El intelectual alavés Ernesto Ladrón de Guevara se ha destacado en los últimos años por realizar una intensa labor pedagógica y de recuperación histórica de la Hispanidad con la publicación de varios libros, conferencias y, recientemente, participando en la creación de un movimiento hispanista a ambos lados del océano.
Rambla Libre: En los últimos meses, el movimiento hispanista ha dado muestras de un renovado vigor con la creación y puesta en marcha de asociaciones, la publicación de numerosas obras sobre la cuestión, la organización de conferencias y charlas tanto presenciales como virtuales… ¿Podemos decir que el hispanismo ha vuelto para quedarse?
Ernesto Ladrón de Guevara: Efectivamente se ha dado un salto cualitativo muy grande en el interés sobre la vertiente historiográfica de la Hispanidad como enorme obra de civilización y magna dimensión humanizadora de naturaleza cristiana. El cristianismo es imprescindible para entender el avance que supuso en cuanto a las raíces de Occidente, la aparición de las primeras expresiones de respeto a la dignidad de las personas independientemente de su raza o lugar de nacimiento, y la creación, por tanto, de ese Orden mundial civilizatorio que fue la Hispanidad, destrozada por causas exógenas y culpas también propias, internas.
La gente va tomando conciencia de la apuesta por recuperar la verdadera memoria histórica, que es reencontrarnos con nuestro pasado, tan pisoteado por estupidez al creernos la propaganda antiespañola diseñada por las potencias que pretendían sustituir a los españoles en la hegemonía mundial, para convertir aquella obra en un verdadero colonialismo. Hay mucho interés por saber lo que pasó, y en ello tienen un mérito muy grande Elvira Roca Barea con sus libros, así como Marcelo Gullo con su trabajo divulgador y Patricio Lons por su incansable afán por defender la unidad entre las partes descompuestas de la Hispanidad.
La pandemia del coronavirus, la imposición tecnológico-totalitaria, la Agenda 2030, el supuesto cambio climático… ¿Es la Hispanidad la única salida al globalismo uniformizador?
Importante pregunta cuya respuesta está en una nueva asociación que hemos creado un grupo de personas inquietas por la deriva en la percepción de nuestra procedencia colectiva y de nuestro sentido de pertenencia; inducida desde la tergiversación sistemática de la verdad por la izquierda globalista y la derecha servil al poder financiero internacional. Éste tiene mucho interés en culminar la obra de destrucción de nuestro ethos cultural. Se llama Unidad Hispanista, y nuestro objetivo es plantear la batalla cultural que no ha hecho ningún partido político que se precie de respetar el legado de nuestros mayores, en unión y coordinación con otros colectivos de ultramar y otros grupos que focalizan sus esfuerzos en aspectos más parciales.
Desde la idea de cooperación y el sumatorio de esfuerzos con otros agentes culturales que abogan por la unidad hispana, entendiendo como unidad el agrupamiento geoestratégico en una cooperación común de las tierras que fueron provincias españolas, de aquí y de ultramar, tal como predicaba la Constitución de Cádiz.
Reconociendo como ciudadanos españoles los de aquí y los de allá seremos capaces de frenar el acoso que vivimos desde instancias supranacionales que tratan de borrar las soberanías de los estados nacionales, y especialmente el significado que tiene el ser español y el orgullo de serlo. Han trabajado incansablemente de forma subrepticia, utilizando la escuela, los medios de comunicación y los lobbies de poder.
Si la fragmentación de esos virreinatos en partes insolidarias y enfrentadas entre sí, creando naciones artificiales ex novo, fue un desastre para el desarrollo económico de cada fragmento; la respuesta a la distopía actual no puede ser otra que la cooperación. En primer lugar, como objetivo inmediato, para frenar el avance del comunismo que vemos en nuestra propia Nación, y en segundo lugar para no dejarnos avasallar por la alianza entre China y los agentes operativos financieros internacionales que acumulan el 90 por ciento de la riqueza mientras intentan parasitar y descomponer las soberanías, es decir las democracias. Pues los ciudadanos dejaremos nuestro poder de decisión en sus manos y perderemos la capacidad de definir nuestro futuro como individuos o como comunidades, que es lo mismo.
