Enrique de Diego.
Eres un jodido gilipollas, un mentecato, un mequetrefe, tú sí que necesitas lejía para limpiarte esa bocaza de lameculos que te gastas, Losantos, que siempre tienes que decir la última palabra, que no te callas ni debajo del agua; ahora vas de víctima, maoísta de Wuhan. Te has inventado una película de Pablo Casado, Teodoro, Santiago Abascal, la exhibicionista Macarena Olona, pobrecita, que la desearon trombos, los del yunque, los que pugnan por Vox. Manipulador indeseable.
La cuestión es que tú, como empresario, has reconocido que en tu pocilga has obligado a la gente a timo vacunarse y de ahí ha devenido la muerte de Elia Rodríguez, que has tenido la desfachatez de presentarla como un «accidente doméstico». No ponerse este veneno de muerte es un imperativo categórico, y la postura de Abascal es tibia, como la tuya es abrumadoramente totalitaria, que ni te has leído comprensivamente a Friedrich Hayek, a Ludwig von Mises, ni a Karl R Popper. Tú lo que has hecho es tocarnos los cojones y tenemos ya percebes en los testículos, y apostar por pinchar a la gente, a la buena gente, a la gente resistente, que si es tan exigua minoría no sé porqué haces tanto ruido y echar a Fray Josepho.
“Ultracarcas. Bebedores de lejía. Gentuza. Delincuentes comunes. Zenutrios de extrema imbecilidad. Imbéciles. Siniestros. Payasos. Mugre intelectual. Mendrugos. Mamarachos. Ratas. Asesinos. Tontos. Estafadores. Extremistas descerebrados. Nazis en paro. Idiotas”. Te copio tus insultos. Esto es metapolítica, bastardo, lacayo, lameculos, esto no tiene nada que ver con la dialéctica mostrenca izquierda-derecha, que tú no das para más, esto tiene que ver con vida o muerte y efectos adversos, con patriotismo y globalismo, nuevo orden mundial, con pozo de mierda Inés Arrimadas y el esputo de George Soros, Luis Garicano. Hay que hundirte, más de lo que estás, hay que hundir Libertad Digital, para los restos, por legítima autodefensa, por la defensa de los niños a los que quieres esterilizar y matar con miocarditis, enano canalla y satánico.
Los Gobiernos están infectando con veneno de muerte deliberadamente a sus poblaciones