Enrique de Diego.
A ti hay que ajustarte las cuentas, Carlos Herrera, payaso porque te has convertido en un apologista del genocidio, y no tienes ninguna gracia. Tú que vas de fatuo y de engolado, de patente gilipollas, hay que bajarte del pedestal en que defecas. Te he oído poco, ocasionalmente, cuando entro en una tienda y tienen puesta la COPE, porque tú eres la mierda que rezuma el pozo que es la cadena episcopal, de los obispos, que no católica. Las veces que he tenido la desgracia de que torraras siempre he escuchado a un mal humorista, a un chistoso sin gracia, con la gracia en el culo, ni tan siquiera en el aguijón, haciendo de una especie muy boba de señorito andaluz, pretendiendo ser la voz del sentido común. Pase que esa mierda pinchada en un palo que es la COPE no defienda la sana doctrina y se cisque en ella siempre que pueda, que apoye al abortista Biden, al que los obispos norteamericanos van a negar la comunión, por ser lo más abortista que se vende en el mundo mundial; pase que sea un tugurio para lamer el culo a los obispos y fomentar su vanidad, creyendo que pintan algo, cuando está comprados cual funcionarios a la crucecita, que no debería ponerla ningún católico coherente.
Pase toda esa cloaca de pompas fúnebres por la alcantarilla de la historia, pero lo que tiene pase es que tú hagas apología del genocidio salvaje, brutal, estúpido, que se está cometiendo con las timo vacunas, en la que no te paras ni ante los jóvenes ni ante los niños, valiente hijo de la grandísima puta. Los infectan de patógena proteína Spike y los esteriliza a ellos y a ellas y los mata o reduce su esperanza de vida a 10 o 15 años. No es tan difícil estar informado, pero eres un vago de siete suelas que te dejas llevar por la mentira oficial, en la que has vivido muy cómodamente, con grasa avejentada de chorizo. Has interiorizado las claves del sistema putrefacto y llevas a tus oyentes al abismo, a terribles enfermedades auto inmunes. Eres un fantoche, un desgraciado, que llevas toda tu asquerosa vida sin decir una verdad, ni dar una noticia, mientras, entretienes a la gente con tus chistes malos y tu socarronería indecentes. para que los lobos se ensañen con los torpes e inocentes corderos que tú has aborregado entre chascarrillos pésimos.
Tú audiencia va a sufrir un descalabro monumental, payaso, ya has tenido tu primera pérdida en la triste figura de José María Gay de Liébana, tan fervoroso de las timo vacunas, víctima de ellas, en justo castigo a su estupidez. Estas acabado Carlos Herrera. Tu mundo está finiquitado a fuer de jeringuillazos letales. Y tú, capullo con tu inanidad has contribuido a ello, inmundicia de la especie.
José María Gay de Liébana, víctima de la timo vacunación, de la que era tan partidario