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Vladirmir Zelenko: «Es una conspiración narcisista y sociopática»

Redacción




Agustina Sucri/La Prensa

Entrevista al doctor Vladimir Zelenko, el más duro crítico de la pandemia. Tras desarrollar un protocolo que salvó a miles de pacientes, explica por qué las vacunas contra este virus no solo son innecesarias sino un “veneno”. Detalla cómo se orquestó la psicosis mundial y denuncia la hipocresía de los médicos que ocultan la verdad. El imperativo de decir que no para frenar esta locura.

No hay otro médico que, como el doctor Vladimir Zelenko, ofrezca una mirada tan profunda sobre lo que vivimos en torno al covid-19. Su interpretación de los datos y los hechos tiene un enfoque sanitario, incluso teológico, y antes que nada de sentido común. La contundencia de sus palabras deja poco espacio para la indiferencia. Pero, además, el haber desarrollado un protocolo con el que trató y salvó a más de 6.000 pacientes con covid lo convierte en una de las pocas voces verdaderamente autorizadas en la materia.
El médico de familia ucraniano-estadounidense explicó en una entrevista con La Prensa por qué se trata de una conspiración, cuáles son las pruebas de cómo se gestó y de qué forma se condujo a la actual psicosis global por la que las personas corren de modo irracional e ilógico hacia una “vacuna innecesaria, venenosa y letal”.

El miedo irracional

– Hay una campaña mundial con la intención de vacunar -por primera vez en la historia- a toda la humanidad: grandes, jóvenes, niños, enfermos, embarazadas e incluso se están implementado medidas para empujar por la fuerza a las personas a que lo hagan. ¿Cómo hemos llegado a este punto?
– Si hace 18 meses atrás yo hubiera dicho que el covid-19 es un arma biológica artificialmente creada, me hubieran llamado teórico de la conspiración. Ahora, incluso los medios liberales, están de acuerdo con esto. De hecho, conocemos información como por ejemplo que en 1999 el doctor Ralph Baric, en la Universidad de Carolina del Norte de Chapel Hill, modificó una proteína de superficie en un coronavirus de murciélago con la intención de que infecte seres humanos. Y hay un número de patente asociado con esto. Luego, esta investigación fue ilegal en Estados Unidos y Fauci y los NIH (National Institutes of Health) la enviaron a China. En Wuhan aumentaron en 2005 su letalidad al hacerlo más destructivo para los tejidos pulmonares humanos y generador de coágulos sanguíneos. También conocemos un número de patente asociado con eso. Por lo tanto, por la cantidad de información que conocemos está claro cómo un virus animal -de murciélago- se convirtió en infectivo para los seres humanos y luego se hizo letal, un arma biológica. Así que no es una teoría conspirativa, es una conspiración.
Cuando el virus fue liberado, la intención principal -en mi opinión- de esta arma biológica es crear estados crónicos de miedo y ansiedad en la humanidad y causar aislamiento social. Esta es una de las tácticas de la guerra psicológica. La razón por la que esto es importante es porque el aislamiento, la ansiedad y el miedo inducen a una descompensación psicológica en la persona, que vive en un estado de dolor crónico, poniéndola en una situación de vulnerabilidad y de fácil manipulación hacia cualquier curso de acción que lleve a reducir ese dolor. De modo que lo que realmente está ocurriendo ahora es una psicosis global.
Una vez que la humanidad ha sido descompensada para que viva en este tipo de dolor, luego se le da una falsa esperanza -como una vacuna- hacia la cual corren de modo irracional e ilógico con el objetivo de reducir la ansiedad y el dolor que está viviendo.

La culpabilidad de Bill Gates

– Resulta sorprendente que haya un enorme porcentaje de personas que ha optado por vacunarse voluntariamente y muchas otras -en países donde no hay completa disponibilidad de las vacunas, como en la Argentina- que esperan ansiosas su dosis…
– Lo que realmente están pidiendo es una reducción de la ansiedad y del dolor emocional. El problema es que, si uno le da una falsa esperanza a alguien, con el tiempo, no conducirá a ninguna solución. Revisemos los datos. Y le pido a los lectores que no crean en una sola palabra de lo que digo, sino que hagan su propia investigación, que no cometan el mismo error que cometen con el gobierno. Escuchen lo que digo y luego vayan y compruébenlo, vean que estoy diciendo la verdad. Esto es sentido común.
En 2010 el sociópata Bill Gates en una disertación en la conferencia Ted -se puede encontrar en Google- dijo que se debía reducir un 15% la población mundial debido al calentamiento global. Luego, el mismo sociópata, en 2020 hizo un anuncio diciendo que 7.000 millones de personas debían ser vacunadas. Así que hago una pregunta sencilla: ¿Por qué habría de aceptar una vacuna para mi salud patrocinada y respaldada por alguien que quiere reducir la población mundial?

