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Ínfima capacidad de convocatoria de Ana Vega: Vox Alicante reúne a menos de 20 personas

Redacción




Josep Sansano.

Pese al empeño de Pablo Casado por dar alas al defectuoso partido de Santiago Abascal, nada puede disimular que VOX ha perdido por completo el favor de sus bases.

Una de las actividades que los del partido verde utilizaron con más asiduidad para mostrar músculo frente a otras formaciones, eran las llamadas “tardes de Vox”, en las que se reunía a los afiliados en un espacio público para intercambiar ideas o charlar con los líderes. Los militantes y muchas veces también curiosos, acudían en masa para escuchar las ideas de un partido que se las daba de renovador y dentro de estas actividades, que se organizaban por toda España, Alicante aglutinó una excepcional expectación, llegando a reunir en sus últimas tardes de Vox a mediados del año 2019, a más de 150 personas que rebasaron de largo el aforo del pequeño restaurante en el que se congregaban.

Tarde de Vox en 2021.

Por supuesto, con la eliminación de cualquier clase de participación interna del afiliado y el blindaje de los cuadros de la formación tras la reforma de sus estatutos el 23 de Febrero del año 2019, estas reuniones perdieron todo el sentido yla militancia dejó de ser un activo, para convertirse en el enemigo a batir por los despóticos líderes.

La paulatina pérdida de afiliación, acrecentada por los múltiples escándalos de los cargos del partido en toda España y unas primarias pasteleadas sin pudor para evitar que los pocos afiliados que resistían, pudieran dar la patada a sus tiranos, han llevado a los de Abascal a mínimos históricos de participación que se esfuerzan por disimular, aunque sin mucho éxito.

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Buena cuenta de este rechazo entre las bases, es el retorno de las tardes de Vox a Alicante.  La formación, capitaneada en la provincia por Ana Vega y su marido ha recibido varios rapapolvos desde Madrid durante los últimos meses, en gran medida por la dramática perdida de afiliados que se ha producido en el último año. Según fuentes internas consultadas en la sede de la formación en Madrid, los de Abascal en Alicante han pasado de 3000 afiliados a mediados del año 2019, a algo menos de 300 en la actualidad.

Tarde de Vox en 2018.

Vega, que ha sido responsabilizada directamente por Madrid del repudio de la afiliación alicantina,ha emprendido una campaña a la desesperada para recuperar a las bases y salvar el puesto en unas futuras listas, que incluye una batería de actividades entre las que regresaron el pasado día 19 de noviembre las tardes de Vox al restaurante El Castell.

Basta con ver las imágenes de la reunión del pasado viernes para entender la gravedad de la situación que vive Vox en la provincia. Frente al aforo completo del año 2019 en el que la gente seguía incluso a los ponentes desde la calle a través de las ventanas del bar, en el 2021 poco más de 20 afiliados se dieron cita para escuchar a Mario Ortolá.

La asistencia de público se infló mezclándolo con cargos venidos de todos los rincones de la provincia junto a sus familiares, pudiéndose ver a los coordinadores del Campello o de Santa Pola acompañados por sus parejas, o a diputados provinciales rodeando a Ana vega y a su padre. Pese a la desesperada estratagema, el aforo no sobrepasó en ningún momento las 30 personas, (siendo, como decimos, más de la mitad cargos y familiares de estos) consagrando a la primera tarde de Vox en 2 años como un sonoro y rotundo fracaso.

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La incompetencia del PP y la escandalosa y criminal política del gobierno de la nación, impulsan irremediablemente las expectativas electorales de los de Abascal, pero a la vista de la ineptitud y falta de carisma de los líderes provinciales y locales de su formación, preguntarse qué sucedería de tomarse en serio a sus candidatos resulta en un doloroso pero interesante ejercicio de política ficción que aún está a tiempo de hacerse realidad.