¿Cuáles son las ideas-fuerza del hispanismo del siglo XXI? ¿En qué ha cambiado respecto a la hispanidad teorizada por, entre otros, Ramiro de Maeztu?
La Hispanidad de Ramiro de Maeztu no ha caducado a mi entender, porque él entendía como un elemento vinculante desde el plano antropológico nuestra tradición católica, verdadera argamasa del sentido de pertenencia, independientemente del credo de cada cual, así como la lengua y el vínculo histórico heredado de Isabel la Católica y del Reino de Castilla. Eso sigue vigente, aunque la Leyenda Negra haya hecho estragos por culpa de los Departamentos de Historia de las Universidades españolas que no han cumplido su función de historiar nuestro pasado con rigor y sin complejos ideológicos.
El problema es si somos capaces o no de recomponer ese entramado cognitivo destrozado desde las logias que han copado desde hace al menos dos siglos todos los entramados del poder y de la comunicación cultural, salvo alguna excepción honrosa. No hay más que ver que la Historia de España se está haciendo, con la independencia de criterio con el que se puede historiar de manera rigurosa y veraz, por historiadores extranjeros enamorados de nuestro pasado creando un paradigma irrepetible.
A lo largo de 2020, publicaste dos obras (Nueva defensa de la Hispanidad y La Hispanidad descompuesta) que se han convertido en lecturas imprescindibles para el hispanismo del siglo XXI. ¿Cuál ha sido el proceso teórico e intelectual que te llevó a escribirlas?
Ambas obras tienen una vocación divulgativa. La obra de Ramiro de Maeztu tiene en sí misma una verdadera intencionalidad filosófico-histórica. Así mismo me enganchó el enfoque de Gustavo Bueno sobre los imperios, diferenciando los que son generadores de civilización de los que son claramente depredadores. Supongo que los lectores de esta entrevista reconocerán los ejemplos característicos de uno u otro paradigma. He de decir, también, que la lectura de los libros de Roca Barea me impulsó a explorar con otras lecturas ese camino y afianzar desde un enfoque comparado lo que también afirman otros como, por poner ejemplos sin menoscabar otras aportaciones, José María Iraburu, Julián Juderías, el mismo Salvador Madariaga, el imprescindible Claudio Sánchez Albornoz, Francisco Núñez del Arco, etc.
Mi único interés es servir con mis reflexiones, para divulgar aspectos fundamentales que reconfiguren nuestro sentido de pertenencia y nuestro orgullo nacional, sin ser por ello nacionalista en el sentido clásico. Mi especialidad es la Historia de la Educación. Soy pedagogo, y mi vocación es la de formar a la gente. Y considero que hay lagunas que son mares en el conocimiento que tiene la gente en general de nuestro pasado.
Y, por otra parte, creo que es esencial que nos pongamos a trabajar para fortalecernos, no para debilitarnos como se está haciendo ahora por los que sirven a intereses foráneos con lesa traición. Y esa es la parte política de mi segundo libro.
El actual declive de España a nivel internacional, político, social, cultural y económico, ¿responde a haber abandonado la idea de la hispanidad por la del europeísmo o, mejor dicho, por la del proyecto de la Unión Europea? ¿Es compatible la Hispanidad con Europa?
No tiene por qué ser incompatible si las potencias centrales de Europa no consideraran el proyecto europeo de forma patrimonialista, despreciando la periferia. Europa ganaría proyección y capacidad económica y geoestratégica si esas alianzas con ultramar proyectaran sus intereses hacia una confluencia de sinergias. Pero mucho me temo que eso no interesa a quienes controlan el poder férreamente y nos han esquilmado para incorporarnos a su club para ser los que proporcionemos sol y playa y no las fuentes de la riqueza que son otras.
Ese club viene siendo a todas luces una extensión de las pretensiones del Foro Davos y de los artificios creados al efecto por los diseñadores del Nuevo Orden Mundial, como son el Fondo Monetario Internacional y sus corporaciones ocultas como el Club Bilderberg, con todo lo que ello significa.
Ernesto Ladrón de Guevara: Nueva defensa de la Hispanidad. Letras Inquietas (Enero de 2020)
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