidan la paz al Altísimo. En este tiempo de gracia, Satanás quiere seducirlos, pero ustedes, hijitos, miren a mi Hijo y síganlo hacia el Calvario en la renuncia y el ayuno. Estoy con ustedes porque el Altísimo me permite amarlos y llevarlos al gozo del corazón, en la fe que crece en todos los que aman a Dios por encima de todo. Gracias por haber respondido a mi llamado”

2. Para la solemnidad de San José, adivino que este gran santo les habrá manifestado su bondad a cuantos le hayan dedicado una trentena o una novena en ocasión de su fiesta, aunque siempre es un buen momento para que acudamos a él. He aquí dos testimonios que nos ayudarán a decidirnos a encomendarnos a su paternal cuidado, así como al de su amada Esposa (PS 1):

¡Apareció y desapareció! Marianne, una hermana de mi Comunidad, había sido enviada en misión al Congo. Cierto día, dirigiéndose a una ciudad vecina, tomó una de esas rutas bastante estrechas de aquella región que aún conocía muy poco. En un momento dado, a campo abierto, se detuvo al borde del camino. Pero cuando quiso reanudar la marcha, vio que el auto se había atascado. En efecto, las orillas de aquella ruta estaban en muy malas condiciones. Marianne tenía que solucionar el problema antes de que cayera la noche, pero no sabía cómo se las iba a arreglar sola en aquel lugar semi desértico. Y el tiempo transcurría… Algunos hombres se habían acercado para contemplar la escena, pero en lugar de ayudar, se reían: una mujer blanca, extranjera, que no conocía el lugar… parecía ser algo realmente divertido para ellos.

En su angustia, Marianne comenzó a orar, invocando a san José porque ella ya había experimentado sus cualidades de protector y su capacidad de realizar intervenciones poderosas en casos de gran dificultad. De repente, en medio de ese grupo de africanos gentilmente burlones, vio llegar a un hombre con paso decidido portando una gran pala. ¿Una gran pala en aquel lugar desértico? ¡Era algo inaudito! Sin pronunciar palabra, se abrió camino hasta el automóvil y siempre en silencio se puso a cavar alrededor de los neumáticos semienterrados. Marianne prendió el motor, feliz de verse salvada y giró la cabeza para poder agradecer a aquel hombre. Pero él había desaparecido… ¡se había esfumado!

Por la noche, un pequeño grupo de cristianos que escuchaba su relato le preguntó: “¿Te pidió dinero?” “No”

“¡Entonces era san José!

3. ¿Sufrimientos en el seno de las familias? La mayor parte de las gracias concedidas por intercesión de san José se refieren a la búsqueda de una casa o de un trabajo. Debemos admitir que se ha ganado una sólida reputación en estos dos rubros tan necesarios para la vida humana y sería realmente una pena no mencionarlos. Pero también sería injusto limitar su ayuda. Bernadette nos hizo partícipes de una hermosa gracia que puede inspirar a muchos de aquellos que sufren en el seno de sus familias…

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“Tengo que agradecer a san José, dijo ella, porque desde que lo conozco mejor y que comencé a rezarle, me acompaña a diario como un buen padre y me asiste frecuentemente con su ayuda providencial.

“Tuve una hermosa experiencia de su intervención en ocasión de una sanación espiritual: mi padre siempre había tenido un temperamento ansioso e irascible, posiblemente a causa de ciertas heridas de su infancia. Se ponía nervioso aun por cosas sin importancia y se enojaba frecuentemente con nosotros, sus hijos. Al regresar después de haber estado varios meses lejos de casa, para mi gran sorpresa vi que mi padre se había convertido en alguien tan apacible y sereno que fácilmente se podía dialogar con él sin que se enojara. Me pregunté qué podría haberle ocurrido para que se diera semejante cambio. Con el correr de los días, descubrí que ahora rezaba el rosario de san José y que también dedicaba tiempo frente al Santísimo Sacramento en una iglesia cercana a nuestro hogar. En lugar de enojarse por nada, me contaba con entusiasmo relatos y comentarios que había leído sobre san José y que le habían llegado al corazón. Se había vuelto un verdadero ‘fan’ de este gran santo. A partir de aquel momento, establecí una relación serena con mi papá, cosa que nunca había sido posible hasta entonces. ¡Gracias san José!

San José, jefe de la Sagrada Familia, ¡Ora por nuestras familias y ven a habitar con nosotros! ¡Aleja la ira, la indiferencia, el engaño, el rencor, la crítica, la falta de perdón y todas esas guerras internas que quiebran la paz hogareña…! Tú, a quien llamamos “Terror de los demonios”, ¡ven a cerrar todas las puertas que le hemos abierto al enemigo! Allí donde reina la división, ¡ven a establecer la unión de los corazones! ¡Ven a instaurar la plegaria en familia, donde todavía no existe, a pesar de las advertencias maternales y reiteradas de la Gospa, tu Esposa!

