Luis Bru.
He elegido el barómetro de La Sexta, nada sospechosa de favorecer al bloque de derechas, para mostrar la tendencia que marcan los sondeos de cara a las elecciones del 4 de mayo. La primera conclusión es la desaparición de Ciudadanos, que no supera el tope del 5% de Madrid para entrar en la Asamblea. La segunda es que Isabel Díaz Ayuso arrasa. A la del PP, que juega ya en clave nacional, y que ha situado a Toni Cantó en el número 5, le van a hacer la campaña los bares y cafeterías, una poderosa fuerza capilar que recorre la geografía madrileña, como la del resto de España, y que están agradecidos, porque Isabel Díaz Ayuso ha sabido mantener el difícil equilibrio entre las medidas sanitarias contra el COVID y las medidas económicas. La gente ve que siguen abiertos, evitando la ruina total, en contraposición a otras autonomías, y especialmente a las gobernadas por la izquierda, que han apostado por la línea dura impuesta -tarde- por Moncloa.
Eso corre el riesgo de perjudicar seriamente a Vox en expectativa de voto pero beneficiarle en su objetivo de entrar a formar gobierno, si Ayuso no se va a la mayoría absoluta.
Moncloa ha cometido el error de ir contra Madrid, contra los madrileños, exigiendo medidas mucho más restrictivas y económicamente muy lesivas, y haber amplificado la retórica contra el modelo liberal de Ayuso, no sólo exigiendo toques de queda más duros y confinamientos, sino haciendo declaraciones de que si gobernaran irían a la normalización fiscal, subiendo la presión fiscal en cuestiones nucleares como el impuesto de sucesiones, que ha producido situaciones dramáticas en otros puntos de España y fue una de las claves del triunfo de la derecha en Andalucía.
Hana Jalloul, lo peor de la inmigración desbocada y le hundimiento de Canarias
Además, el PSOE presenta una candidatura pésima, con Ángel Gabilondo como tercer intento, después de haber sido el partido el que se ha quejado de falta de contundencia, y haber el Gobierno el que ha conseguido ocultarlo, asumiendo la línea dura de oposición a Isabel Díaz Ayuso, y presentar como número dos a Hana Jalloul, un desastre sin paliativos, que como secretaría de Estado de Migraciones ha provocado el hundimiento de Canarias. Hana Jalloul representa lo peor y más estricto de los efectos devastadores de la corrección política y la política en materia de inmigración. Es ahí donde Vox debería incidir, toda vez que Pedro Sánchez ha perdido el Norte y en ese terreno el PP no se ha despegado suficientemente del consenso globalista. Un mal resultado acabará con la falsa baraka de Pedro Sánchez y forzará a iniciar las deportaciones en Canarias, que son una necesidad urgente. El destino de Canarias se escribe en Madrid.
De esta forma, mientras la derecha presenta dos opciones, siempre que consiga eliminar a Ciudadanos del tablero, cosa que parece altamente probable, dada la deriva de satelización del sanchismo que han impuesto Inés Arrimadas y Pedro J Ramírez, su asesor, la izquierda se divide en tres, una apuesta por el suicidio seguro. Al ser una única circunscripción, la Ley d´Hondt se minimiza pero no deja de surtir sus efectos en forma de penalización: la izquierda será penalizada tres veces, siempre que sus opciones, como está previsto, queden del puesto 3 en adelante.
Pablo Iglesias moviliza a la derecha
La jugada arriesgada de la presentación de la candidatura de Pablo Iglesias tiene un efecto demoledor para la propia izquierda. Resulta movilizadora para la derecha, que ve la oportunidad de acabar con el peligro comunista, y descorazonadora para la propia izquierda, que ve a los marqueses de Galapagar como el sumum de la incoherencia, como ha señalado Ramón Espinar, partidarios de la ocupación, cuando tienen blindada su mansión con fuerte protección policial, que se presentan como los «representantes» de los barrios, cuando viven en Galapagar entre el lujo, y cuando han subido sus retribuciones escandalosamente y emplean una niñera con cargo al Presupuesto. Irene Montero es universalmente odiada, por sus radicales mensajes a favor de un feminismo radical que con frecuencia cae en el ridículo. Los marqueses se juegan a la desesperada mantener el chiringuito y toda indica que Podemos quedará muy debilitado.
Madrid será la tumba de la izquierda y de la corrección política.