Johana Fernández Martínez, afectada por las timo vacunas AstraZeneca y Pfizer, San Vicente del Raspeig, Alicante.
Lunes 6 de marzo, ¿Johanna hay algo más importante que tú? mis hijos, entonces, tú y tu enfermedad junto con toda tu sintomatología pasan a un segundo plano y “no” siento el dolor muscular o el cansancio ni el picor de manos que se me mimetizan con las fiebres altas de mi pequeña princesa, pilates tiene que esperar, todo tiene que esperar, quizá será mejor mañana… Mientras pasamos un día casero jugando a las muñecas entre el termómetro marcando treinta y nueve y medio, la cita con medicina integrativa, con el quiropráctico, quedan aplazadas para la semana que viene, también.
Martes 7 de marzo, aunque las cosas siguen algo “patas arriba” en casa, tengo que ir a Farmacia Externa nuevamente y esto no puede aplazarse, llevo a mi pequeña al trabajo de mi marido para que pueda ir a mi consulta a recoger medicación y hablar de nuevo de la famosa “escalada” y no tiene nada que ver con una montaña. De camino al Hospital voy hablando por teléfono con mi hermano de los pros y contras hasta el momento en el cual llego al edificio gris de siempre, izquierda, derecha y nuevamente izquierda hasta llegar a la máquina que todo lo sabe, “conoce quién llega” para sacar el mismo ticket de siempre con la misma numeración de siempre… Ya pasan cuarenta y cinco minutos de mi hora y aquí sigo sentada observando a mi alrededor a tantas y tantas personas. Una señora me mira y me dice: – ¡qué poca vergüenza que tienen!, me tienen aquí cerca de dos horas y terminan diciéndome que no hay stock y que tengo que volver otro día… aquí siempre veo a alguien enfadado por el largo tiempo de espera, por las incidencias que ocurren, a mi sentir después de tantas horas en días y meses distintos en estos pasillos sigo pensando que fuera deberían gestionarlo de otra forma. El tiempo es oro para todo el mundo pero es de diamante para los enfermos. Las horas de espera son horas perdidas, horas de menos que te quedan… esto pienso aquí sentada. Veo personas con muchas cajas de medicinas en las manos que son las que tienen que ingerir en un plazo de tiempo determinado para luego volver a por más. Vaya mierda hemos creado con la medicalización, la de dinero que se mueve… Para la farmacéutica es como una prueba a la que me estuvieran sometiendo porque estoy en contra de los medicamentos.
Me acerco al pasillo de acceso a consulta, aunque aún no ha salido mi número en pantalla, veo a la persona que me atiende siempre y le digo: – buenos días, estoy aquí. Enseguida se hace eco de mí presencia, buenos días, enseguida te paso, me dice. Así es, no llego ni a la silla de fuera cuando sale mi número el de siempre en esa pantalla de reclusos enfermos prisioneros de medicamentos para una supuesta mejora de calidad de vida…Al menos creo que sería más feliz si esto último me lo creyese de verdad.
Me gusta hablar con ella, se preocupa de mí en cuanto a mis puntos de vista opuestos a los suyos, a los oficialistas. Le explico como me siento con la “escalada” de Esbriet, me dice que solo yo lo estoy haciendo de esa forma, a mi forma, sin manual, muy lentamente… Bueno, considero que, si lo tengo que hacer, mi cuerpo tiene que ir poco a poco, no somos todos iguales y no soportamos todos de la misma forma las cosas. Ella me consiente con cariño esta manera mía peculiar de hacer las cosas. Entramos en terreno pantanoso nuevamente. ¿Por qué esta tecnología en estas inoculaciones si no es para hacer el mal?, evita entrar a debate con elegancia, pero me advierte que esto ya llevaba años investigándose las de ARN mensajero, yo me quedo a cuadros, seguramente vosotros los que ya veíais venir esto, pues no os sorprende o ya lo sabíais. Me cuenta que desde el SIDA. Y que no tenía dudas al respecto del tipo de “vacuna” empleada. Aún así, decide no vacunar a sus hijos porque ya habían pasado el COVID y porque la tasa de mortalidad infantil era muy muy muy bajita y son niños/as sin patologías previas…y que el lema era vacunar a los niños y niñas para proteger a los mayores, ¿por qué esto así si siempre se ha protegido a los niños? esto nuevamente no me deja indiferente … y… ¿cuántos niños y niñas han sido inoculados?
El pasado 11 de marzo ha tenido lugar una manifestación sobre la sobremortalidad ¿en qué medios oficialistas ha salido esta información en la que asistieron 5.000 manifestantes? esto debería de estar ocurriendo en cada ciudad, en cada pueblo de nuestro país.
Lástima de las personas que se han ido en estas condiciones que lo permitieron y ahora resulta que…
No obstante, con respeto y delicadeza con la que entra bordeando mis argumentos me transmite que realmente lo que verdaderamente advirtió como algo que no tenía nada que ver con la salud, eran los encierros, el confinamiento, los pasaportes COVID.
En esta consulta siempre aprendo algo y dentro de los puntos de vista opuestos en la mayoría de las cosas, siento un profundo respeto hacia a mí.
Miércoles 8 de marzo. Seguimos con el calendario en fase de “congelación”, la pequeña sigue entre fiebres altas y tenemos una visita al pediatra. Parece “gripe” me dice, si el viernes sigue así me la vuelves a traer… Aizkoa y yo nos lo pasamos muy bien juntas, hemos dibujado, leído, jugado y tejemos a dos agujas. Hoy he vuelto a coger la aguja de coser y mientras ella se tejía una almohada para sus pequeñas muñecas, he conseguido coser dos cinturitas de sus pantalones y una falda que también le queda grande. Ahora hay que tejer una liebre porque se acerca el tiempo de la liebre de Pascua.
Viernes 10 de marzo, en lo que llevamos de semana no he ido a mis rutinas de pilates, mi cuerpo se resiente, seguimos en casa. Aizkoa y yo nos hemos dedicado también a interiorismo, estamos pintando el pasillo y restaurando mobiliario. Estar activas mientras pasan estas fiebres es importante. Volvemos a ir al pediatra a revisión y seguimos sin dificultades, pasándolo sin más, “a pelo”. No obstante, aprovechamos las bajadas para salir a tomar aire fresco a la calle. Entre tanto y tanto la escalada está en 3-3-2, para la semana que viene estaré en la dosis más alta y pasaré las pruebas entre abril y mayo del funcionamiento de mis pulmones. Me he ido bajando la dosis de Dolquine (hidroxicloroquina) porque el estómago no soporta tanta metralla, así que las manos empiezan a resentirse y aumentan las pápulas de Gottron.
Sábado 11 de marzo, el calor de este fin de semana se hace notar y con ello extremar las precauciones para salir a la calle por la fotosensibilidad. A partir de ahora sí me iré diferenciando el color de mi piel con los broceados de la población.
Domingo 12 de marzo, un día especial de los especiales. Nos vamos a Benidorm a disfrutar de la primera competición de mi hijo en remo. Emocionante, es cierto que no es correcto proyectar nuestros sueños en nuestros hijos pero que ¡pasada! ver que mi deporte está siendo el suyo porque lo ha elegido. Han quedado segundos, medalla de plata. Hemos podido disfrutar al máximo de su ilusión, esfuerzo y emoción. Muy orgullosa de que sea un niño feliz.