Javier de la Calle.
El pasado diciembre saltaba la noticia, a nivel internacional, de la detención en Galapagar de un “peligroso” capo de la mafia italiana, Gioacchino Gammino, condenado a cadena perpetua en Italia y fugado hace varias décadas de la cárcel.
Ahora parece que, según algunos medios de comunicación incluido el New York Times, pertenecía a la Stidda siciliana, que llegó a estar en guerra con la Cosa Nostra y que Gammino era un capo que llegó a asesinar hace décadas a Giovanni Smiraglia y Salvatore Curto.
UNA FUGA PARA REINSERTARSE EN LA SOCIEDAD DE FORMA EJEMPLAR
Gammino, Manu para los vecinos de Galapagar, no se fugó a España para seguir dirigiendo un grupo criminal o extender su mafia a nuestro país como se esperaría de cualquier mafioso, no; Manu vino a huir de la violencia y buscar redención integrándose en la sociedad y creando una familia junto a su actual mujer y sus hijas desde 1992.
Creo varios negocios, entre los que se encontraba una pizzería que llegó a servir a los agentes del propio Puesto de la Guardia Civil, con los que mantenía una relación cordial. Fue cuando le cerraron el negocio por problemas técnicos el momento en el que le asestó una colleja al concejal el PP y salió en todos los medios de comunicación aquella agresión. Algo de lo que siempre se arrepintió sin rubor ante sus vecinos.
Este episodio, que fue denunciado y se juzgó en los juzgados de Collado Villalba, es lo que lleva a cuestionar el sistema, ya que pasó el filtro del Puesto de la Guardia Civil y el majestuoso sistema informático de la Benemérita SIGO y hasta el del sistema judicial y ahora nos tenemos que creer que le han pillado por una foto de Google Maps envejecido 20 años.
Después de esta pizzería montó una frutería bastante popular y una peluquería y hasta trabajó de cocinero en un conocido restaurante de la localidad de Colmenarejo, junto a Galapagar.
UN VECINO CONOCIDO Y APRECIADO EN GALAPAGAR
En corrillos y grupos de facebook no se han escuchado palabras despectivas hacia su vecino detenido, sino todo lo contrario, todos se quedan con el Manu amable y dispuesto que han conocido los últimos 20 años y muchos desean que sea tratado con la suavidad y mano izquierda como se ha hecho con terroristas y hasta fugados como Puigdemont, ya que pago muchos años de cárcel en Italia hasta su fuga y lleva casi un cuarto de siglo fugado.
20 AÑOS DESPUÉS, SE LE SEGUÍA VIENDO ACUDIR A REZAR A SU PARROQUIA FRENTE AL CRISTO DE LAS MERCEDES
El párroco de Galapagar, padre Ángel, lo recordaba en su homilía de la Misa del Gallo; recordó como su vecino, Manu, recientemente detenido por su vida pasada hace varias décadas, era habitual verle acudir solo a rezar arrodillado frente al Cristo de las Mercedes e invitaba a la reflexión y a rezar por su mujer e hijas.
Y es cierto, ¿qué tipo de mafioso asesino hace algo así? Nosotros solo vemos alguien realmente arrepentido de una vida pasada en su juventud y verdaderamente integrado en la sociedad, algo que no hemos visto en esos etarras que excarcelamos y hasta damos escaños en el Congreso.
¿Qué sentido tiene ahora extraditar y encarcelar a un hombre sexagenario tras casi 25 años y que se ha integrado ejemplarmente en la sociedad?