Luis Bru.
Este es la mansión de Antonio García Trevijano situada en la Calle Alondras de la Urbanización de Somosaguas, el sitio más caro y más exclusivo de Madrid. Urbanización con seguridad privada en todas las entradas. Las fotos corresponden a la visita girada por su vecino José María Ruiz Mateos y el abogado Marcos García Montes.
Este es el lugar (700 m2 y una hectárea de terreno), que en una absurda e injustificada querella por injurias y calumnias se llega a calificar como el «hogar» de Helena Bazán, la que fuera secretaria personal del maestro y se trasladó a acompañarle los últimos años de su vida y siguió después un tiempo para que se cumpliera la voluntad de don Antonio, que era que su mansión fuera la sede social de una Fundación con su nombre, de la que Helena Bazán sería la presidenta, pero que, según fuentes solventes de lo que sería el Patronato, ni siquiera se ha constituido, ni ha tenido la más mínima reunión.
¿Con qué título califica de «hogar» la mansión de Antonio García Trevijano, lo que trae ensoñaciones conyugales? ¿Era, según el Diccionario de la RAE, «familia, grupo de personas emparentadas que viven juntas»? Según uno de los hijos de Don Antonio, Juan Diego: «La fundación era una idea de mi padre para dárselo todo a Helena Bazán, con la que mantenía una relación íntima. Pero no se puede hacer una fundación sin propósito ni dinero. Ella lo gestionaba todo, porque mi padre estaba acostumbrado a tener administradores. El dinero que entraba lo hacía a través de una cuenta de Helena y desde ahí lo movía, y yo creo que dinero tenía que haber porque se llegó a vender un Cranach por 800.000 euros».
La mansión estaba adornada con reliquias de Luis XVI y María Antonieta, y con una pinacoteca excelente, de incalculable valor.
Según declaró a Rambla Libre, César Bobadilla, presidente de Demos, los miembros del Movimiento Ciudadano por la República Constitucional sólo se dedican a controlar la herencia de Don Antonio.