4. El “Padre Pio” de Nápoles. Cuando un gigante de santidad aparece en la Iglesia sería una pena que lo ignoremos; sería como privar de un manantial a seres sedientos. Como el Padre Pio tenía una sólida reputación de taumaturgo, muchos napolitanos iban a visitarlo a San Giovanni Rotondo, con la esperanza de recibir de él alguna luz para sus vidas, un milagro, una curación… Pero el Padre Pio los reenviaba a Nápoles diciendo: “¿Qué hacen aquí? Ustedes tienen a un santo en Nápoles, Don Dolindo”.

Devorando el libro “Jesús, ocúpate Tú”, encontré una fuente de sabiduría muy necesaria para sanar la angustia existencial que corroe a nuestra sociedad, así como para sanar muchos otros males suscitados por la oscuridad de las conciencias y los daños del relativismo. Ya santa Faustina nos había “conectado” con estas realidades a través de su Diario, un best-seller; pero Don Dolindo Ruotolo, con un estilo diferente, supera toda expectativa (PS 1)

Como leía en las almas y amaba a Jesucristo por sobre todas las cosas, sufría al ver la dosis de felicidad y de paz que Jesús reservaba para cada alma en particular, y que muy pocos recibían, ya sea por ignorancia, por inconsciencia, o por falta de dirección espiritual. Ponía énfasis sobre todo en la agitación, esa tendencia del hombre moderno a querer gestionarlo todo por sí mismo, como si fuera huérfano de Padre. Permítanme citar aquí algunos puntos esenciales con palabras del mismo Jesús que Don Dolindo solía recibir mientras oraba:

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“Cuando sufren, ustedes oran para que Yo actúe, pero quieren que yo obre según sus propios deseos… Recurren a mí, mas quieren que Yo me adapte a sus ideas. Ustedes son como enfermos que le piden al médico que los sane, pero le sugieren cómo hacerlo. No actúen así, oren como Yo les he enseñado en el Pater: “santificado sea tu Nombre”, es decir que el Padre sea glorificado en vuestras necesidades; “que venga Tu Reino”, o sea que todo concurra a su Reino en nosotros y en el mundo; “que se haga tu Voluntad”, dicho de otra manera: “OCÚPATE TÚ”.

“Si ustedes me dicen verdaderamente: “que se haga tu Voluntad”, es decir “OCÚPATE TÚ”, Yo intervengo con todo mi Poder y resuelvo las situaciones más difíciles.

“Lo que impide el abandono es la preocupación, la agitación, querer pensar sobre las consecuencias de un hecho… Oh, ¡cómo deseo de parte de ustedes ese abandono para colmarlos, y qué afligido estoy al verlos inquietos! Satanás busca precisamente eso: agitarlos para sustraerlos a mi acción y hacer de ustedes presas de iniciativas humanas. Confíen sólo en Mí, descansen en Mí, abandónense en Mí en todo. Obro milagros a la medida de su pleno abandono en Mí y de la ausencia de preocupación en ustedes. Derramo los tesoros de mis gracias cuando se encuentran en la más absoluta pobreza…

“Ten confianza en mí, no te mires a ti mismo. Actúa así cada vez que lo necesites”. “Que todos obren así y verán grandes, continuos y silenciosos milagros. Se lo juro por mi amor, me ocuparé Yo mismo, se lo aseguro. Oren siempre con este abandono y cosecharán muchos frutos y una gran paz…”

“Cierra los ojos y di con toda tu alma: “OCÚPATE TÚ”. No temas. Lo haré. Bendecirás mi Nombre humillándote. Mil oraciones no valen un solo acto de abandono confiado. Recuerda bien esto: no hay novena más eficaz que ésta “Oh, Jesús, me abandono a ti, ¡ocúpate Tú!”

Pensé que estas líneas podrían ayudarnos a vivir esta Cuaresma con intensidad y a llegar a las Fiestas Pascuales totalmente transformados, alegres y apacibles, para acoger de verdad al Resucitado, a nuestro querido Salvador que sólo espera nuestro abandono en Él para poder finalmente colmarnos con su Paz.

5. ¡Novedad para aprovechar! Ya existe una versión en audio de mi Boletín mensual, para que puedan disfrutar de él quienes tienen visión disminuida o cuantos prefieren escuchar en lugar de leer. Búscalo tanto en el canal de Spotify de Sor Emmanuel como en de YouTube: Sor Emmanuel Maillard – español

 

Querida Gospa, ante tu Hijo arrestado como un malhechor, juzgado, martirizado y crucificado, no has dejado de confiar en el Padre. No has cesado de creer en su plan de amor, aun cuando todo parecía derrumbarse. ¡Y tres días después de la cruz, has visto la Resurrección! Permítenos habitar en tu Corazón de Madre para vivir contigo estos días benditos de nuestra redención.