Inyección letal de veneno

– Usted ha descripto estas vacunas como una “inyección letal de veneno”.
– Así la llamo. Es una vacuna que mata personas o se le puede llamar también “inyección letal de veneno”. Cualquier terapia, cualquier vacuna tiene que ser analizada desde tres ángulos: ¿es necesaria?, ¿funciona?, ¿es segura? Y luego de tener toda esa información, se debe hacer un análisis del riesgo-beneficio y determinar si vale la pena aplicársela.
Veamos si realmente la necesitamos. Los niños sanos de 18 años y menos tienen una tasa de recuperación del covid del 99,998% sin tratamiento, según los CDC. ¿Por qué habría de vacunar a un grupo que tiene una tasa de recuperación de la enfermedad de casi el 100% sin tratamiento con algo que potencialmente podría causar daños? La respuesta es que no se debe a razones médicas, sino que se quiere sacrificar a lo niños.
Si se toma una demografía de 18 a 45 años, de adultos sanos, su tasa de supervivencia del covid es del 99,995% sin tratamiento y alrededor del 100% con tratamiento. Así que pregunto otra vez ¿por qué habría de vacunar a una demografía con una tasa de recuperación cercana al 100% con algo que es experimental y se ha probado que puede ser peligroso?
En cualquiera que ha tenido covid y tiene inmunidad natural, tiene anticuerpos naturales a partir del sistema inmune que nos dio Dios. Esos anticuerpos naturales son mil millones de veces más efectivos que la inmunidad de cualquier vacuna. Si ya tengo anticuerpos y son superiores ¿por qué querría inyectarme con algo experimental para generar anticuerpos inferiores?
Si tomamos la población de alto riesgo, de 45 años o más, o aquellas personas con problemas de salud, esa sí es una población en problemas porque tiene una tasa de mortalidad del 7,5% y eso es inaceptable. Sin embargo, si la tratamos adecuadamente, con tratamiento antiviral ambulatorio temprano, hay docenas de estudios revisados por pares -entre ellos el mío, que fue el primero- que muestran un 85% de reducción de hospitalizaciones y muertes. De modo que podemos reducir la tasa de mortalidad del 7,5% a menos del 1%. Aquí es donde aparece una pregunta interesante: en una población que con el tratamiento adecuado tiene una tasa de mortalidad del 1%, quizás la vacunación podría ser más beneficiosa, no lo sabemos.
Por lo tanto, en la mayoría de los casos, no hay necesidad médica de vacunar, excepto en la población de muy alto riesgo. Pero veamos si funciona. Si miramos los tres países más vacunados en el mundo -Israel, Gibraltar y la isla de Seychelles en el océano Indico-, que tienen porcentajes de vacunación superiores al 80% , están atravesando brotes de la variante Delta. Hay gran cantidad de evidencia de que las personas vacunadas tienen mayor incidencia de la variante Delta y tienen mayores niveles de carga viral. De modo que la vacuna no protege contra todas las cepas.

Sensibles a nuevas variantes

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– ¿La vacuna puede hacer a las personas más susceptibles a nuevas variantes?
– Sí, es correcto. Pero hablemos de las preocupaciones en cuanto a la seguridad. En los tres primeros meses desde el momento de la inyección, la causa principal de muerte son los coágulos sanguíneos que están inducidos por las proteínas espiga que van al endotelio -que recubre los vasos sanguíneos-, causando pequeñas espinas en la vasculatura que dañan a las plaquetas y provocan los coágulos sanguíneos. Esto está documentado y probado por el Instituto Salk de San Diego, uno de los centros mundiales más respetados en investigación de vacunas. Estamos viendo la mayoría de las muertes dentro de los tres primeros días tras la vacunación, en personas que mueren de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, pero las muertes continúan a lo largo de los tres primeros meses.
El segundo gran problema es la miocarditis o inflamación del corazón de las personas. Y también hay mucha preocupación por los abortos en el primer trimestre que se dan en embarazadas que se han vacunado.
En Estados Unidos, el sistema VAERS admite 13.000 muertes. Un informante dice que son 45.000. Solo para tener un sentido de la escala, en 1976 la vacuna contra la gripe porcina mató a 26 personas y todo el sistema se detuvo. Ahora tenemos 13.000 muertos, un informante que dice que son muchas más y yo digo que son incluso más porque el sistema está anulado y no se pueden presentar nuevos reportes. Hay una supresión artificial de la cantidad de muertes. Entonces ¿cuál es el umbral de muertes? ¿Cuántas muertes estamos dispuestos a tolerar? Ese es el problema en el corto plazo.

