Javier de la Calle.
Ante el fracaso de la timo vacunación masiva, que ha quedado restringida a jubilados, a los que se ha infundido pánico desde las televisiones, y a funcionarios, por lealtad sumisa, el Gobierno quiere dar un paso más hacia el totalitarismo y se tambalea. El Gobierno estudia con las comunidades autónomas pedir el certificado digital, también llamado pasaporte Covid, para entrar en restaurantes o discotecas, según la ministra Reyes Maroto.
Una medida que haya adoptado el incompetente Alberto Núñez Feijoó, en Galicia, y el presidente de Canarias. Hay muchas dudas que Madrid entre por este callejón sin salida o se despeñe por este abismo profundo, por cuanto en los «tabernarios» labró su victoria electoral Isabel Díaz Ayuso.
Se trata de una medida contra los principios básicos de la Constitución, que contraviene la ley de protección de datos y le derecho a la privacidad., que representaría la ruina de los establecimientos hosteleros y de ocio, que sólo podrían dedicarse a pensionistas y funcionarios. Y que está siendo contestada por bizarros hosteleros poniendo pegatinas en sus establecimientos indicando que no solicitaran el certificado de estar timo vacunado. También ha surgido un movimiento espontáneo para presentar un código qr que da acceso a la legislación y muestra la ilegalidad a todas luces de la medida.
Se pretende un burdo chantaje a los jóvenes, que muy mayoritariamente han optado por no ser envenenados con la proteína Spike, no ser esterilizados y morir. Esta burda patraña totalitaria sólo servirá para promover el botellón y las fiestas en casas.