Javier de la Calle.
Funcionario es tener la plaza de por vida, pero la vida se puede acortar por el bio terrorismo de las timo vacunas. El hecho de que en la Comunidad Valenciana las cifras de personal médico infectado por coronavirus sea 12 veces superior después de haberse vacunado debe hacer saltar todas las alarmas. Eso significa palmariamente que las timo vacunas no inmunizan sino que infectan, destruyen el sistema inmunológico innato y son las que generan las cepas o variantes. Que nadie se llama a los engaños del sistema: los timo vacunados son los que infectan porque han sido objeto de un timo.
La imagen de que la timo vacunación estaba siendo un éxito se debió básicamente a que el Estado llamó a los pensionistas y a los funcionarios, que acudieron como un sólo hombre a la llamada, con honrosas excepciones, que es difícil evaluar. La tragedia del bio terrorismo se va a cebar, por tanto, especialmente en el funcionariado y los pensionistas. Estos, que representaron un gasto de 10.180,23 millones de euros en junio de 2021, cobrados por 9,85 millones de pensionistas.
El número de funcionarios se incrementó durante la pandemia sobre todo en salud y educación superando los 2.700.000, de los que enseñantes son más de 750.000. Una cifra similar son los médicos y el personal sanitario. En Fuerzas Armadas hay 133.282, en la Policía Nacional había 68.013 y en Guardia Civil, 78.469, cuando se convocaron 4.520 plazas.
Estos colectivos, pensionistas y funcionarios, recibirán el golpe de manera masiva. Lo más probable es que mueran al haber sido infectados por la proteína Spike, como confirma el abrumador incremento de médicos y personal sanitario tras la timo vacunación, que destruye su sistema inmunológico innato y provoca -en los timo vacunados- la aparición de nuevas cepas más letales.