Según publica El Comercio, la glorieta de Llovio, la que se articula como enlace de la A-8 con las carreteras N-632 y N-634 en el concejo de Ribadesella fue escenario ayer por la mañana de un suceso con resultado de muerte natural que ocasionó algunas retenciones de vehículos.
La indisposición del monitor de un autobús en prácticas activó el protocolo sanitario y de evacuación, requiriendo la presencia del helicóptero del Principado para proceder a su traslado. Finalmente, la persona afectada falleció a causa un infarto fulminante. Tenía 61 años y se llamaba José Manuel Joglar Gutiérrez. Estaba casado y tenía tres hijos. Había sido conductor y, ahora, desde hacía unos años, se desempeñaba como formador de la Asociación para el Desarrollo del Transporte.
No iba al volante cuando sufrió el infarto, sino en la parte superior del vehículo, dando las correspondientes instrucciones al conductor. Estaba acompañando a unos alumnos de un curso de conducción, cuando empezó a encontrarse indispuesto y sufrió un infarto fulminante. Aunque la ambulancia llegó en cuestión de minutos, nada se pudo hacer por salvar su vida.
El suceso, ocurrido hacia las diez de la mañana, mantuvo cortadas las comunicaciones por carretera durante varios minutos en ese punto, tanto en la fase de aterrizaje como en la fase de despegue de la aeronave, originando alguna que otra retención para facilitar sus maniobras. Algunos conductores optaron por dar la vuelta y continuar viaje por vías alternativas. Hasta el lugar también se desplazaron unidades de la Guardia Civil y de la Policía Local de Ribadesella como fuerza de apoyo.
La ceremonia de celebración de la palabra tendrá lugar hoy en la capilla del Tanatorio de Cabueñes a mediodía.