Enrique de Diego.
¡Ay de los criminales y genocidas, están pronto el día de pagar por sus horribles fechorías! Las jornadas de antorchas y horcas van a tener lugar, más pronto que tarde. Las guillotinas y las horcas están organizándose y la ira de los pueblos serán incontenible, y será sin piedad como no han tenido ellos, persiguiendo, primero, el mayor número de muertos entre los ancianos y luego extendiendo la mortandad en todos los grupos de edades, hasta cebarse con las embarazadas y con los bebés más tiernos, que ahora padecen una plaga de hepatitis o mueren de muerte súbita. El mundo ha despertado ya y la justicia sobre los autores intelectuales y los sicarios de la matanza está muy próxima.
Despertó Canadá que parecía aprisionada por el diablo y que iba derecha a la esclavitud, con los heroicos camioneros, agradecimiento y elogio sin medida a su ejemplo de heroísmo. Y ha despertado Estados Unidos en el que en 25 Estados mandan los patriotas, que están seriamente confrontados con los globalistas, y les rechinan los dientes ante las mentiras de Bill Gates y Anthony Fauci, Caen con estrépito las empresas globalistas que han participado en la mentira. Caen la CNN, Disney, Meta y Netflix. Sportfy no renovará el acuerdo para seguir compartiendo los podcast de los Obama. Es preciso no ser ciegos y ver la señales de que están pasando muchas cosas, todas positivas.
Estados Unidos está polarizado. La verdad es conocida, sabida y levanta indignación. En USA, donde la mortandad ha aumentado un 1.100% en las Fuerzas Armadas y se espera que se vaya al 5.000%, donde la población negra está siendo diezmada, donde los sacrificios humanos al diablo se han cebado en los bebés, hay medios de comunicación independientes que informan de la verdad, la sanidad no es estatal con lo que la mayoría de médicos se han rebelado contra la asquerosa mentira. Allí es de dominio público los 1.538 efectos adversos o perversos de a inyección letal de Pfizer comunicados a la FDA y que está ha tenido que hacer públicos por mandato de un heroico juez federal de Texas. Allí ya se conoce que las malditas inyecciones letales tienen muchas similitudes con el veneno de la cobra real y que el coronavirus fue «inventado» y patentado por Moderna.
Allí en Estados Unidos y Canadá el psicópata genocida de Bill Gates no puede pisar la calle porque en Vancouver, el maldito tullido, ha sido rodeado por la multitud que gritaba «¡arrestad de inmediato a Gates!», ante la cobardía del personaje malformado. Allí empezó el globalismo y allí acabará en un baño de sangre globalista. Las elecciones de noviembre se presentan decisiva, con un sobón y demente y criminal Joe Biden en mínimos de aceptación, con el fraude electoral clamoroso ya evidente para todos, con sus apoyos globalistas viniéndose abajo. Esas elecciones marcarán un antes y un después en el rearme moral de Estados Unidos y en la exigencia de responsabilidades respecto al genocidio perpetrado por los satánicos globalistas y el diabólico partido demócrata.
Luego llegará la ola salvadora y justiciera a Europa, imparable, liberadora; a España, con el Gobierno y cacicato ante la justicia. Jornadas gloriosas de antorchas y horcas iluminarán las tinieblas en que está sumido el viejo continente.