Virginia Montes.
En lo que es grosera mentira preparada por el Gobierno del infame Justin Trudeau, amplificada ampliamente por los medios de prostitución globalistas, y dada carta de naturaleza por el estomagante cojón del Anticristo, Bergoglio, el 22 de mayo de 2021 se dio cuenta del falso hallazgo de tumbas anónimas de niños indígenas en la Escuela Residencial Indígena Kanoloops de Columbia británica, poco después se dio noticia del hallazgo de 751 tumbas sin nombre en la antigua Escuela Residencial Indígena de Marieval, también dijeron haber encontrado 182 en la Escuela de la Misión de San Eugenio en Cranbook, Columbia británica.
Rápidamente, el payaso cojón del Anticristo anunció un viaje a Canadá para ayudar a la «reconciliación» con los indígenas, algo que le gusta más que comer, está bien cebado, con los dedos. Lo cierto es que no se ha encontrado ningún cuerpo. Se trata de una mentira en estado puro, al peso. Jacques Rouillard, profesor emérito de la Historia de la Universidad de Montréal, ha investigado y desmontado la burda mentira; nada de fosas comunes. Entre 1915 y 1964, murieron 51 niños, 49 exactamente, pues 2 están duplicados; 17 murieron en el hospital, 8 en sus propias reservas de enfermedad o por accidente, 4 fueron objeto de autopsias. Total: «Las exhumaciones aún no han comenzado y no se han enontrado restos», concluye el profesor.
Bergoglio, que le gusta más una cámara que a un tonto un lápiz, ha girado visita a Canadá para decir que «pido perdón por la manera en que muchos cristianos adoptaron la mentalidad colonialista». El viaje ha sido un rotundo fracaso: la mayoría de sitios vacíos, como puede verse en la primera imagen. Vacíos del todo los lugares dispuestos en el exterior por si se llenaba. Farsante, Bergoglio.
En la reunión se coló un joven trans con la bandera favorable a la pedofilia con dos plumas. Entre los indígenas de verdad en toda la historia no se conoce un solo trans, sino hombres muy hombres, buenos guerreros, y mujeres muy mujeres.
Bergoglio llegó y se mantuvo con el papo serio y amargado, quizás por la escasísima asistencia.