Cáncer y enfermedades autoinmunes, muerte colectiva en porcentajes horrorosos

– ¿Qué podemos esperar a largo plazo?
– Hay evidencia definitiva sobre un riesgo aumentado de padecer cáncer o enfermedades autoinmunes y quién sabe cuál será su efecto sobre la longevidad a largo plazo. Las personas con enfermedades crónicas viven menos. El cáncer y las enfermedades autoinmunes definitivamente reducen el tiempo de vida de los seres humanos. Y luego tenemos otra preocupación que es la infertilidad. Estudios en Japón han demostrado que estas vacunas causan daños en los ovarios e inflamación del escroto en los hombres. Así que tampoco sabemos cuáles serán sus efectos a largo plazo sobre la fertilidad. Pero incluso esta no es la cuestión principal.
– ¿Cuál es?
– La preocupación principal es aquella sobre la que están alertando los principales inmunólogos a nivel mundial: el potencial genocidio de la humanidad.
– ¿Qué significa esto?
– En la década del 60 hicimos la vacuna contra el virus sincitial respiratorio (VSR), que se aplicó en niños y mató a más niños que los que mataba el VSR. Ocurrió que los anticuerpos generados por la vacuna, cuando se exponían al VSR, mataban a la persona. Producía un desastre en la autoinmunidad. Lo mismo pasó en los 70 con la vacuna contra el dengue, al producir una hiper reacción autoinmune, llamada ADE (Antibody dependent Enhancement) o amplificación de la infección dependiente de anticuerpos. Eso mató a las personas. Históricamente, todos los intentos de vacunas contra el coronavirus en modelos animales han producido exactamente lo mismo: han matado al animal debido a la reacción inmune. En otras palabras, se generaban los anticuerpos a partir de las vacunas, pero cuando éstos se veían enfrentados al virus real, la mayoría moría por esta reacción peligrosa llamada ADE.
El premio Nobel Luc Montagnier, que descubrió el VIH, está gritándole al mundo que este es el mayor genocidio en la historia de la humanidad. El doctor Robert Malone, uno de los miembros originales del grupo que desarrolló la vacuna de ARNm está diciendo que estas vacunas son demasiado peligrosas y que el gobierno le está mintiendo a las personas y que estamos empezando a ver los primeros signos del ADE. La doctora Dolores Cahill, la inmunóloga de Irlanda, está afirmando que dentro de dos años el 90% de los vacunados estará muerto. Mike Yeadon, el ex vicepresidente y director del programa de desarrollo de vacunas de Pfizer, está diciendo que por cada niño que muera naturalmente por covid, 100 morirán a causa de la vacuna.

El sacrificio de los niños

– Es realmente horroroso.
– ¿Cuál es la diferencia si tomo a un niño y le corto la garganta o si agarro un niño y lo tiro en un volcán o si tomo a un niño y le inyecto un líquido que matará 100 a 1? ¿Cuál es la diferencia? Es el sacrificio de un niño.
– Pero la FDA ha dado aprobación a la primera vacuna denominada Comirnaty…
– En realidad no lo ha hecho. Dio aprobación a una sustancia que ni siquiera está disponible en Estados Unidos y extendió la autorización de uso de emergencia para la vacuna Pfizer que sí está en Estados Unidos. Y la razón por la que hicieron eso es porque mientras esté bajo la autorización de uso de emergencia tiene ciertas protecciones frente a los litigios.
– Resulta inquietante.
– Mire, antes que nada, se aceleró el proceso de la vacuna a menos de un año, cuando habitualmente toma 10. Se saltearon todas las medidas de seguridad regulatorias y usualmente tienen un comité que permite el comentario público y la exploración de potenciales efectos adversos, pero ellos anularon completamente eso y la FDA dijo que no hay preocupaciones, lo cual es la mayor mentira en la historia. Por lo tanto, este es un malvado intento coordinado -muy bien orquestado-, excepcionalmente ejecutado, de cambiar la estructura social, política y económica del mundo para que muy pocas personas tengan control sobre todas las demás. La prueba es muy simple: hay información que salva vidas y el acceso a esa medicación que salva vidas ha sido ocultada a la fuerza.

