AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Bill Gates: eres un dictador y ya es hora de acabar con tu mito del filántropo

Redacción




Guillermo Mas. Subdirector de Rambla Libre.

Su sonrisa estúpida. La foto del joven con pelo con forma de hongo y unas gafas cuadradas con los cristales tintados del color de la arena. De frente y de ambos perfiles, como ocurre siempre con las fichas policiales. Así luce Bill Gates en una foto de cuando tenía 22 años y había sido detenido por conducir borracho a alta velocidad en el desierto. 50 años después es el dueño de un Imperio económico mundial que compagina las nuevas tecnologías con el monopolio de las vacunas. Un personaje lleno de recovecos que, gracias a la publicidad, se nos muestra como un genio cuando una aproximación a su biografía más bien revela a un tirano oportunista.

Según el propio Gates, su mayor habilidad es «el olfato de dólar» que tiene desde la infancia y que heredó de su padre, en un tiempo alto directivo de la empresa abortista «Planned Parenthood«. Porque Bill Gates no es un hombre hecho a sí mismo, sino el tercero de una dinastía de ricos obsesionados con la eugenesia: su abuelo William H. Gates I era miembro de la Sociedad Eugenésica Americana. Como es sabido, la eugenesia, tras su uso por el nazismo, tiene una mala prensa imborrable que ha llevado a sus partidarios a usar un lenguaje mucho más discreto. Pero los fines son los mismos. En palabras de Gates: «Si hacemos un gran trabajo con las vacunas, el cuidado de la salud y servicios de salud reproductivos, podríamos reducir esa cifra«.

¿Qué hay de la madre de Bill? ¿Se acuerdan de Norman Bates en Psicosis? En efecto, Mary Maxwell era lo que Freud hubiera llamado «una castradora». Esto les llevó a ambos a acudir a terapia durante su juventud y a generar una dependencia enorme de Bill Gates con respecto a su madre. Joven rebelde inseparable de las faldas de Mary, Gates cuenta con un dramatismo meloso los detalles del día de su muerte. Pero que nadie se engañe, Gates es, en palabras del periodista Bruno Toledano, «un hombre calculador y frío que como mejor funciona es solo«. Más aún: «un dictador por momentos y un jefe durísimo«.

Recordemos que cuando se desarrolló Microsoft era el auge del hippismo. Gates había dejado sus estudios en Harvard sin terminar. Los primeros sistemas de ordenadores se estaban desarrollando a partir de ARPANET, un programa militar del gobierno estadounidense que diseñó la primera red de computadoras mundial. Pero, como explica Abril Palomino: «Existen diferentes versiones de los hechos y varios rumores que aseguran que Bill Gates, lejos de ser un héroe fue una persona que explotaba a sus empleados, con una neurosis aguda y un mal trato hacia las personas, además de que la construcción de su imperio tecnológico está basado en el robo y plagio de ideas y proyectos desarrollados por colegas y amigos que trabajaban directamente con la compañía enemiga: Apple, dirigida en ese entonces por Steve Jobs«. Al parecer, el primer sistema operativo de Windows de Jobs habría sido un plagio de otro sistema desarrollado por algún hippy-genial de la informática. Solo que, a diferencia del o de los genios de la informática hippies, Gates habría usado su «olfato de dólar» característico para registrar la patente y comercializarlo. Todo lo contrario de un inventor, un descubridor o un emprendedor: un niño rico que hace trampas.

NO TE LO PIERDAS:   Psicópatas y satanistas

Según Bruno Toledano, «Su obsesión con el trabajo y con sus empleados llegó a tal punto que se hizo famoso por una frase que soltaba una y otra vez en sus reuniones de trabajo: «Esta es la idea más estúpida que he escuchado en mi vida»«. Razón por la cual el cofundador de Microsoft Paul Allen abandonó la empresa y contó cuán tirano es Gates en sus memorias. Algo similar a lo ocurrido con Steve Jobs, como detalla Adrián Raya: «Durante décadas, los fanáticos de Apple acusaron a Microsoft de copiar el entorno del Lisa, que había llegado antes. Y no eran sólo los fanáticos: el propio Steve Jobs se sentía traicionado por Bill Gates, que había trabajado en el código del Apple II y a quien consideraba su aliado«. La relación de ambos siempre fue horrible por culpa de la actitud desleal de Gates. Sus hagiógrafos suelen decir que es un trabajador incansable. Pero lo cierto es que sus ideas eugenésicas de corte malthusiano le vienen por parte de familia y sus descubrimiento los tomó de otros a los que luego sometió o expulsó.

