Enrique de Diego.
Payaso diabólico, Risto Mejide, que vives en y de la mentira, que hociqueas en la muerte y el sufrimiento ajeno, que te rodeas de «expertos» de la corrupción de la farmafia y que eres tan imbécil que colaboras y promocionas en el genocidio de tus compatriotas para mantener tu status. Me sentí feliz viendo que eres un cobarde, rodeado de serviles que te bailan el agua, acojonado por una denuncia por un delito de odio que has cometido, porque tu destilas odio por cada uno de tus poros, por actuar como un puto nazi, consentido por el sistema globalista. Estás cagado y meado. El programa tenía la finalidad de presionar con tu efímero poder a la Justicia y que se pasen por alto expresiones como te parece bien que se nos trate a los no vacunados como apestados, que se nos marque, y que se nos ponga una pegatina, obscena referencia a la señal infamante, una estrella de David amarilla, de los judíos en los ghetos. Mira, Federico Jiménez Losantos se ha tenido que callar y meterse la lengua por el culo, y tú vas a hacer lo mismo, por la cuenta que te trae, y vas a estar tranquilito o vas a tener una diarrea cuando te toque declarar ante el juez; vamos a ver si ahí eres tan valiente, cuando no puedas cortar el sonido, como me hiciste a mi, puto nazi.
Por primera vez, cuando tú estabas muerto de miedo utilizando a una incompetente como Montse Suárez, que no tiene done caerse muerta, se oyó la voz de la Verdad en tu programa y fue en mi boca. Lo recogen con asombro numerosos digitales: «Afrontamos un genocidio planetario en el que participa Bill Gates, toda la clase política y la mediática. Aquí el objetivo es eliminar población. Se empezó con un gerontocidio en las UCIS. Pedro Sánchez, Pablo Casado y Ayuso son unos criminales y unos genocidas». Y «hablan de los expertos y de la ciencia con suma estupidez. Todos los datos que dan son mentiras, las autoridades mienten y estamos gobernados por psicópatas. Los padres que vacunan a sus hijos son unos criminales que esterilizan a los niños». Eso ya corre por toda la sociedad sin saber muy bien quien lo ha dicho, y eso salva vidas, salva a una sociedad tambaleante, porque era el exorcismo del miedo que tú administras, como un soberano gilipollas, justo lo contrario que hiciste al principio, veleta, so veleta, cuando invitaste a la analfabeta funcional de Marta Flick a abrazar a todos los invitados, uno de ellos infectado de Covid. Eso corre, la verdad corre, dicha por mí, y no la soportaste, y eso fue muestra de tu infame debilidad, y por eso me cerraste el micrófono, con tus «expertos» como muñecos sin vida, con voz monocorde, largando la palinodia soporífera, la monserga, mintiendo a tanto la mentira con estadísticas mentirosas. Sí, Risto, en tu vida todo es mentira, en tu programa todo es mentira, hasta que aparecí yo, como cualquier otro ser humano, porque aquí ya se trata de Humanidad, y dije la Verdad descarnada, con la tranquilidad que da la inmensa Verdad, que hasta me di un paseo relajante mientras seguías con tu perorata de mentiras cochinas y yo con el sonido cortado, el gran triunfador de la noche.
Mira, eres tan imbécil que eres incapaz de establecer y ver las más sencillas relaciones causa-efecto. La primera de todas que tú, miserable Risto, fuiste infectado por la segunda dosis de la timo vacuna Pfizer, del veneno de muerte. Ni eso eres capaz de ver, que te toca tan cercano, a ti y a tu esposa, a la que debes querer poco. Se necesita ser imbécil para utilizar tu infección contra los no vacunados como un puto nazi frívolo y patético. No eres capaz de ver que cuanto más se inyecta la timo vacuna, el veneno de muerte hay más infección, porque les inyectan -os inyectan- la proteína Spike para eliminar población y eso tiene un nombre que es bio terrorismo, que es genocidio, cabrón. ¿Cómo se os llama a los incitadores del genocidio, cómo se os trata? Tienes tan corrompida y podrida la conciencia y la razón, eres tan sumamente imbécil que eres incapaz de ver que en Gibraltar con el 96% de la población timo vacunada, con el 2,7 de pinchazos por llanito, está disparada la enfermedad y los síntomas más leves, como dices tú, pozo de mentira, son la muerte. ¿Y ahí, gilipollas, a quién echas la culpa? No hay no timo vacunados. ¿A quién? ¡A los monos del Peñón! ¿Lo captas, mendrugo? O en Singapur con una alta tasa de timo vacunación y una alta tasa no de contagios, de infecciones, porque son infectados con la jeringuilla. «Algo no cuadra», que ha dicho, con la mosca tras la oreja, Miguel Sebastián. Imbécil, más que imbécil, mil veces imbécil, piensa un poco, no hace daño, te va en ello la vida, nos va en ello la vida como sociedad. Ya llegará la hora de la Justicia a los asesinos y a sus cómplices, como tú, canalla.
El 18 de noviembre de 2021 marca un antes y un después
Pero en tu programa, del 18 de noviembre de 2021, ha empezado el contrataque, se ha marcado un antes y un después, y ni te has dado cuenta, ni lo has olido, te la he metido doblada, y tú sin enterarte. Mira lo que dije: «Afrontamos un genocidio planetario en el que participa Bill Gates, toda la clase política y la mediática. Aquí el objetivo es eliminar población. Se empezó con un gerontocidio en las UCIS. Pedro Sánchez, Pablo Casado y Ayuso son unos criminales y unos genocidas». Y «los padres que vacunan a sus hijos son unos criminales que esterilizan a los niños». Y cada palabra es Verdad, descarnada y clara Verdad.