Para que se mueran

– ¿En qué momento advirtió que los lineamientos para la atención de los pacientes covid que desarrollaron las principales agencias sanitarias mundiales no permitían salvar vidas y que el camino correcto era otro?
– Hace 19 meses, porque todas las agencias de salud me decían que enviara a mis pacientes a su casa hasta que empeoraran y luego debieran ser hospitalizados y murieran. Y eso no tenía sentido para mí. Desde el día uno traté de encontrar un abordaje que evitara que enfermaran más. Eso fue lo que hice y cuando se hizo evidente y lo probé, los mismos cuerpos regulatorios ocultaron esa información. Así que supe de inmediato que el interés de ellos no recaía sobre la protección de los ciudadanos, sino que más bien estaban sirviendo a otros amos. Por ejemplo, si uno mira la recomendación actual del NIH, dice que no se trate el covid hasta que el paciente esté en el hospital, con un nivel de oxígeno menor a 92. Esa es la recomendación de un gobierno que quiere que mueras. Es contraria a todos los datos revisados por pares, contraria al sentido común, contraria a miles de médicos que trataron a miles de pacientes bajo su exitoso cuidado, que están demostrando una reducción del 85% de las hospitalizaciones y muertes cuando son tratados en el momento apropiado.
– Eso es lo que usted logró con su protocolo. ¿Correcto?
– Sí, mi protocolo es muy simple. Se trata de identificar a los pacientes de alto riesgo, tratarlos de inmediato, no esperar a que estén enfermos y administrarles un abordaje antiviral basado en zinc y un sistema de suministro de zinc. El zinc inhibe la enzima más importante implicada en la replicación viral de ARN, llamada ARN polimerasa dependiente de ARN, que es utilizada por TODAS las cepas del covid, lo cual significa que no importa si es alfa, beta, sudafricana, delta o la que sea que venga, todas utilizan la misma vía para la replicación viral. Por lo que, si uno bloquea esa enzima ARN polimerasa dependiente de ARN, lo cual el zinc hace, se cierra el botón de la capacidad del virus de hacer copias de sí mismo y propagarse. El problema con el zinc es que no se introduce por sí mismo en la célula. Es como una bala sin un revolver. Se necesita un revolver, otro agente que suministre el zinc dentro de la célula. Hay una clase de sustancias denominadas ionóforos de zinc, que abren un canal dentro de la membrana de la célula, permitiendo que el zinc pase de afuera hacia adentro de ella. Y hay cuatro de ellos que están fácilmente disponibles, dos son de venta libre: la quercitina y la epigalocatequina-3-galato (EGCG). La quercitina es un derivado de plantas, viene de los vegetales, es un bioflavonoide, que junto con la vitamina C funciona como un sistema de suministro de zinc.
Esta información está basada en estudios revisados por pares en los servidores del NIH. Lo maravilloso de esto es que son medicamentos de venta libre, al menos en Estados Unidos. Por eso, las dos razones para morir hoy por covid son el gobierno bajo el cual uno viva y el doctor que uno elija. De modo que el público puede conseguir quercitina, vitamina C, vitamina D y zinc y tomarlo de la manera adecuada (tengo toda esta información en mi sitio web vladimirzelenkomd.com a la que se puede acceder de manera gratuita). La otra sustancia que mencioné fue EGCG, que es un extracto del té verde. Esto es lo más natural que puede haber. Estas sustancias trabajan para hacer que el zinc ingrese a la célula.
En tanto, los dos mejores abordajes son la ivermectina y la hidroxicloroquina. El problema con ellas es que su prescripción ha sido vilipendiada por médicos, por los medios y por el gobierno y son difíciles de conseguir y eso causa una demora en el tratamiento, que es lo que mata a las personas.
– Además son fármacos muy conocidos y seguros.
– Los efectos adversos de las vacunas contra el covid se están ocultando. Los datos del VAERS son solo una fracción de la realidad así que quién sabe cuál es el verdadero número de muertes producto de la vacuna.  Mi punto es este: tenemos una enfermedad que en la mayoría de los casos las personas se recuperarán por sí solas por lo que no necesitan nada. La población de alto riesgo, si es tratada de manera adecuada, tiene una tasa de mortalidad de menos del 1%. Sin embargo, las vacunas causan coágulos sanguíneos, inflamación de los corazones, abortos, un potencial genocidio por el ADE, riesgo de cánceres, riesgo de enfermedades autoinmunes y una futura infertilidad. ¿por qué demonios pondría algo en mi cuerpo con semejante perfil de riesgo?

