Luis Bru.
No vamos a cantar victoria antes de que se celebren las elecciones de medio término en Estados Unidos. ¡Es tanto lo que está en juego, que van a marcar un antes y un después en la historia de nuestro atribulado mundo! Por un lado, toda la ponzoña globalista con su cultura de muerte y crimen, con su pulsión satánica y su desaforado ataque a las bases de la sociedad y a los niños, representado por el partido demócrata y el demente y sobón de Joe Biden, que está pidiendo a gritos un impeachment; por otro lado, el rearme moral y la cultura de la vida, el orden y la ley, del partido republicano, con unos candidatos que van a echar por tierra también al aparato de este partido.
Quien mejor información de esas elecciones, que van a celebrarse el 8 de noviembre, y de la realidad norteamericana, la viene ofreciendo Hispanidad.com de la mano de Ignacio Aguirre. Sus análisis están bien orientados, con una abundante información. Marca bien las tendencias y sintetiza magníficamente. Los candidatos no quieren mítines con demente y sobón Joe Biden ni con el detritus de Kamala Harris. La inflación Biden azota a los norteamericanos y a la petarda de Nancy Pelosi no se le ocurre otra cosa que decir que «rechazo las encuestas que dicen que a los votantes les importa más la inflación que el aborto”. Va por muy delante de la escoria globalista de los llamados medios. Una auténtica escoria y bazofia, Abc entona el réquiem: «Biden y los demócratas, abocados a perder el control del Congreso de Estados Unidos».
Contengamos la respiración, aunque todo indica que el 8 de noviembre será una auténtica barrida, sólo queda saber las dimensiones. Se comprobará también que en las elecciones de 2020 se cometió un descarado y abrumador fraude.