La versión oficial cuenta como, tras abandonar la dirección de Microsoft en 2008, el genio Gates se dedicó junto a su mujer Melinda a salvar el mundo luchando contra el cambio climático y enfermedades como la polio. Una historia de redención en toda regla: la del millonario que se da cuenta de que lo importante no es el dinero sino las personas. Un «cuento de Navidad» digno del más tierno Dickens. Pero no, Bill Gates: eres un dictador y ya es hora de acabar con tu mito del filántropo. Con rasgos evidentes de psicopatía en el trato con sus empleados, una peligrosa relación llena de puntos oscuros con Epstein el pederasta (como hemos demostrado en una serie de artículos recientemente) y una obsesión claramente malthusiana por reducir la población mundial en un 10 o 15%, somos muchos los que no nos creemos dicha versión. Por eso, es necesario difundir la verdad y acabar así con la leyenda del filántropo que quiere salvar el mundo.

Sin embargo, la figura de Bill Gates no debe quitarnos la perspectiva. Junto con George Soros, Henry Kissinger y el fallecido David Rockefeller, es el más visible constructor de un «Nuevo Orden Mundial». Pero no nos engañemos: los mayores tiburones se mueven a mayor profundidad en el mar. Sus nombres nos resultan ajenos aunque sus decisiones cambian nuestras vidas. Son parte del «Estado profundo» (Deep State) o entre bambalinas (Back Office) controlado por Logias masónicas internacionales de distinto signo y pretensión que Gioele Magaldi ha desvelado en su condición de converso a la democracia.

NO TE LO PIERDAS:   Arrasa en Youtube la explicación de César Vidal sobre los ataques a Vox de Losantos

En su libro Masones, Magaldi hace público la existencia secreta de unas logias internacionales que controlan el mundo y donde figuran algunos de los mayores políticos de nuestro tiempo. Dichas logias se llaman «Ur-Lodges» y Magaldi las ha definido con estas palabras: «Es un network de superlogias que nacen constitutivamente sobre base cosmopolita y con una vocación identitaria y operativa supranacional. Estas superlogias, desde que nacieron, han afiliado siempre solo a los más eminentes y notables miembros de la masonería ordinaria, que se encontraron de este modo en la valiosa condición de poder moverse con soltura en ambos contextos y de poder disponer de los mejores instrumentos de uno y otro circuito para lograr sus metas. Sumémosle a esto la iniciación ex novo de mujeres y hombres profanos pero de especial prestigio político, económico-financiero, mediático, eclesiástico, intelectual, artístico, etcétera, cuya única condición era que en ellos se manifestaran signos indudables de un auténtico deseo de perfeccionarse sapiencial y esotéricamente«.

En esas Ur-Lodges ha tenido lugar, según Magaldi, la construcción de nuestro mundo: «El mundo moderno y contemporáneo ha sido construido por la masonería, derrotando a las antiguas aristocracias eclesiásticas y de sangre. Y hoy sus miembros más eminentes controlan y gestionan su funcionamiento con fines beneméritos (democráticos, liberales, libertarios, laicos, igualitarios y filantrópicos) o execrables, como la constitución de nuevas oligarquías de espíritu y financieras supraordenadas respecto a la soberanía popular, que de hecho queda así vaciada de sustancia» en un proceso «programado y dirigido hasta sus últimos detalles. Se trata de un circuito que alimentó, combatió y venció a los grandes desafíos de la modernidad, pero que ahora se encuentra en un grave estado de crisis y de declive a causa de su conservadurismo, de la esclerotización de sus estructuras, de su dogmatismo pseudoeclesiástico, de su tendencia a excomulgar a cualquier instancia herética dentro de sus filas, de su actitud no inclusiva y acogedora hacia comuniones masónicas menores, y de su inclinación culpable a «desunir lo que está unido» en vez de «reunir lo que está disperso», típica locución y típico deber iniciático de los auténticos masones«.

Hoy más que nunca, como afirmó Pasolini poco antes de morir asesinado, «estamos todos en peligro«. Y por eso debemos defendernos.