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Engañando a la humanidad entera

– Muchos se preguntan cómo es posible que todos los médicos, todos los medios, todos los gobiernos, estén ocultando la verdad o, incluso peor, estén mintiendo.
– En realidad hay muy pocas personas que están ocultando la verdad, el resto son ovejas que siguen descerebradamente lo que se les dice mediante la falsa narrativa. No hace falta mucho para engañar a la humanidad. Solo hace falta tomar el control de algunas industrias clave de los medios, académicas y de la política. Si eso se combina con la industria de la coerción y la socavación, lo que se logra es una psicosis global inducida en la humanidad.
– ¿Qué opina del rol de los médicos en esta situación?
–  Hasta mayo o junio del año pasado podían alegar ignorancia, decir que no sabían y que hacían lo que se les estaba diciendo. Sin embargo, luego de ese periodo fue obvio para cualquiera con un cerebro pensante que nos estaban mintiendo y que los enfoques que estábamos poniendo en práctica eran insuficientes. Y la hipocresía fue que los médicos mismos, para sí mismos y para sus familias, estaban siguiendo mis protocolos, pero para sus pacientes estaban siguiendo la narrativa del gobierno. Así que en este punto estoy acusando a cualquier médico que cumpla con los planes de tratamiento tardío que conducen a muertes innecesarias y que son análogos a los nazis en la Segunda Guerra Mundial, “solo estaban cumpliendo órdenes”.
– Se ha generado una división del mundo entre los vacunados y los no vacunados. Y entre los que sostienen distintas miradas frente a este virus. Incluso se han generado enfrentamientos dentro de las propias familias…
– Absolutamente. En realidad, de una forma mucho más teológica. El mundo ha sido dividido  en dos sistemas de pensamiento que no pueden convivir ya más. Un sistema es la conciencia de Dios, es decir personas que creen que fuimos hechos a imagen de Dios, que la vida en sí misma tiene santidad y que no está en el rol del ser humano decidir cuántas personas debería haber en el planeta. Mientras que hay otro grupo que es impío y cree en las teorías de Darwin sobre la lucha por la supervivencia o en las teorías eugenésicas de Galton, que dicen que hay una jerarquía en la genética y que aquellos que están en lo elevado de la jerarquía tienen el mayor beneficio de supervivencia, lo cual les da el derecho de controlar lo que les pasa a los otros. Esto suena como un cuento, excepto que 80 años atrás murieron 200 millones de personas.
Ahora se trata de un pequeño grupo de personas que verdaderamente cree que han evolucionado hacia un nivel más elevado de conciencia y que eso les da el título para dictaminar lo que les sucederá a otros, cuántas personas vivirán en el planeta, cómo deben vivir las personas, qué deben comer y cosas así. En mi opinión, estos no son seres humanos evolucionados sino paganos involucionados. Esta es una repetición del relato bíblico sobre los seres humanos iniciando una guerra contra Dios. Seres humanos que creen que son Dios y que sienten que pueden esclavizar y matar a otros para satisfacer sus propias necesidades narcisistas y sociopáticas.
Sí, las familias se han dividido, los gobiernos están divididos, las personas están divididas, pero si se mira la causa de origen, las personas están divididas entre quienes tienen conciencia de Dios y quienes caminan hacia las falsas promesas por el “camino dorado” de las vacunas y de los oligarcas sociópatas. Esa es la prueba. Dios está poniendo a prueba a cada uno de los seres humanos y les está preguntando a quién van a seguir.

Estamos viendo el comienzo del genocidio

– ¿Qué podemos esperar que ocurra en los próximos años como consecuencia de esta vacunación masiva con productos no solamente experimentales sino además potencialmente letales?
– Ya estamos viendo el comienzo del genocidio. Estamos comenzando a ver la amplificación de la infección dependiente de anticuerpos. Hay que escuchar a expertos como Robert Malone, quien está diciendo que los títulos virales de personas vacunadas son mucho mayores que los de las no vacunadas. La titular de los CDC dijo que las personas que son vacunadas con las vacunas contra el covid -basándose en datos israelíes- están enfermando peor y tienen más hospitalizaciones que los no vacunados y que es por eso que es necesario una tercera dosis.
– Además pueden transmitir el virus…
– Sí. Lo que le he mostrado es que las vacunas son innecesarias, definitivamente no funcionan y son realmente peligrosas. El análisis del riesgo-beneficio claramente favorece el no recibirla.
– ¿Cree que habrá un final a toda esta locura que estamos viviendo o esto continuará? Están hablando de terceras dosis y que el próximo año volveremos a vernos confrontados con el virus ¿Qué opina?
– Todo depende de uno. Depende de personas que, como usted, estén dispuestas a compartir la verdadera narrativa y ayudar a las personas a salir de la psicosis global en la que están inmersas y a que dejen de vivir como ovejas sin cerebro. Porque somos muchos, muchos, más que ellos. Y lo único que hace falta es que digamos que no.