Enrique de Diego.
Que corra el champán, corre de mi cuenta. La noche electoral ha sido un gozo personal y una satisfacción inmensa porque ha representado el entierro definitivo de Ignacio PaniAguado, que había sido colocado con un sueldo en el partido basura de Ciudadanos. Ignacio PaniAguado me pide ¡2 años de cárcel! y pretende enriquecerse solicitándome 60.000 euros, por haber dicho que en las elecciones locales de 2015 montó una trama de financiación ilegal y que hizo que la gente tuviera que pagarse la campaña. Ignacio PaniAguado es el gran derrotado de estas elecciones, a la que su partido no le ha dejado presentarse. Si hubiera sido el candidato, Ciudadanos no hubiera sacado ni ese mísero 3,5%. Ahora, viene la quiebra de Ciudadanos, con una financiación cuestionable que viene de los grupos parlamentarios y de la subvenciones, en Cataluña ya perdió 3 millones, Madrid, ha sido la puntilla y falta la Comunidad Valenciana para cerrar el grifo; no va a tener para pagar el alquiler de la sede, ni la minuta del despacho de abogados Fúster y Fabra, ni para pagarle el sueldo a Ignacio PaniAguado, que se va a ir al paro, porque ¿quién le va a querer, quién le va a fichar? Un traidor, mendaz, acomplejado, odiado por la derecha y del que la izquierda no quiere saber nada. Te voy a ver en la cola del paro o debajo de un puente. El juicio lo tienes perdido.