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Caso Esther López: ¡Le pegaron una paliza aunque no haya signos de violencia! ¡Murió por el veneno de muerte!

Redacción




Luis Bru.

Nada, que el aparato de propaganda no se rinde en el caso Esther López y, aunque no hay ni por asomo signos de violencia, ni tan siquiera signos de defensa, el sistema tiene que dejar el campo sembrado de dudas, antes que reconocer que Esther López sufrió una clarísima REPENTINITIS lo que llevaría a cuestionar todo el proceso de timo vacunación previsto para eliminar población.

Ahora se aduce que “los expertos”, fácil recurso para engañar a los incautos, “tienen que ver con una caída, un accidente o una paliza que habrían derivado en una hemorragia interna que luego provocó su muerte”, dice La Sexta. ¡Una paliza, madre mía! Eso podría justificar, desde luego, la hemorragia interna, pero es, simplemente, mentira cochina. Esther López murió por una hemorragia interna, como dice la eminente Catedrática María José Martínez Albarracín: «El territorio de la vena esplénica, procedente del bazo y que drena sangre en la vena porta: un gran tronco venoso que se dirige hacia el hígado y que está formado por la confluencia de la vena esplénica y las venas mesentéricas que recogen la sangre del intestino. El término “hemorragia interna” suele referirse a una hemorragia visceral, frecuentemente de estos territorios vasculares y, sabemos que las inoculaciones covid, activan el sistema linfático y las células linfoides activadas se concentran precisamente en el bazo. La hemorragia digestiva o “hemorragia interna” es pues una complicación relativamente frecuente de estas mal llamadas vacunas».

Metedura de pata del sistema

Pero no, el sistema ha metido la pata, estuvo 24 días buscando el cadáver, detuvo a “El Manitas” 72 horas, sacó sus instintos más bajos en un primer momento con una víctima de violencia de género, y tiene que echar ahora tierra a paletadas. Entendámonos, si Esther López de la Rosa hubiera muerto en plena calle de una ciudad hubiera salido, como mucho, una vez en la página de sucesos, pero muerta de REPENTINITIS en medio del campo, caída en una cuneta, 24 días sin encontrarla, el sistema tiene un problema y no pequeño.

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Así que la hemorragia “puede ser por un golpe accidental o por golpes de una pelea”. Lástima, para el sistema y su aparato de propaganda, que no haya ni la más mínima señal de violencia.

Eso sí, Traspinedo ha sido puesto en el mapa e interesa. Voz Pópuli destca que en las elecciones Vox ha triplicado sus votos: “pasa de los 34 votos de 2019 a los 95, lo que supone que su porcentaje de voto pase del 5% al 15%”.

Vamos a contar mentiras…

Pero incide en la mentira cochina oficial de modo que “la muerte fue por una paliza, una caída accidental o incluso el atropello, vía este última que ya este martes llevó a la Guardia Civil a retornar al escenario de la localización para realizar las correspondientes pruebas complementarias”. La autopsia no avala ninguna de estas hipótesis, sino que las desmiente rotundamente.

Viene El Confidencial a cagarla y así “los primeros análisis practicados al cuerpo ya apuntaban a una muerte violenta, pero finalmente, fue el informe de la autopsia el que concluyó que la joven sufrió una hemorragia interna”. Observen la manipulación interesada: se habla de una muerte violenta, que nunca ocurrió, y luego de una hemorragia interna, a la que no se da explicación plausible. “Los investigadores mantienen abiertas todas las hipótesis, aunque la idea de un presunto atropello cobra, cada día, más sentido”. Ningún sentido, oiga. Anda con Dios, alma de cántaro, El Confidencial anda más liado que la pata de un romano: “Pese a ello, aún quedan sin algunas incógnitas sin resolver: ¿cómo ocurrió? ¿Quién fue la última persona en verla con vida? ¿El cuerpo pasó desapercibido para los agentes?” Pasó, lamentablemente, desapercibido para la Guardia Civil, que ha hecho un papelón.

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Y detalles irrelevantes para enmerdar más el paisaje: “según los últimos avances del caso, que continúa bajo secreto de sumario, la última señal del dispositivo fue a las 5:40 horas de la madrugada del día en que se desapareció. Tal y como han podido detectar los investigadores gracias al móvil, que fue encontrado junto con el resto de pertenencias de la joven cerca de su cuerpo, se envió un mensaje de WhatsApp a su madre a esa misma hora. Solo diez minutos después, a las 5:50 horas, su madre llamó a este número preocupada al ver que su hija no estaba en casa, pero no dio señal; según ha informado el inspector de policía Serafín Giraldo cuenta en el programa de ‘Antena Abierta’”.

Así que la delegada del Gobierno anda más perdida que un pulpo en un garaje: «todavía no se puede aventurar nada concluyente». Se puede y se debe dar el caso por cerrado: Esther López es una víctima más de las mal llamadas ‘vacunas’ o veneno de muerte.