Enrique de Diego.
Me es grato comunicarte, tú que eres una de las más fervorosas lectoras de Rambla Libre, Cruz Sánchez de Lara, esposa de ese periodista en franca decadencia que es hoy Pedro J Ramírez, que en la Audiencia Provincial de Alicante que han absuelto por la denuncia presentada por Ignacio PaniAguado. Si, seguro que te acuerdas, ese políticucho traidorzuelo que consiguió hundir en el ridículo a un partido que se llama Ciudadanos, y que simplemente está mal enterrado, pero todo se andará.
Pedro J, que es gafe, uno de los mayores gafes del reino, hablaba frecuentemente por teléfono con Albert Rivera y con, qué casualidad, con Ignacio PaniAguado. Seguro que ya no le llama. Te alegrará saber de mi paz en todo este tiempo, de oprobio y condena, porque estaba seguro que al final se haría Justicia, porque la denuncia no tenía ni pies ni cabeza. Yo me dedico al Periodismo, mientras Pedro J va de simple lacayo de la agenda 2030 y del nuevo orden mundial, como si a los satánicos y malvados poderosos les importará un bledo. Hedores luciferinos.
Te lo digo, porque al decir de Javier Gómez de Liaño, eres de esas personas que se levantan pensando en quien vas a llevar a los tribunales. No es que te responsabilice a ti, ni mucho menos, pero una persona litigante, que ha perdido el juicio, que comete error tras error, ha dicho en sede judicial que es amiga tuya, que tú la asesoras, y que te he amargado la vida. No será para tanto. De ser así, no lo siento mucho. Merced que me haces.
La arrumbada querella del triste Ignacio PaniAguado más otra que me presentó la litigante susodicha en que me pedía 2 años y 200.000 euros, que fue desestimada y no admitida a trámite, por carecer de fundamento, parecía una estrategia coordinada para meterme en la cárcel, cosa de la que me alegro tanto como tú de que no suceda, porque tú eres una mujer de tan buenos sentimientos, que soltaste la presa de tu primer marido, enfermo y arruinado, gracias a Rambla Libre.
La querella de Losantos tampoco va a llegar a ningún sitio, más que aumentar la abultada minuta de su endeble letrada. Como ves, todo son buenas noticias y quería hacerte partícipe de ellas para que rabies, porque no te alegras de nada, por lo que me cuentan, con tu ambición siempre insatisfecha y con el periodista en decadencia al que soportas. Hasta nunca, María de la Cruz Sánchez. ¡Ah! Cruz Sánchez de Lara, que te cambiaste el nombre, A Agatha Ruiz de la Prada no la llegas ni a la suela de sus zapatos. ¡Menudo cambio que hizo el periodista en decadencia!